Y van tres dictadores ca¨ªdos
Con Gadafi, el movimiento ¨¢rabe por la libertad y la dignidad se ha cobrado su tercera pieza de caza mayor
El tunecino Ben Ali se escap¨® a Arabia Saud¨ª con las maletas llenas; el egipcio Mubarak fue detenido y est¨¢ siendo juzgado; el libio Gadafi, fiel a su personaje, acaba de ser abatido en el ¨²ltimo foco de su resistencia armada a la rebeli¨®n popular. ?Qui¨¦n dijo que la primavera ¨¢rabe estaba acabada? En menos de un a?o ya ha conseguido derrocar a los tres principales tiranos del norte de ?frica, ha situado al clan sirio de los Asad y al yemen¨ª Saleh en la posici¨®n de fieras acorraladas y ha impulsado un proceso de reformas democr¨¢ticas en Marruecos. Es un balance espectacularmente positivo.
A finales de agosto se cerr¨® un importante cap¨ªtulo en la historia de este joven y fr¨¢gil Estado norteafricano llamado Libia con la toma por los rebeldes de su capital, Tr¨ªpoli, y la huida de Gadafi. Desde entonces se especulaba con el paradero del tirano: tal vez estaba viviendo en su red de t¨²neles, tal vez hab¨ªa sido acogido por los tuaregs del desierto, tal vez se hab¨ªa instalado en alg¨²n pa¨ªs africano pr¨®ximo o tal vez estaba en Sirte, su feudo natal, con sus ¨²ltimos leales. Acabamos de saber que era esto ¨²ltimo.
Al lado del desastre que fue la invasi¨®n en Irak, los dem¨®cratas deben felicitarse
La muerte de Gadafi es una buena noticia para Libia, el Magreb, el mundo ¨¢rabe y la comunidad internacional. Mientras estuviera libre este coronel que ha protagonizado de forma grotesca y criminal dos terceras partes de la vida independiente de su pa¨ªs, la rebeli¨®n no pod¨ªa cantar victoria. Ahora, en cambio, ya puede afirmarse tanto su triunfo como otorgarle un aprobado alto a la intervenci¨®n internacional en Libia. Modesta, de baja intensidad, sin protagonismo estelar de Estados Unidos, b¨¢sicamente europea, con el significativo apoyo de Turqu¨ªa y Qatar, la simpat¨ªa de Al Yazira y una amplia tolerancia en el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n, esa intervenci¨®n, aunque haya sido a trancas y barrancas, ha funcionado. Al lado del desastre que fue la invasi¨®n en Irak, los dem¨®cratas deben felicitarse.
Por supuesto, a los libios les queda una tarea ingente. Para empezar, liquidar los restos de gadafismo, restablecer un orden m¨ªnimo en su pa¨ªs y superar las evidentes contradicciones de todo tipo ¨Cideol¨®gicas,pol¨ªticas, personales, locales, tribales, de visi¨®n del papel de la religi¨®n en un Estado democr¨¢tico¡- existentes en el seno del Consejo Nacional de Transici¨®n y en sus fuerzas militares. Si esas contradicciones se agudizan, incluso es posible que la a guerra civil contin¨²e en Libia y todo acabe en alg¨²n tipo de balcanizaci¨®n o libanizaci¨®n.
A los libios les queda una tarea ingente: liquidar los restos de gadafismo, restablecer un orden m¨ªnimo en su pa¨ªs y superar las contradicciones de todo tipo
Porque, y este es el fondo del asunto de lo que se trata es, ni m¨¢s ni menos, que de construir un pa¨ªs y convertirlo, adem¨¢s, en una democracia m¨ªnimamente decente. Libia tiene una escasa identidad nacional, es el fruto, y bastante reciente, de la fusi¨®n de territorios des¨¦rticos secularmente administrados por los otomanos, y all¨ª el peso de las diferencias locales, provinciales y tribales es enorme. A su lado, Marruecos,T¨²nez y Egipto son naciones viejas y relativamente cohesionadas.
As¨ª que el vaso est¨¢ medio lleno o medio vac¨ªo, seg¨²n el punto de vista que se adopte. Yo lo veo medio lleno porque, con Gadafi, estaba completamente vac¨ªo desde el punto de vista de los dem¨®cratas,aunque tal vez no desde la perspectiva de los partidarios de la realpolitik y la primac¨ªa de los negocios petroleros.
Las ca¨ªdas de Ben Ali y Mubarak confirmaron a Gadafi en su idea de que el mejor modo de mantenerse en el poder era emplear la m¨¢xima brutalidad, respondi¨® con sangre y fuego a la rebeli¨®n libia. Afortunadamente, cuando los rebeldes de Bengasi estaban a punto de ser aplastados, la comunidad internacional, liderada por Par¨ªs y Londres, supo reaccionar.
Si Gadafi hubiera triunfado, no solo la rebeli¨®n libia habr¨ªa sido aplastada sino que la revoluci¨®n democr¨¢tica ¨¢rabe habr¨ªa sufrido un grave rev¨¦s. No ha sido as¨ª, al hamdulil¨¢.
A los dem¨®cratas libios les queda, sin duda, una ingente tarea y a la primavera ¨¢rabe un largo, retorcido y doloroso recorrido. Normal: lo iniciado en el norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo en 2011 es un nuevo ciclo hist¨®rico, algo que durar¨¢ a?os, que tendr¨¢ avances, pausas y retrocesos, que conocer¨¢ victorias y derrotas. No es la existencia de l¨ªderes y vanguardias leninistas, lo que caracteriza a las revoluciones, sino la encarnaci¨®n de ideas transformadoras en combativos movimientos populares. Hoy mismo, el movimiento ¨¢rabe por la libertad y la dignidad se ha cobrado su tercera pieza de caza mayor. Mabruk, felicidades.
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