El centro izquierda chileno espera el regreso de Bachelet como ¨²nica baza
Los partidos de la Concertaci¨®n no han sabido reinventarse tras dejar el gobierno Sin nuevos l¨ªderes y con bajo apoyo ciudadano, conf¨ªan en la popularidad de la expresidenta La ca¨ªda en picado de Pi?era abre unas posibilidades inesperadas hace un a?o
La coalici¨®n de centro izquierda que gobern¨® Chile durante 20 a?os despu¨¦s de la dictadura se enfrenta una situaci¨®n compleja en la que le resulta muy dif¨ªcil rearmarse como oposici¨®n, tras dejar el palacio de La Moneda en marzo de 2010. Aunque los cuatro partidos que componen la Concertaci¨®n se han mantenido unidos, contra todos los pron¨®sticos, poco a poco han perdido apoyo ciudadano. Apenas un 17% de los chilenos hoy los respalda, de acuerdo con una reciente encuesta de Adimark. Un 79% los rechaza. A menos de dos a?os de unas nuevas presidenciales, no han emergido nuevos l¨ªderes que seduzcan a los chilenos.
Lo que le ocurre a la Concertaci¨®n qued¨® retratado en una escena del pasado 5 de octubre, cuando se cumplieron 23 a?os del plebiscito de 1988 que acab¨® con la dictadura de Augusto Pinochet. Los dirigentes de centro izquierda conmemoraron la fecha con una ceremonia sobria y triste en un sal¨®n del antiguo Congreso de Santiago, marcada por las peleas internas sobre qu¨¦ hacer en el futuro para reconquistar a la ciudadan¨ªa. A diferencia de a?os anteriores, donde se acostumbraba a realizar eventos masivos, apenas hubo un orador y unos 50 invitados.
¡°La Concertaci¨®n perdi¨® el Gobierno despu¨¦s de 20 a?os en el poder y eso represent¨® un cambio muy fuerte", se?ala Ernesto Ottone, acad¨¦mico y quien fuera principal asesor del expresidente Ricardo Lagos en La Moneda. "Se ha requerido de un enorme esfuerzo para que no se produzca la fragmentaci¨®n, lo que ha producido un exceso de preocupaci¨®n de los dirigentes hacia lo que sucede dentro de los partidos. Y la ciudadan¨ªa ve todo esto con una enorme distancia. La oposici¨®n se tiene que renovar, generar ideas y, sobre todo, cambiar sus pr¨¢cticas pol¨ªticas¡±.
Apenas un 17% aprueba
Francisco Javier D¨ªaz, analista pol¨ªtico y militante socialista, indica que ¡°el centro izquierda atraviesa un momento de confusi¨®n y par¨¢lisis¡±. ¡°Por una parte, perdi¨® las elecciones porque la ciudadan¨ªa no crey¨® en su propuesta y por lo mismo, debe cambiar significativamente su pr¨¢ctica pol¨ªtica para ganar credibilidad nuevamente. Pero por otro lado, producto de la mala gesti¨®n del actual gobierno y de la alta popularidad de Michelle Bachelet, tiene una posibilidad cierta de ganar las elecciones presidenciales de 2013. El desaf¨ªo es no obnubilarse con la opci¨®n de ganar nuevamente y saber renovarse pol¨ªticamente¡±, dice el que fue escritor de discursos de Michelle Bachelet mientras fue jefa de Estado.
La expresidenta es el ¨²nico rostro de la coalici¨®n, por ahora, con opciones de ganar las pr¨®ximas presidenciales. Dej¨® el gobierno con un 84% de popularidad y, tras 19 meses fuera del Ejecutivo, la cifra se ha mantenido. Sigue siendo bien evaluada pese a que los dirigentes de los estudiantes, que hace cinco meses protestan por una educaci¨®n p¨²blica de calidad, tambi¨¦n la han responsabilizado de no haber hecho las reformas necesarias para cambiar el sistema heredado de la dictadura.
