Atrapados por el cambio clim¨¢tico

El 4 de mayo de 2008 unas 100.000 personas perdieron la vida en un violento cicl¨®n que sacudi¨® el sur de las costas birmanas. La devastaci¨®n inicial fue seguida de una aguda crisis humanitaria debido a la incapacidad de acceder a las v¨ªctimas.

El caso de Birmania no es un ejemplo aislado, las consecuencias de la sequ¨ªa en Somalia o de las inundaciones en Nueva Orleans por efectos del hurac¨¢n Katrina ponen sobre el tapete la realidad de decenas de millones de personas que por razones socioecon¨®micas quedan atrapadas en lugares vulnerables a los desastres naturales.

Esta tendencia, denostada tradicionalmente en detrimento de los flujos migratorios que huyen debido a las sequ¨ªas, las inundaciones y la hambruna, ha sido registrada en un estudio del Gobierno brit¨¢nico sobre cambio clim¨¢tico y migraci¨®n. ¡°Mucha gente, en especial los pobres, no pueden emigrar en circunstancias de riesgo debido a que resulta costoso. Se trata de una situaci¨®n preocupante para peque?as comunidades que hace necesarias soluciones internacionales¡±, explica el profesor John Beddington, consejero jefe cient¨ªfico del Gobierno brit¨¢nico.

Un ejemplo de estas ¡°soluciones internacionales¡± que apunta el acad¨¦mico lo podemos encontrar en Nueva Zelanda, pa¨ªs que ha ofrecido acoger anualmente y durante las pr¨®ximas tres d¨¦cadas a 75 habitantes de Tuvalu, isla de la Polinesia en continua alerta de ciclones y con una altura m¨¢xima sobre el nivel del mar de apenas cinco metros, lo que le sit¨²a en grave riesgo de inundarse debido al aumento del nivel del mar.

El estudio pronostica tambi¨¦n un progresivo cambio de sentido en las migraciones. ¡°Las personas son cada vez m¨¢s propensas a emigrar hacia lugares vulnerables a las cat¨¢strofes medioambientales en vez de huir de ellos¡±, indica el informe. Partiendo de datos del a?o 2000, para el 2060 podr¨ªa haber entre 114 y 192 millones de personas m¨¢s viviendo en ¨¢reas con graves peligros de padecer desastres naturales.

Para el 2060 podr¨ªa haber entre 114 y 192 millones de personas m¨¢s viviendo en ¨¢reas con graves peligros de padecer desastres naturales

Andrew Geddes, profesor de Pol¨ªtica Global de Migraci¨®n en la Universidad de Sheffield, sit¨²a en las megal¨®polis africanas y asi¨¢ticas el principal desaf¨ªo pol¨ªtico. ¡°Sabemos que gran parte de los movimientos migratorios son de car¨¢cter interno, dentro de los estados y en direcci¨®n a las grandes ¨¢reas urbanas. La clave la encontramos en esta emigraci¨®n interna hacia las grandes urbes que podr¨ªan convertirse en ¨¢reas medioambientales en riesgo. Lo que pone de manifiesto la importancia de planes urban¨ªsticos efectivos como medida prioritaria¡±, explica Geddes.

En cualquier caso ¨Cy tal como sostienen los expertos en el informe¨C la soluci¨®n no puede pasar por impedir el flujo procedente del mundo rural a las grandes urbes ya que podr¨ªa conducir a resultados nefastos. Acrecentar¨ªa el empobrecimiento y la migraci¨®n a lugares peligrosos como son las zonas costeras de baja elevaci¨®n, las tierras ¨¢ridas y de monta?a. Por el contrario, un cierto grado de migraci¨®n planificada y proactiva podr¨ªa permitir a los hogares y la poblaci¨®n a permanecer in situ durante m¨¢s tiempo. ¡°Impedir la inmigraci¨®n es muy arriesgado porque supone conducir a las personas a rutas migratorias potencialmente peligrosas¡±, zanja Geddes.

El informe, en el que han trabajado 300 expertos de 30 pa¨ªses, hace hincapi¨¦ tambi¨¦n en los efectos positivos de los flujos migratorios. ¡°Los movimientos migratorios pueden jugar un rol importante a la hora de ayudar en la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico de ciertas comunidades ¨Cde hecho, pueden tener un impacto transformador¡±, explica el profesor John Beddington. ¡°Pueden hacer m¨¢s resistentes a las comunidades frente a los impactos medioambientales ya que producen canales de ingresos alternativos. Es el caso, por ejemplo, de Kenia, Etiop¨ªa o Burkina Faso, pa¨ªses en los que la migraci¨®n est¨¢ ayudando a sus habitantes a encontrar nuevas fuentes de ingresos y as¨ª proteger el futuro de sus familias¡±. Por poner un ejemplo de la importancia de estas remesas, en 2009 supusieron unos 223 mil millones de euros, casi tres veces el valor de la ayuda destinada al desarrollo.