La mayor¨ªa de Berlusconi en el Congreso se desmorona
Nuevas defecciones debilitan la fr¨¢gil coalici¨®n del primer ministro italiano
Silvio Berlusconi se desmorona. Italia ha sido durante el fin de semana un puro rumor, una pura intriga en busca de la respuesta a una pregunta: "?Cu¨¢ntos leales le quedan a Il Cavaliere?". Despu¨¦s de que, la pasada semana, seis diputados del Pueblo de la Libertad (PDL) firmaran una carta haciendo p¨²blico y oficial su divorcio, las ¨²ltimas noticias apuntan a que otros diputados -se habla de 20- estar¨ªan dispuestos a dejar a su antiguo patr¨®n en la estacada. Eso, si Berlusconi, un aut¨¦ntico maestro en estos menesteres, no consigue convencerlos antes de lo rentable que les puede resultar mantenerse leales. De hecho, el primer ministro, que cada fin de semana descansa en su casa de Mil¨¢n, se ha quedado esta vez en el romano Palacio Chigi para ir llamando a cap¨ªtulo a los traidores. Si bien los ¨²ltimos rumores insist¨ªan en que el primer ministro estaba haciendo ya testamento pol¨ªtico, ¨¦l -en su pen¨²ltimo h¨¢lito de vida pol¨ªtica- sigue insistiendo: "Estad tranquilos. No dar¨¦ ning¨²n paso atr¨¢s".
Lo curioso del asunto es que, con Berlusconi todav¨ªa vivo pol¨ªticamente, sus hipot¨¦ticos herederos no se ponen de acuerdo en la manera de repartirse la t¨²nica. ?Un gobierno t¨¦cnico? ?Tal vez uno de concertaci¨®n? Ni existe soluci¨®n para el d¨ªa despu¨¦s ni la certeza de que el primer ministro haya perdido la mayor¨ªa en el Parlamento. Tanto es as¨ª que los peri¨®dicos que han sondeado a los diputados del PDL supuestamente d¨ªscolos solo han cosechado un buen atajo de vaguedades. Guglielmo Picchi dice: "?El voto de confianza? Sobre esta pregunta no tengo ning¨²n comentario que hacer". El piamont¨¦s Franco Stradella reflexiona sobre el hombre a traicionar: "Berlusconi ha hecho cosas extraordinarias y puede hacer todav¨ªa una m¨¢s. Puede ser el padre noble y reunir a los moderados, ¨²ltimo acto de amor por la democracia...". No es de extra?ar que, si estos son los diputados que deben apu?alar a Berlusconi, ni los m¨¢s avezados analistas pol¨ªticos se atrevan a pronosticar si el actual primer ministro lo seguir¨¢ siendo al final de la semana o seguir¨¢ prolongando su agon¨ªa indefinidamente.
Ante una situaci¨®n tan desquiciante, el presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, ha vuelto a apelar a la cordura: "Italia no puede encontrar su camino en un clima de guerra pol¨ªtica. Todas las fuerzas pol¨ªticas, sin renunciar a su propia identidad, deben encontrar la v¨ªa de la cohesi¨®n". Una llamada a la tregua que, sin pretenderlo, puede favorecer a Berlusconi. Como puede favorecerlo otra cuesti¨®n no menor. La situaci¨®n extremadamente delicada que vive la econom¨ªa italiana quiz¨¢s no pueda soportar la inestabilidad a?adida de un proceso pol¨ªtico de cambio. Si las elecciones anticipadas fueron una alternativa unos meses atr¨¢s -Giulio Tremonti, el ministro de Econom¨ªa, lleg¨® a decir que Espa?a estaba mejor que Italia porque Zapatero hab¨ªa dado el paso-, ahora tal vez ya no lo sean tanto. Sobre todo porque, llegado el caso, no parece que la oposici¨®n pudiera ser capaz de protagonizar un vuelco electoral que despejara la situaci¨®n.
Por tanto, las miradas regresan a Berlusconi. Su ministro de Econom¨ªa -seg¨²n public¨® Financial Times- le pidi¨® durante la cumbre del G-20 que abandonara antes del lunes por el bien de la econom¨ªa. El presidente del Congreso, Gianfranco Fini, le dice que se vaya por su propio bien: "Si renuncia, puede elegir a su sucesor". Y muchos, casi todos, por el bien de Italia. Una de las frases que mejor lo resume el da?o que Berlusconi le est¨¢ haciendo a la imagen de Italia es la de uno de los diputados d¨ªscolos, Calogero Mannino: "En la Primera Rep¨²blica, cuando ¨ªbamos a las cumbres europeas, la se?ora Thatcher se levantaba e iba a saludar a Giulio Andreotti...". Ahora, le falt¨® a?adir, Merkel y Sarkozy se r¨ªen de Berlusconi.
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