El riesgo est¨¢ en confiar
en la valoraci¨®n de Bachelet para eludir una renovaci¨®n necesaria
La actual directora de ONU Mujeres, radicada en Nueva York desde su nombramiento, no ha aclarado si postular¨¢ a la reelecci¨®n, al menos p¨²blicamente. Poco parece importar: dirigentes e importantes l¨ªderes de centro izquierda reconocen en privado las altas probabilidades de que Bachelet acepte ser la candidata de la Concertaci¨®n. Hasta ahora no hay otras figuras que puedan ser competitivas frente a las mejores cartas de la derecha y, a dos a?os de esas elecciones, existe cierto consenso en que no hay mucho por hacer salvo esperar a que la socialista anuncie su decisi¨®n. La disputa interna de la coalici¨®n radica, m¨¢s bien, en qui¨¦nes ser¨¢n los que gobernar¨¢n en un eventual segundo gobierno de Bachelet.
Algunos pol¨ªticos se preguntan si la indefinici¨®n de Bachelet ha influido en la falta de renovaci¨®n de caras en la centro izquierda. Lo dijo recientemente el actual ministro de Econom¨ªa, Pablo Longueira: ¡°Mientras est¨¦ vigente o pueda ser una opci¨®n presidencial va a detener la renovaci¨®n de la Concertaci¨®n y el surgimiento de nuevos liderazgos¡±. Para el analista pol¨ªtico Sergio Micco, militante de la Democracia Cristiana, otro de los partidos de la Concertaci¨®n, ¡°a la expresidenta no le cabe ninguna culpa. Aunque su popularidad es tal que puede disuadir involuntariamente a la b¨²squeda de nuevos l¨ªderes¡±.
La b¨²squeda de ideas
y de nuevos l¨ªderes est¨¢ frenada a la espera de
la decisi¨®n de Bachelet
El 17 de enero de 2010, cuando la derecha gan¨® las elecciones en Chile, parec¨ªa altamente probable que gobernar¨ªa por varios periodos. Hoy, sin embargo, con el presidente Sebasti¨¢n Pi?era con una popularidad del 30%, el centro izquierda advierte que puede volver a La Moneda antes de lo esperado. ¡°Debido a que al actual gobierno no le va bien, porque no ha sabido responder a las nuevas demandas sociales de mayor igualdad, se produjo r¨¢pidamente la posibilidad de reemplazo y es algo que hoy se discute con fuerza¡±, explica Ottone.
Este factor ha terminado por frenar el proceso de renovaci¨®n de ideas y figuras que requiere la Concertaci¨®n: ¡°Ha primado en muchos sectores la actitud c¨®moda, de simplemente esperar a que vuelva la expresidenta, en vez de acometer reformas profundas¡±, critica D¨ªaz.
El problema, seg¨²n los analistas, es qu¨¦ suceder¨¢ en el caso hipot¨¦tico que de Bachelet volviera a gobernar sin una coalici¨®n de partidos pol¨ªticos fuerte que la respalde. Hay consenso en que sin nuevas propuestas y figuras, esa administraci¨®n puede terminar siendo un triste letargo.
Al margen de qui¨¦n ganar¨¢ las elecciones presidenciales, sin embargo, a ninguno de los dos bloques pol¨ªticos que existen en este pa¨ªs les ser¨¢ f¨¢cil ganarse el voto de la gente. Una de las razones de la crisis de representatividad que enfrenta la clase pol¨ªtica es que en este pa¨ªs es necesario inscribirse para votar y, desde ese momento, el sufragio es obligatorio. El gobierno de Pi?era se ha comprometido a cambiar el sistema, por lo que en las elecciones de diciembre de 2013 probablemente habr¨¢ unos cuatro millones de nuevos electores. Nadie sabe a ciencia cierta c¨®mo influir¨¢n en los resultados, porque quienes escojan al futuro presidente de Chile son los mismos j¨®venes que se movilizan estos d¨ªas indignados en las calles de todo el pa¨ªs. Y al menos en la red social Twitter tienen una proclama: Ni derecha ni Concertaci¨®n.
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