"Cu¨ªdate que te vamos a fusilar, perra"
La prensa independiente es insultada en Venezuela y no tiene acceso libre a la informaci¨®n
Creo que, en mi experiencia como corresponsal de medios internacionales en Venezuela, el tema m¨¢s inquietante que puedo referir es el cerco que se ha levantado para acceder a la informaci¨®n gubernamental. La mayor¨ªa de las veces es tremendamente dif¨ªcil tener acceso a la fuente oficial.
Primero, porque muchos de los encuentros con la prensa son filtrados y se deja fuera a los medios que son cr¨ªticos al Gobierno. Yo he visto varias veces como al canal Globovisi¨®n -conocido por ser abiertamente opuesto a Hugo Ch¨¢vez- se le ha negado la entrada al Palacio de Gobierno o a la Canciller¨ªa, por ejemplo. Ahora le acaban de imponer una multa de m¨¢s de 2 millones de d¨®lares por considerar que su cobertura incentiva la violencia y produce zozobra, como si las decenas de muertos y las atrocidades que vivimos a diario en Venezuela fuesen un invento de los medios de comunicaci¨®n.
Segundo, porque una vez que logramos entrar a las conferencias de prensa del presidente y sus ministros, es pr¨¢cticamente un sacrilegio hacer preguntas inc¨®modas, olvidando que la funci¨®n del periodista no es ser complaciente con las autoridades.
Muestra de eso fue el fuerte episodio que tuve con el presidente Ch¨¢vez en septiembre de 2010, cuando hice la pregunta que cualquier periodista independiente habr¨ªa hecho: ?Por qu¨¦ con tan poca diferencia de votos, la oposici¨®n ha ganado 37 esca?os menos en el Congreso?
Pues bien, el presidente prefiri¨® dar vueltas, llamarme ignorante y mandarme a estudiar, antes que contestar la pregunta. Tambi¨¦n ha sucedido con otros colegas de la prensa nacional e internacional. A un reportero de Fox News incluso lo llam¨® est¨²pido. A una colega de Televen le se?al¨® "los intereses econ¨®micos de sus jefes". En fin.
Ha habido situaciones realmente cr¨ªticas como la crisis de la prisi¨®n El Rodeo, en donde los medios que no pertenec¨ªamos al Gobierno est¨¢bamos a un kil¨®metro de la puerta, frente a una barricada de militares que no nos dejaban pasar. Mientras tanto, ve¨ªamos por televisi¨®n al ministro de Interior declarar a los medios del Gobierno ?desde dentro! de la prisi¨®n.
A m¨ª se me ha negado la posibilidad de entrar al Palacio de Miraflores dos veces, en otras ocasiones ni siquiera me convocan, y la guinda del helado fue la reciente negativa del ministro de Comunicaci¨®n e Informaci¨®n a permitirme hacer preguntas. "Ella no", fueron exactamente sus palabras, sin tapujos y sin disimulo. Aderezado adem¨¢s con algunos gestos irrespetuosos, muy poco dignos de un ministro. Me vi obligada a hacer un reclamo p¨²blico delante del presidente Ch¨¢vez que hizo mucho ruido pero que, lamentablemente, no s¨¦ si garantizar¨¢ mi acceso a la informaci¨®n en un futuro.
Y luego, est¨¢ la reacci¨®n de algunos partidarios del presidente que son verdaderos expertos en insultos y amenazas. Las flores que he recibido van por este tono: "Prostituta de la comunicaci¨®n","mercenaria", "tarifada", "cu¨ªdate que te vamos a fusilar, perra". Un rosario de etiquetas que, para ser sincera, alguna vez me preocuparon pero que hoy me han hecho la piel m¨¢s curtida. A¨²n as¨ª, me ha ido mucho mejor que a otros colegas que han sido golpeados f¨ªsicamente, que sus cuentas de redes sociales han sido usurpadas o que, en el peor de los casos, est¨¢n en prisi¨®n o en el exilio.
Uno de ellos es Leocenis Garc¨ªa, director del semanario 6toPoder, quien est¨¢ detenido desde el mes de Agosto por haber publicado un montaje fotogr¨¢fico de las altas funcionarias del Gobierno venezolano en traje de cabareteras. Vamos, la foto puede ser provocadora y hasta de mal gusto, pero no creo que justifique poner a un periodista en prisi¨®n.
Y si algunos pudieran refutar ese argumento con aquello de "no permitir el libertinaje de expresi¨®n ni la ofensa a las damas", yo les invitar¨ªa a echar una miradita al canal del Estado que transmite un programa llamado La Hojilla en donde los insultos son el pan de cada d¨ªa y a las mujeres de oposici¨®n se les tilda de putas, sin edulcorantes. ?D¨®nde est¨¢n los espadachines de la justicia femenina en esos momentos?
En todo caso, quienes intentamos hacer periodismo serio e independiente, sobre todo en un pa¨ªs donde la noticia est¨¢ muy centrada en lo gubernamental, estamos en una lucha constante para hacer preguntas inteligentes, obtener cifras reales de inseguridad, petr¨®leo, presupuesto, tener acceso a los funcionarios y ser testigos de los sucesos m¨¢s relevantes, convenientes para el Gobierno o no. Lamentablemente, en ese intento, nos pegan en la frente la etiqueta de "desestabilizadores" y, con ella, todas sus consecuencias.
Andreina Flores es corresponsal en Caracas de Radio Francia Internacional y RCN Radio de Colombia
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