Los congole?os desaf¨ªan la violencia y votan de forma masiva en las elecciones
Cuatro muertos y varios centros de voto quemados en los segundos comicios desde la independencia El presidente Kabila se perfila como ganador
Apenas hab¨ªa amanecido y ya decenas de personas hac¨ªan cola pacientemente en los colegios electorales de Goma, la capital de la conflictiva regi¨®n de Kivu Norte en el este de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC). Hasta el ¨²ltimo momento se hab¨ªa dudado de que se pudieran celebrar, pero las segundas elecciones desde la independencia de la RDC finalmente pudieron llevarse a cabo.
Los ciudadanos han acudido a votar a pesar de la violencia y los problemas de organizaci¨®n. Al menos cuatro personas murieron durante el ataque a un colegio electoral por parte de un hombre armado en Lubumbashi, la segunda ciudad. En West Kasai, feudo de la oposici¨®n, votantes enfurecidos por los retrasos en el proceso quemaron varios centros de voto. En la capital, Kinshasa, no se registraron incidentes graves.
Es un pa¨ªs muy grande y muy complicado, es dif¨ªcil y hay que darle a Kabila otros cinco a?os¡±, dice un estudiante de derecho
Es un pa¨ªs muy grande y muy complicado, es dif¨ªcil y hay que darle a Kabila otros cinco a?os¡±, dice un estudiante de derecho
¡°Si un congole?o dice que vendr¨¢ a las siete, aparecer¨¢ a las ocho¡±, coment¨® Salomon Maombi, un desempleado de 32 a?os. ¡°Pero esperamos cambiar no s¨®lo esta actitud sino todo lo dem¨¢s¡±, a?adi¨® Maombi mientras polic¨ªas armados con palos se dirig¨ªan con cierta violencia a las personas que pretend¨ªan entrar en las salas de votaci¨®n.
Esa vaga esperanza conviv¨ªa con una gran desconfianza hacia el proceso electoral. Muchos congole?os mostraban un sms que hab¨ªa llegado a casi todos los m¨®viles. En ¨¦l, se les alertaba de acudir a votar con sus propios bol¨ªgrafos "porque la tinta de los de la comisi¨®n electoral desaparece a los 30 minutos". Algo que la comisi¨®n neg¨® y que parece muy improbable, aunque es una muestra de la suspicacia reinante.
"Aqu¨ª, quien organiza las elecciones no lo hace para perderlas", coment¨® con cinismo Bertin Baruani, un estudiante de 20 a?os. "Nosotros hemos venido por cumplir con el tr¨¢mite, ¨¦sa es la verdad".
Cerca de 32 millones de congole?os estaban llamados a las urnas de una poblaci¨®n de 75 millones. La RDC, con una extensi¨®n algo menor que la de Europa occidental, trata de recuperarse de las dos guerras que siguieron a la dictadura de Mobutu Sese Seko, que en sus 32 a?os en el poder convirti¨® a este pa¨ªs en uno de los m¨¢s pobres del mundo.
Once candidatos se disputan la presidencia
Pero la RDC tiene un potencial extraordinario. Atravesado por el r¨ªo Congo y cubierto de bosques y tierras tan f¨¦rtiles que se comen las pocas carreteras, la RDC cuenta adem¨¢s con una enorme riqueza mineral. Contiene entre el 70 y el 80 por cien de las reservas mundiales de colt¨¢n, un mineral necesario para elaborar casi cualquier aparato electr¨®nico, y alrededor del 30 por cien de las de diamantes, adem¨¢s de oro, cobalto, cobre y otros minerales.
El actual presidente, Joseph Kabila, que lleg¨® al poder tras el asesinato en 2001 de su padre, Laurent Kabila, el l¨ªder rebelde que depuso a Sese Seko, es el favorito para ser declarado vencedor el 6 de diciembre.
Irregularidades en el voto
Muchos votantes se encontraron con que sus nombres no estaban en las listas pegadas en las paredes de los colegios electorales, algo que la comisi¨®n resolvi¨® inscribi¨¦ndolos en listas escritas a mano.
En Sake, un pueblo rodeado de monta?as de un verde exultante, el ambiente era m¨¢s relajado. Con una mayor¨ªa de poblaci¨®n rural, otro de los problemas aqu¨ª era el analfabetismo de gran parte del electorado. Los delegados de los partidos se peleaban por acompa?ar a estas personas a la cabina y decirles a qui¨¦n deb¨ªan votar.
"Yo voy a votar al presidente pero, ?a los diputados? Si un diputado me da algo, le voto, si no, no le voto", dijo con cinismo y se?al¨¢ndose los bolsillos Jerome Abamu, un parado que gana algo de dinero con ocasionales trabajos en la construcci¨®n.
Avanzando por los terribles y embarrados caminos de las monta?as, en Mukashi, un peque?o poblado situado en un valle con unas vistas que turistas occidentales considerar¨ªan un lujo, los votantes deb¨ªan cruzar un peque?o r¨ªo y caminar una empinada colina antes de llegar al colegio electoral.
Es en zonas remotas como ¨¦sta donde a¨²n hay episodios de violencia y resisten milicias armadas que luchan por el control de las minas esparcidas por las regi¨®n. En Matanda, un poblado cercano, Jean de Dieu Gasozi, un agricultor de 56 a?os, contaba con tristeza: "Hace unos meses, estaban solos en la casa mi hija y mi hijo y cuando ¨¦l se fue, un grupo entr¨® en la casa y la viol¨® all¨ª mismo. Tiene 15 a?os". Angelique Bahati, una profesora en el poblado, asinti¨®: "No podemos enviar a nuestras hijas al bosque a recoger le?a porque las pueden violar".
"Al nuevo presidente le pedimos por favor que traiga la paz, la paz es lo m¨¢s importante", insisti¨® Bahati.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.