Obama: "Las manifestaciones en Wall Street reflejan la frustraci¨®n del pueblo"
El presidente de EEUU cree que los manifestantes de Wall Street protestan contra quienes se oponen a sus reformas para frenar las pr¨¢cticas abusivas. Los indignados entran en el debate pol¨ªtico estadounidense El vicepresidente Biden cree que las protestas "tienen mucho en com¨²n con el Tea Party"
Barack Obama dijo este jueves, en su primera alusi¨®n a las protestas organizadas bajo el emblema de Ocupar Wall Street, que ese movimiento ¡°refleja la frustraci¨®n¡± del pueblo norteamericano por la peor crisis econ¨®mica desde la Gran Depresi¨®n. Con esta declaraci¨®n, el fen¨®meno que empez¨® como una expresi¨®n marginal y que nunca ha generado movilizaciones significativas, entra en el centro del debate pol¨ªtico en Estados Unidos en un momento hist¨®rico en que la confusi¨®n ideol¨®gica y la decepci¨®n con el sistema prenden aqu¨ª como lo han hecho en otras partes del mundo.
Las personas que respaldan Ocupar Wall Street ¡°dan voz a una frustraci¨®n de m¨¢s amplio espectro sobre el funcionamiento de nuestro sistema financiero¡±, dijo el presidente en una conferencia de prensa. Obama no profundiz¨® m¨¢s sobre el alcance pol¨ªtico o las consecuencias de ese movimiento, pero el vicepresidente, Joe Biden, en una entrevista concedida tambi¨¦n este jueves, precis¨® que las protestas iniciadas en la calles de Nueva York ¡°tienen mucho en com¨²n con el Tea Party¡±.
El movimiento Occupy Wall Street pone a prueba su fuerza con la manifestaci¨®n de este mi¨¦rcoles
Ambos movimientos nacen de las quejas populares por los or¨ªgenes y los efectos de la crisis econ¨®mica, y aunque uno est¨¢ apoyado por la izquierda y otro por la derecha, los dos dicen hablar por los ciudadanos sencillos que no se sienten adecuadamente representados en las actuales instituciones democr¨¢ticas. Occupy Wall Street pide atenci¨®n para ¡°el 99% de los norteamericanos a los que no escucha¡±; el Tea Party reclama ¡°devolver el poder al pueblo¡±. Occupy Wall Street denuncia la codicia e inmoralidad de los banqueros. El Tea Party, como record¨® ayer Biden, naci¨® en 2009 como protesta por el plan de rescate del sistema bancario, que cost¨® m¨¢s de 700.000 millones de d¨®lares.
La persistencia de la crisis que empez¨® en 2008 y sigue provocando hoy una raqu¨ªtico crecimiento econ¨®mico y un desempleo del 9% es una raz¨®n muy justificada para cualquier aventura pol¨ªtica. El Tea Party lo fue en sus inicios: una c¨¢ndida protesta de jubilados y amas de casa que cre¨ªan necesario defender valores perdidos ¨Cen ese caso valores religiosos y tradicionales- en el af¨¢n pecaminoso por el dinero. Pero pronto se convirti¨® en un excelente instrumento de movilizar el voto de derechas contra Barack Obama, a lo que ayud¨® la extensa cobertura de Fox News.
Apoyo de los sindicatos
Occupy Wall Street era tambi¨¦n hasta el mi¨¦rcoles una manifestaci¨®n espont¨¢nea de queja, igualmente interesada en la defensa de valores perdidos ¨Cen ese caso viejas aspiraciones hippies de solidaridad y humanidad- y que en su propia marginalidad encerraba su pureza. El mi¨¦rcoles se le unieron los sindicatos y gracias a eso consiguieron, por primera vez, reunir unos pocos miles de personas. Pero ese apoyo es un arma de doble filo. Pocas organizaciones en EE UU hay m¨¢s institucionalizadas y corruptas que los sindicatos. Son, sin duda, un gran aliado en la agitaci¨®n y la movilizaci¨®n del voto para los dem¨®cratas, pero su pureza reivindicativa se perdi¨® d¨¦cadas atr¨¢s. Son, exclusivamente, una parte del aparato pol¨ªtico de la izquierda.
Eso no le resta legitimidad al movimiento Occupy Wall Street, algunos de cuyos portavoces han asegurado que no se dejar¨¢n gobernar ni intimidar por los sindicatos. Pero s¨ª condiciona su desarrollo. Por s¨ª solo, el movimiento, aunque extendido, ten¨ªa muy dif¨ªcil futuro. El mi¨¦rcoles, la manifestaci¨®n de apoyo en Washington reuni¨® a ¡°entre 50 y 70 personas¡±, seg¨²n los organizadores. El jueves esa cifra ascendi¨® a unos centenares, dentro de dos convocatorias separadas cuyos promotores no sab¨ªan a¨²n si unirse. Sin embargo, como parte de una misi¨®n para devolverle la moral a la izquierda y favorecer su asistencia a las urnas, s¨ª puede cumplir un papel de cierta importancia. Es decir, como un instrumento de contrapeso de izquierdas al Tea Party, Occupy Wall Street puede ser ¨²til; como el rom¨¢ntico movimiento revolucionario inspirado en la primavera ¨¢rabe, que es como lo presentan algunos de sus defensores, su horizonte es bastante limitado.
En la causa de la movilizaci¨®n del voto progresista est¨¢ el propio Obama, y de ah¨ª sus palabras comprensivas hacia los que protestan contra el sistema. El presidente advirti¨® que EE UU se enfrenta a una seria amenaza si no se act¨²a urgentemente para combatir el paro. ¡°Podemos acabar con problemas significativamente mayores de los que tenemos ahora¡±, dijo.
Despu¨¦s de dos a?os de cortejar a los republicanos en busca de proyectos consensuados, el presidente ha decidido, ante la proximidad de la campa?a electoral y su mala posici¨®n en las encuestas, recuperar su apoyo entre los dem¨®cratas, de los que reconoci¨® que estaban ¡°frustrados¡±, y movilizar el voto progresista.
Obama expres¨® sus simpat¨ªas por una propuesta presentada por los dem¨®cratas en el Congreso para cargar un suplemento del 5% en los impuestos que pagan las personas que ingresan por encima de un mill¨®n de d¨®lares anuales. Se la trata de la concreci¨®n de la ¡°tasa Buffet¡± que la Casa Blanca hab¨ªa anunciado para aumentar la presi¨®n fiscal sobre los ricos. El presidente dijo que ese impuesto ¡°no es resucitar la lucha de clases¡± sino la ¨²nica forma de poder ayudar a las clases medias. El presidente de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner, dijo que esta conferencia de prensa era ¡°la prueba de que Obama ha decidido dejar de gobernar para hacer campa?a¡±.
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