El 'no' de Hungr¨ªa y las dudas de Suecia y Rep¨²blica Checa

La decisi¨®n de las euroesc¨¦pticas Suecia y Rep¨²blica Checa de consultar a sus Parlamentos antes de aceptar el acuerdo alcanzado en el seno de la UE sorprendi¨® a pocos. Pero nadie hab¨ªa contado con la rotundidad con la que Hungr¨ªa anunci¨® la madrugada del viernes que se quedaba al margen. Al final, Budapest dio marcha atr¨¢s y se comprometi¨® a someter el acuerdo al Parlamento h¨²ngaro. Har¨¢n lo mismo el resto de pa¨ªses de la UE que no est¨¢n en el euro.

Hungr¨ªa. Su autoritario primer ministro, Viktor Orban, se convirti¨® por unas horas en la madrugada del viernes en el gran aliado de David Cameron, aunque poco despu¨¦s matiz¨® y pidi¨® tiempo para que el Parlamento h¨²ngaro revisara el acuerdo. Hungr¨ªa, la 18? econom¨ªa de la UE, est¨¢ muy lejos de parecerse a la potencia econ¨®mica brit¨¢nica. El pa¨ªs lleva a?os intentado salir de su peor crisis desde la ca¨ªda del Tel¨®n de Acero y es, adem¨¢s, muy dependiente de las exportaciones a la zona euro.

Orban lleg¨® al poder en abril de 2010 y su partido, Fidesz, consigui¨® una amplia mayor¨ªa absoluta, lo que le ha convertido en el primer Gobierno h¨²ngaro que puede dirigir le pa¨ªs sin socios desde la ca¨ªda de la dictadura comunista. Con ese gran margen de maniobra, Orban ha puesto en marcha reformas muy criticadas. Para intentar reducir el d¨¦ficit y la deuda p¨²blicos, ha creado una tasa especial que grava los beneficios de los bancos. Tambi¨¦n ha obligado a las entidades a asumir una parte de las p¨¦rdidas sufridas por los clientes con hipotecas en euros y francos suizos ¡ªla mayor¨ªa¡ª y que se han visto perjudicados por la depreciaci¨®n del forinto, la moneda nacional.

La ofensiva contra la banca, que ha provocado que las entidades extranjeras presentes en el pa¨ªs reduzcan sus operaciones en el pa¨ªs, no ha sido la ¨²nica medida pol¨¦mica. Esta misma semana, la embajadora de EE UU en Budapest, Eleni Tsakopoulos, ha afirmado en un art¨ªculo de prensa que Washington teme por la democracia en Hungr¨ªa por las reformas llevadas a cabo en el sector de la prensa, la justicia y el sistema electoral y que, seg¨²n la oposici¨®n, violan la Constituci¨®n.

Rep¨²blica Checa. El euroescepticismo se ha ido diluyendo con el paso de los a?os en los pa¨ªses del Este... pero no en Rep¨²blica Checa, donde tradicionalmente, y tras d¨¦cadas de sumisi¨®n al poder sovi¨¦tico, se desconf¨ªa de cualquier decisi¨®n que venga de fuera. Por lo que la decisi¨®n del Gobierno de consultar con el Parlamento cualquier decisi¨®n importante entra dentro de la l¨®gica de Praga.

La econom¨ªa checa es una de las m¨¢s desarrolladas del antiguo bloque comunista y, junto a la polaca, una de las que mejor est¨¢ sorteando la crisis econ¨®mica (la renta por habitante es el 82% de la media europea). Pero sus exportaciones representan el 70% de su PIB y estar en la UE beneficia al pa¨ªs.

El acuerdo, sin embargo, corre el riesgo de quedarse bloqueado en el Castillo de Praga, sede de la presidencia del ultraeuroesc¨¦ptico Vaclav Klaus, que debe ratificar todas las decisiones tomadas por los diputados. La negativa de Klaus a firmar el Tratado de Lisboa en 2009 mantuvo en el aire la entrada en vigor del texto. Finalmente, dio el visto bueno en noviembre de ese a?o.

Suecia. El pa¨ªs escandinavo eligi¨® quedarse fuera del euro en 2003 y los sondeos muestran que, si ahora volviera a celebrarse un refer¨¦ndum sobre la entrada en la moneda ¨²nica, saldr¨ªa otra vez que no. Con un crecimiento superior al 4,5%, la expectativa de lograr super¨¢vit fiscal a corto plazo y t¨ªtulos de deuda mejor valorados que los alemanes, el Gobierno sueco exige a los pa¨ªses m¨¢s endeudados un fuerte compromiso de reducci¨®n del gasto.

Los otros. El resto de pa¨ªses que no est¨¢n en el euro y someter¨¢n los resultados de la cumbre a la aprobaci¨®n de sus Parlamentos son Bulgaria, Dinamarca, Letonia, Lituania, Polonia y Ruman¨ªa. En principio, todo apunta a que el acuerdo saldr¨¢ adelante en todos estos pa¨ªses.