Las ra¨ªces blancas de Obama
La cumbre Asia-Pac¨ªfico lleva al presidente de EE UU a su Hawai natal All¨ª se cri¨® como parte de la minor¨ªa blanca y defini¨® su car¨¢cter
Michelle Obama dijo en una ocasi¨®n, en relaci¨®n con el car¨¢cter de su marido, que ¡°no se puede entender a Barack hasta que se entiende Hawai¡±. Dif¨ªcil labor, porque este es un territorio social y culturalmente confuso, tan variado y complejo como la biograf¨ªa y la personalidad del presidente. Pero recorriendo las calles en las que naci¨® y vivi¨® de adolescente, en las que empez¨® a dise?ar su futuro, se entiende algo mejor lo que se esconde detr¨¢s de Obama, un misterio que tiene que ver con su raza, su origen y el costoso descubrimiento de su propia identidad. A su Honolul¨² natal regres¨® ayer el presidente de EE UU, motivo de la Cumbre Asia-Pac¨ªfico.
La historia de Barack Obama es la suma de sucesos inveros¨ªmiles. Su ascenso a la presidencia como el primer negro en lograrlo es, por supuesto, el hecho m¨¢s sorprendente de toda su carrera. Pero antes de eso, cada paso en su vida es un movimiento arriesgado y fuera de lo convencional: el padre que lo abandon¨® despu¨¦s de nacer para volver con los suyos en Kenia, la madre que se lo llev¨® a un lugar tan remoto como Indonesia junto a un nuevo marido de confesi¨®n musulmana, el regreso posterior a la casa de unos abuelos blancos, su educaci¨®n inesperada en universidades de ¨¦lite de la Costa Este, su descubrimiento tard¨ªo de la marginaci¨®n de los negros en Chicago y su transformaci¨®n en el m¨¢s joven senador de Washington.
Dos autobiograf¨ªas en 50 a?os
Ese extraordinario relato solo puede dar lugar a una personalidad rica pero torturada, a un hombre que se ha visto obligado a desentra?ar cuidadosamente su pasado ¡ªha escrito dos autobiograf¨ªas antes de cumplir los 50 a?os¡ª para encontrarse a s¨ª mismo.
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Obama naci¨® como un blanco m¨¢s un 4 de agosto de 1961 en el Kapiolani Hospital for Women and Children de la ciudad de Honolul¨². Entonces, y ahora, la poblaci¨®n negra de Hawai apenas llegaba al 1%. Su familia se encontr¨® con un ni?o negro como fruto de una aventura de su madre a los 18 a?os. Los abuelos, Madelyn y Stanley Dunham, que hab¨ªan llegado al archipi¨¦lago un a?o antes desde California en busca de mejores oportunidades de trabajo, acogieron a su casa a la hija y al nieto reci¨¦n nacido. Stanley, que tambi¨¦n hab¨ªa sido criado por sus abuelos porque su madre se suicid¨®, se emple¨® en una f¨¢brica de muebles y Madelyn encontr¨® un puesto en un banco hawaiano, del que, 10 a?os despu¨¦s, llegar¨ªa a ser vicepresidenta.
A los seis a?os de edad, Obama se fue con su madre, Ann Dunham, a Yakarta, acompa?ando a su padrastro, Lolo Soetoro, a quien Ann hab¨ªa conocido como estudiante de geograf¨ªa en la Universidad de Hawai. Solo cuatro a?os despu¨¦s, el futuro presidente regresar¨ªa a Honolul¨², donde ya quedar¨ªa permanentemente al cargo de sus abuelos.
Gracias al ascenso laboral de Madelyn y a la presi¨®n social entre los blancos de clase media de la isla por educar a los ni?os en el mejor colegio de la ciudad, Obama fue enviado a la Punahou School, donde se forma la ¨¦lite local. En todas las fotos de la ¨¦poca, se ve a Obama como el ¨²nico chico negro de la escuela.
Punahou, cuya matr¨ªcula est¨¢ hoy en torno a los 20.000 d¨®lares anuales (unos 14.500 euros), conserva el lustre social que siempre ha tenido y el cuidado campus tropical por el que han pasado, entre otros, Steve Case, el cofundador de America On Line. Sus buenas notas all¨ª fueron decisivas para que Obama fuera admitido despu¨¦s en Columbia y en Harvard, dos de los destinos frecuentes de los estudiantes de Punahou.
A un par de manzanas del colegio est¨¢ el piso en el que Madelyn vivi¨® hasta su muerte ¡ªocurrida un d¨ªa antes de la elecci¨®n de Obama como presidente¡ª, acompa?ada de Maya Soetoro, una de las hijas que la madre de Obama tuvo con Lolo Soetoro. Obama y Maya vivieron juntos en esa casa durante varios a?os y conservan una estrecha relaci¨®n de hermanos. Maya se cas¨® despu¨¦s con un hawaiano de origen chino y ahora trabaja como profesora en Honolul¨².
Todav¨ªa hoy, pero m¨¢s a¨²n en aquellos a?os, los blancos son objeto de una cierta discriminaci¨®n entre la poblaci¨®n nativa de Hawai, que se refiere a ellos despectivamente como ¡°hauli¡±, de fuera. Obama aprendi¨® pronto, por tanto, a saber lo que significa ser una minor¨ªa entre una mayor¨ªa de origen asi¨¢tico o nativo, pero ¨¦l se sent¨ªa entonces discriminado como blanco, no como negro.
L¨ªder afroamericano
Vivi¨® como un blanco todos eso a?os y lo seguir¨ªa haciendo a¨²n en su paso posterior por la universidad ¡ªincluida la elitista Escuela de Leyes de Harvard¡ª, aunque all¨ª empez¨® a tomar conciencia del mundo al que realmente pertenec¨ªa. En su primer destino laboral como abogado, en la firma Sidley Austin de Chicago, conoci¨® a Michelle, y con ella acceder¨ªa plenamente a la sociedad negra de la ciudad, donde ya encauzar¨ªa su carrera como un l¨ªder afroamericano.
Nunca acept¨®, sin embargo, el papel de un dirigente negro tradicional. Conoc¨ªa a los blancos mejor que a los negros, y supo por ello elaborar una plataforma que conectaba perfectamente con los sentimientos de ambas razas. ¡°Lo mejor que hay en m¨ª y lo mejor que hay en mi mensaje es consistente con la tradici¨®n de Hawai¡±, ha declarado Obama.
Sin Hawai, efectivamente, Obama no hubiera sido el pol¨ªtico que es. Este es un lugar apartado del mundo en el que creci¨® en una burbuja en la que fue feliz y desarroll¨® un esp¨ªritu sano. Hawai le dio a su car¨¢cter una inocencia que conserva. En ning¨²n otro lugar de EE UU, Obama podr¨ªa haber vivido ajeno al choque entre su raza y la de su familia. En cualquier otro lugar se hubiera visto obligado a definirse mucho antes. Pero Hawai contribuy¨® tambi¨¦n a la confusi¨®n que se desprende de su personalidad, a esa tendencia suya a situarse en un punto equidistante de todas las posiciones en conflicto. Un rasgo que tambi¨¦n conserva y en ocasiones resulta irritante.
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