Un hombre mata a dos inmigrantes senegaleses en Florencia
El agresor, de unos 50 a?os, hiri¨® a otros tres y se suicid¨®
El s¨¢bado, contra los gitanos de Tur¨ªn. El lunes, contra los negros de Florencia. La persecuci¨®n del inmigrante ha resucitado peligrosamente en Italia. Si durante el fin de semana, hinchas radicales de la Juventus se aprovecharon de una falsa denuncia de violaci¨®n para arrasar un poblado de rumanos, el lunes por la ma?ana, un pistolero de 50 a?os, militante de la ultraderecha, descarg¨® su Magnum 357 contra unos vendedores ambulantes de origen senegal¨¦s. Mat¨® a dos, hiri¨® a otros tres y finalmente, al sentirse acorralado por la polic¨ªa, se suicid¨® en un garaje.
No se trat¨® de un tiroteo. Fue, sencillamente, una ejecuci¨®n. Seg¨²n los testigos, el tipo, Gianluca Casseri, lleg¨® a bordo de una furgoneta blanca a la entrada del mercado de la plaza Dalmacia, en la zona norte de Florencia. Se ape¨® y, sin mediar palabra, dispar¨® su arma contra los vendedores ambulantes. Dos murieron all¨ª mismo y otro m¨¢s result¨® gravemente herido. El vendedor de peri¨®dicos de la plaza, Gabriele, intent¨® detenerlo en su huida, pero el pistolero ¨Cfornido, pelo corto, canoso-- volvi¨® su arma contra ¨¦l y lo amenaz¨® con matarlo tambi¨¦n.
Un rato m¨¢s tarde, el tal Casseri volv¨ªa a aparecer, esta vez junto al mercado de San Lorenzo, en el centro de la ciudad, cerca del Duomo. Su objetivo, id¨¦ntico. Dar caza a algunos los africanos que ofrec¨ªan su mercanc¨ªa sobre los bancos de la plaza. El pistolero volvi¨® a disparar e hiri¨® a otros dos senegaleses, pero ya la polic¨ªa ¨Calertada por ciudadanos que incluso le hab¨ªan tomado fotos con los m¨®viles durante su primer ataque¡ª logr¨® localizarlo en el garaje subterr¨¢neo del mercado. ¡°La hip¨®tesis¡±, declar¨® el procurador de Florencia, Giuseppe Quattrocchi, ¡°es que, cuando se percat¨® de que la polic¨ªa lo ten¨ªa rodeado, se quit¨® la vida¡±. A las proximidades del aparcamiento lleg¨® una manifestaci¨®n improvisada de senegaleses que, al grito de ¡°verg¨¹enza, verg¨¹enza¡±, quer¨ªan comprobar con sus propios ojos que el asesino hab¨ªa sido verdaderamente abatido y no se trataba de una treta de las autoridades para calmar la tensi¨®n que el crimen racista ya hab¨ªa provocado.
El tal Casseri, identificado por la polic¨ªa italiana como un militante de extrema derecha, era al parecer un tipo solitario, introvertido y¡ aficionado a la literatura. En 2001, hab¨ªa fundado una revista dedicada al mundo fant¨¢stico llamada La Soglia (El umbral) y en 2010, junto al editor Enrico Rulli, public¨® una novela hist¨®rica titulada La Llave Del Caos, ambientada en la Praga del siglo XVI.
El doble asesinato viene a sumarse a los incidentes ocurridos durante el fin de semana en Tur¨ªn, donde hinchas radicales con insignias de la Juventus aprovecharon una denuncia falsa de violaci¨®n para arrasar un campamento de inmigrantes rumanos. Una muchacha de 16 a?os, ayudada por su hermano, hab¨ªa denunciado que unos gitanos le hab¨ªan robado su virginidad. Se trataba en realidad de una treta por miedo a que sus padres ¨Ctan obsesionados con ¡°la pureza¡± de la menor que la llevaban ante un ginec¨®logo una vez al mes¡ªy su abuela ¨Ca la que le hab¨ªa prometido llegar virgen al altar¡ª descubrieran que se hab¨ªa acostado con su novio. El supuesto agravio se extendi¨® r¨¢pidamente por las modestas viviendas del barrio de Vallette, construido en los a?os 60 a las afueras de Tur¨ªn para albergar a los trabajadores del sur de Italia. La indignaci¨®n de los vecinos, al principio pac¨ªfica, se convirti¨® en una aut¨¦ntica cacer¨ªa cuando un grupo de radicales lleg¨® al barrio. ¡°Los ni?os y las mujeres a casa¡±, llegaron a ordenar a los vecinos, ¡°vamos a cazar a esos gitanos¡±. Unos minutos despu¨¦s, el asentamiento gitano empez¨® a arder. Solo la r¨¢pida acci¨®n de la polic¨ªa evit¨® que la sangre llegara al r¨ªo en Tur¨ªn.
En Florencia no hubo tanta suerte. Todo podr¨ªa ser atribuido a la acci¨®n fortuita de un desequilibrado si no existieran peligrosos, y no lejanos, antecedentes. Italia padece desde hace a?os oleadas de xenofobia. Incluso, en 2009, el Parlamento Europeo lleg¨® a advertir en un duro informe que los episodios de racismo estaban aumentando y que algunos de ellos se caracterizaban por ¡°una violencia sin precedentes¡±. Hay adem¨¢s lugares como N¨¢poles donde la Camorra ha llegado a liderar la persecuci¨®n de los gitanos. Fue lo que sucedi¨® en el barrio de Ponticelli en marzo de 2008. Una turba perfectamente organizada arras¨® con piedras y botellas incendiarias un campamento gitano. La xenofobia es una bomba de tiempo cuya espoleta suele cebarse con las dosis necesarias de odio y miedo. Por si fuera poco, los tiempos de crisis facilitan la combusti¨®n.
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