El Ej¨¦rcito de EE UU concluye su misi¨®n en Irak tras nueve a?os de ocupaci¨®n
El Ej¨¦rcito norteamericano escenifica el fin de la misi¨®n con la arriada de la bandera Los ¨²ltimos 4.000 soldados presentes en el pa¨ªs se disponen a salir a lo largo de este mes Washington afirma que deja un pa¨ªs "independiente, libre y soberano"

EE UU ha declarado de forma oficial el fin de la guerra en Irak tras nueve a?os de la invasi¨®n que expuls¨® del poder a Sadam Husein. "Este es un pa¨ªs independiente, libre y soberano", ha afirmado?el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, en la ceremonia de arriada de la bandera norteamericana celebrada esta ma?ana en Bagdad, dos semanas antes de la retirada completa de los 4.000 militares a¨²n presentes en el pa¨ªs, prevista para el 31 de diciembre.

Durante el conflicto han perdido la vida m¨¢s de 100.000 civiles y han muerto en combate 4.800 soldados de la coalici¨®n (de ellos, casi 4.500 norteamericanos) que invadi¨® el pa¨ªs en marzo de 2003 y m¨¢s de 20.000 soldados iraqu¨ªes. "Despu¨¦s de toda la sangre derramada, el objetivo de que Irak se gobierne a s¨ª mismo y sea capaz de garantizar la seguridad se ha cumplido", ha dicho Panetta. El pa¨ªs, sin embargo, aunque tiene que hacer frente a una insurgencia m¨¢s d¨¦bil pero todav¨ªa peligrosa, tensiones sectarias e inestabilidad pol¨ªtica.
A la pregunta de qu¨¦ huella han dejado los estadounidenses, la mayor¨ªa de los iraqu¨ªes responden con una mirada de perplejidad. La inseguridad y la destrucci¨®n del paisaje urbano son lo primero que les viene a la mente. Ninguno de los entrevistados menciona de entrada la democracia, la libertad o el consumismo que se desat¨® con la apertura de las fronteras. Hay que insistir un poco para que reconozcan algunos cambios que llegaron de la mano de la invasi¨®n, pero no parece que la cultura americana haya calado muy hondo.

El desempleo es, junto a la inseguridad y la falta de electricidad y agua potable, el mayor agujero negro que dejan tras de s¨ª los ocupantes. Al menos, lo que m¨¢s afecta a los iraqu¨ªes de a pie. Aunque la econom¨ªa ha experimentado un r¨¢pido despegue, es totalmente dependiente de las exportaciones de petr¨®leo. Un reciente informe de la ONU cifra en un 15% el n¨²mero de parados. Sin embargo, analistas independientes duplican esa cifra, al estimar que esconde mucho subempleo. Adem¨¢s, el 85% de la poblaci¨®n activa trabaja en el sector p¨²blico, repartida un 40% en la industria del petr¨®leo, un 40% en la seguridad, y el 5% restante en la Administraci¨®n.
Ni funcionarios iraqu¨ªes ni diplom¨¢ticos extranjeros son capaces de explicar por qu¨¦ tras nueve a?os de ocupaci¨®n el pa¨ªs a¨²n no produce ni suficiente electricidad ni agua potable. El ruido machac¨®n de los generadores es, como la ubicua presencia de los soldados o los muros de hormig¨®n que rodean los edificios, un recordatorio m¨¢s de que Bagdad sigue siendo una ciudad en estado de excepci¨®n.
Los iraqu¨ªes sue?an con la normalidad y la retirada de las tropas estadounidenses es un primer paso en esa direcci¨®n. Sin embargo, para muchos el odio a los ocupantes est¨¢ siendo reemplazado por un creciente temor a la arbitrariedad de sus propios compatriotas. De ah¨ª que entre quienes m¨¢s lamentan su salida se encuentren los ¨¢rabes sun¨ªes, la comunidad que m¨¢s se opuso a su presencia, pero tambi¨¦n otras minor¨ªas.
Despu¨¦s del 31 de diciembre, solo quedar¨¢n unos 150 soldados norteamericanos
El presidente norteamericano, Barack Obama, ha asegurado al primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, que Washington seguir¨¢ siendo un socio leal tras el fin de la misi¨®n.
La ca¨ªda de Sadam permiti¨® que los chi¨ªes ocuparan puestos de poder despu¨¦s de haber estado oprimidos durante las d¨¦cadas en las que gobern¨® el partido Baaz (el del dictador), pero actualmente Irak sigue siendo? un pa¨ªs dividido. Incluso el Gobierno de coalici¨®n de Al Maliki, liderado por chi¨ªes, est¨¢ paralizado porque sus integrantes suelen adoptar posturas distintas seg¨²n de la comunidad a la que pertenecen y en muchas cuestiones no logran ponerse de acuerdo.
Se supone que algunas tropas norteamericanas iban a permanecer en el pa¨ªs ¨¢rabe como parte de un acuerdo para formar a las Fuerzas Armadas iraqu¨ªes. Washington hab¨ªa preguntado a Bagdad si quer¨ªa que se quedas en al menos 3.000 soldados, pero las conversaciones sobre esta cuesti¨®n fracasaron porque no llegaron a un acuerdo respecto a la posible inmunidad judicial de los militares estadounidenses.
En el punto ¨¢lgido de la guerra, hab¨ªa unos 170.000 soldados estadounidnses en Irak repartidos en m¨¢s de 500 bases. Ahora solo hay dos bases y 4.000 militares que regresar¨¢n a su pa¨ªs antes de que finalice 2011. Despu¨¦s del 31 de diciembre, solo quedar¨¢n unos 150 soldados norteamericanos, y ser¨¢n contratistas civiles los que se encarguen de ense?ar a las fuerzas iraqu¨ªes a usar el armamento pesado estadounidense.
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