Para salir de esta crisis tenemos que reconstruir Europa desde cero
La Uni¨®n Europea necesita una reparaci¨®n urgente. Sus estructuras son incapaces de soportar los enormes problemas pol¨ªticos y econ¨®micos a los que nos enfrentamos actualmente
En un art¨ªculo de opini¨®n publicado recientemente en el Financial Times, Jean-Claude Piris, exjuriconsulto del Consejo de Ministros de la UE, advert¨ªa de que la actual organizaci¨®n institucional de la UE ¡°ya no es sostenible¡± y ped¨ªa una Europa de dos velocidades. Al venir de un ex alto funcionario de la UE, procedente de uno de sus Estados miembros fundadores (Francia), y que tambi¨¦n fue uno de los arquitectos del Tratado de Lisboa, es un argumento convincente.
Piris tiene raz¨®n. La Uni¨®n Europea necesita una reparaci¨®n urgente. Sus estructuras son incapaces de soportar los enormes problemas pol¨ªticos y econ¨®micos a los que nos enfrentamos actualmente. Carece de la legitimidad que necesita para funcionar eficiente y eficazmente. Su propuesta de crear un grupo de vanguardia compuesto por 17 Estados miembros permitir¨ªa seguir adelante a los pa¨ªses de la eurozona y por consiguiente deber¨ªa ser bien recibida. Pero no aborda los problemas m¨¢s generales de la legitimidad hecha pedazos, por un lado, y la necesidad de reforzar la estabilidad y la seguridad del continente europeo, por el otro.
Hay dos fallas importantes que dividen a la actual UE. La primera es el euro. Como muchos han ca¨ªdo en la cuenta ahora, el euro no puede funcionar debidamente sin un grado mucho mayor de uni¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. Pero semejante nivel de integraci¨®n no puede conseguirse dentro de la actual UE, dado el fuerte sentimiento antieuropeo en varios Estados miembros, especialmente en Reino Unido. Europa no puede esperar a que se alcance un consenso nacional sobre el ingreso en la UE en Reino Unido y en otros pa¨ªses reacios al euro para poner su casa en orden.
La segunda falla es la identidad. Como sosten¨ªa recientemente Gareth Harding, periodista, acad¨¦mico y productor afincado en Bruselas, en el convincente discurso que pronunci¨® en la Universidad de Misuri, la mayor¨ªa de los ciudadanos europeos (que ni siquiera se consideran como tales) ya no tienen fe en el proyecto de la UE. Creen que el euro y la ampliaci¨®n fueron errores caros. Ven el ingreso de Turqu¨ªa en la UE como una amenaza a nuestra forma de vida. Para recuperar su apoyo, y volver a reencaminar Europa, necesitamos un nuevo planteamiento y una nueva arquitectura.
Debemos aceptar el hecho de que algunos pa¨ªses est¨¢n dispuestos y quieren ser parte de una moneda ¨²nica y todo lo que eso implica, mientras que otros no lo est¨¢n todav¨ªa y posiblemente nunca lo est¨¦n; tambi¨¦n tenemos que reconocer que algunos pa¨ªses est¨¢n dispuestos, quieren y hasta est¨¢n ansiosos por englobar parte de su identidad nacional y cultural en una uni¨®n pol¨ªtica europea y otros no lo est¨¢n todav¨ªa y posiblemente nunca lo est¨¦n. Todos merecen un sitio en la mesa europea. La respuesta es sustituir la actual UE con una nueva estructura de dos estratos.
El estrato exterior ser¨ªa un marco general menos invasivo y m¨¢s inclusivo para la cooperaci¨®n europea: una zona europea de Libertad, Seguridad y Prosperidad Europea (LSPE). Esta comprender¨ªa todos los Estados miembros de la UE y la Asociaci¨®n Europea de Libre Comercio (EFTA), as¨ª como todos los actuales candidatos al ingreso en UE, incluida Turqu¨ªa. Podr¨ªa ampliarse hacia el este para incluir a todos los pa¨ªses europeos, puede que un d¨ªa llegando hasta Rusia e incluy¨¦ndola, siempre y cuando se cumplan los criterios de acceso de Copenhague (o similares).
La LSPE ser¨ªa una zona de libre comercio con una pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n. Funcionar¨ªa sobre la base de las actuales normas de mercado internas, aunque la creaci¨®n de la LSPE se aprovechar¨ªa como una oportunidad para revisar, y en caso necesario, modificar las normas actuales. Cooperar¨ªa en cuestiones f¨ªsicas transfronterizas como el transporte y el medio ambiente, pero no tendr¨ªa ninguna funci¨®n en ¨¢mbitos pol¨ªticos en los que la resistencia ciudadana a la cooperaci¨®n europea y el miedo a una ampliaci¨®n adicional es mayor, como la educaci¨®n, la pol¨ªtica social y fiscal, y la justicia y los asuntos internos.
Todas las decisiones en esta zona se adoptar¨ªan por unanimidad, bajo el control de los parlamentos nacionales, en reconocimiento del hecho de que muchos pa¨ªses europeos no est¨¢n dispuestos a renunciar a sus poderes de veto o de decisi¨®n pol¨ªtica en ¨¢mbitos que se consideran de importancia nacional o pol¨ªtica vital. Esto reducir¨ªa la potencia de fuego de la zona pero reforzar¨ªa su legitimidad. Con el tiempo, la LSPE se fusionar¨ªa con el Consejo de Europa y asumir¨ªa el papel de la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE). El Tribunal Europeo de Derechos Humanos se modernizar¨ªa para aumentar su legitimidad.
El n¨²cleo interno ser¨ªa una Uni¨®n Pol¨ªtica y Econ¨®mica Europea (UPEE), que comprender¨ªa un grupo m¨¢s peque?o de Estados miembros sin fronteras internas, todos ellos miembros de la LSPE, un mercado ¨²nico con una moneda ¨²nica y un sistema integrado de gobernanza econ¨®mica, con una uni¨®n pol¨ªtica y fiscal plena y con la obligaci¨®n democr¨¢tica de rendir cuentas a nivel de la UPEE respecto a las decisiones tomadas a ese nivel. Schengen se englobar¨ªa en este n¨²cleo interno.
La legislaci¨®n que rige el mercado interno se aplicar¨ªa en esta zona por encima y m¨¢s all¨¢ de las normas de libre comercio acordadas en el seno de la LSPE. Para evitar atascos y garantizar avances a la hora de llevar a cabo las reformas pol¨ªticas y econ¨®micas necesarias, todas las decisiones dentro de la UPEE se adoptar¨ªan por mayor¨ªa cualificada. El ingreso en la UPEE estar¨ªa abierto a todos los miembros de la LSPE, pero la adhesi¨®n de nuevos Estados miembros estar¨ªa sujeta, al igual que ahora, al acuerdo un¨¢nime de los actuales Estados miembros.
Esta nueva arquitectura ser¨ªa inclusiva, para dar cabida al creciente euroescepticismo en varios Estados miembros y al mismo tiempo traer m¨¢s pa¨ªses al redil europeo. Pero tambi¨¦n permitir¨ªa a los pa¨ªses que as¨ª lo deseen seguir adelante y m¨¢s deprisa con la integraci¨®n de sus sistemas pol¨ªticos y econ¨®micos. Para llegar hasta ah¨ª tenemos que decir adi¨®s a la UE tal como la conocemos. Para construir la Europa del futuro tenemos que empezar desde cero.
Michiel van Hulten es miembro del Consejo del ECFR y ex miembro del Parlamento Europeo.
Cortes¨ªa del European Council on Foreign Relations, ECFR
Traducci¨®n de News Clips.
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