Danielle Mitterrand, el combate por la libertad
La viuda del expresidente franc¨¦s Fran?ois Mitterrand, fallecida este martes a los 87 a?os, luch¨® durante d¨¦cadas por causas perdidas del mundo entero
Tras sobrevivir a un atentado en el Kurdist¨¢n que mat¨® a siete integrantes del convoy de la fundaci¨®n Francia-Libertades, Danielle Mitterrand afirm¨®: ¡°Continuar¨¦ con mi acci¨®n hasta la muerte¡±. Y eso hizo. La viuda de Fran?ois Mitterrand muri¨® este martes en Par¨ªs, a los 87 a?os, tras una vida llena de combates por la libertad, de pasi¨®n y amores, y tambi¨¦n de paradojas, sinsabores y disgustos.
Aunque fue la primera dama francesa durante 15 a?os, siempre detest¨® esa apelaci¨®n, y cuando su marido fue elegido presidente de la Rep¨²blica en 1981, firm¨® un pacto con ¨¦l seg¨²n el cual Mitterrand se dedicar¨ªa a la realpolitik y ella pasear¨ªa por el mundo defendiendo causas perdidas, algunas tan pol¨ªticamente embarazosas para el El¨ªseo como Cuba, T¨²nez, Marruecos, los Pa¨ªses No Alineados y el Tercer Mundo.
Hija de dos maestros de escuela, Antoine y Rene¨¦ Gouze, naci¨® en 1924 en Verd¨²n. El padre, mas¨®n del Gran Oriente, se neg¨® a facilitar la lista de alumnos y profesores jud¨ªos durante la ocupaci¨®n nazi y Vichy le apart¨® de su profesi¨®n sin juicio. ¡°Yo ten¨ªa 16 a?os¡±, record¨® su hija en Le Monde en 1982, ¡°y tuve que salir de mi indiferencia para medir mi capacidad de revuelta contra la injusticia, la que sufrieron esos ni?os, la que sufri¨® mi padre¡±.
Ah¨ª empezar¨ªa la aguerrida militancia de aquella joven menuda, ¡°hermosa y con unos ojos de gata admirables, fijos sobre un m¨¢s all¨¢ del cual ignoro los l¨ªmites y los accidentes¡±, seg¨²n escribir¨ªa Fran?ois Mitterrand en una carta. Danielle Gouze conoci¨® a aquel joven seductor y brillante, hijo de una familia de provincias, conservadora, cat¨®lica e ilustrada, en abril de 1944 en Par¨ªs. Los present¨® su hermana Madeleine, quien le hab¨ªa anunciado: ¡°Tengo un novio para ti¡±. Pero a Danielle no le gust¨® el capit¨¢n Morland, como se llamaba Mitterrand en la Resistencia: ¡°?Es un hombre, y a m¨ª me gustan los j¨®venes!¡±.
Se casaron meses m¨¢s tarde, el 28 de octubre de 1944, y estuvieron juntos ¡ªo lo aparentaron¡ª durante 51 a?os. Ella le perdon¨® siempre todo: cuando trat¨® de justificar sus a?os de colaboracionista afirmando que fueron ¡°una tapadera¡±; o cuando le ocult¨® su enfermedad durante a?os: ¡°Solo intentaba mantener nuestra tranquilidad de esp¨ªritu¡±, afirm¨®. Tuvieron dos hijos, Gilbert (1949), y Jean-Christophe (1952), y nada le hizo desistir de una relaci¨®n que no siempre fue f¨¢cil, sobre todo por las continuas aventuras del carism¨¢tico pol¨ªtico socialista. El libro de Ariane Chemin y G¨¦raldine Catalano (Une famille au secret, 2005), cuenta que, en los a?os sesenta, ¨¦l le propuso un pacto: cada uno vive su vida, y mantenemos la pareja social.
En 1974 Mitterrand tuvo una hija con Anne Pingeot, Mazarine. Gracias a la connivencia de la prensa, el p¨²blico franc¨¦s se enter¨® veinte a?os despu¨¦s. Fue un duro golpe para Danielle, que en julio de 1994 hab¨ªa sido operada para ¡°reparar mi pobre corazoncillo¡±, seg¨²n dijo. El mundo reconocer¨ªa su elegancia cuando, en 1996, el d¨ªa del funeral de su marido en Jarnac, Danielle Mitterrand acogi¨® a Mazarine junto a sus dos hijos, y la abraz¨®.
Pese a todo, siempre acompa?¨® a su hombre en su imparable ascensi¨®n pol¨ªtica. Llor¨® de rabia en 1974, cuando Mitterrand perdi¨® por un insoportable 0,6% las elecciones frente a Val¨¦ry Giscard d¡¯Estaing. Y volvi¨® a llorar, de alegr¨ªa, cuando siete a?os m¨¢s tarde el l¨ªder socialista logr¨® la revancha por tres puntos y medio.
Desde el El¨ªseo, independiente y valiente, sigui¨® trabajando por los derechos humanos y los oprimidos del mundo. En 1986, reuni¨® sus tres asociaciones en una fundaci¨®n, Francia-Libertades, y se convirti¨®, escrib¨ªa tras conocer su muerte Le Monde, en ¡°la pesadilla de las embajadas, la bestia negra del Quai d¡¯Orsay¡±. Su obsesi¨®n kurda, su amistad con el Dalai Lama, su odio por Hassan II, su apoyo al Polisario y a Fidel Castro, la lucha por el agua potable como bien accesible a todos¡ Casi ninguna causa perdida le fue ajena. Ser¨¢ enterrada en Cluny, con sus padres, lejos del gran amor de su vida. Y con una peque?a pol¨¦mica de la que habr¨ªa seguramente gozado: la nota de condolencia oficial emitida ayer por el El¨ªseo conten¨ªa seis faltas de ortograf¨ªa.
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