Miles de israel¨ªes se manifiestan contra el acoso sexista de los jud¨ªos ultraortodoxos
Unas 5.000 personas claman contra la separaci¨®n de hombres y mujeres en Beit Shemesh El presidente Sim¨®n Peres llama a la ciudadan¨ªa a respetar la pluralidad del Estado
¡°Quien le escupa a una ni?a porque no le gusta c¨®mo viste tiene que ir a la c¨¢rcel¡±, afirma tajante Joshua, un joven rabino de Jerusal¨¦n que decidi¨® acudir este martes por la tarde a la llamada de varios grupos seculares israel¨ªes a trav¨¦s de una red social. Convocaban para denunciar el fanatismo creciente en esta peque?a ciudad cercana a Jerusal¨¦n donde menos de un centenar de extremistas ultraortodoxos acorralan desde hace semanas a las ni?as y las mujeres de un colegio aleda?o a sus viviendas por considerar que visten deforma indecente ( o lo que es lo mismo, dejando al descubierto partes de su cuerpo como antebrazos o rodillas).
El epicentro de la manifestaci¨®n se desarrolla en una plaza situada en el espacio de un tri¨¢ngulo donde confluyen tres peque?os barrios de comunidades religiosas distintas, cada uno con sus c¨¢nones y normas. ¡°Es un polvor¨ªn de problemas desde hace mucho tiempo¡±, afirma Ilan Haber, un ciudadano de Beit Shemesh que se define a s¨ª mismo como tor¨¢nico, una de las comunidades que vive en uno de los tres v¨¦rtices. ¡°Por ejemplo seguimos los preceptos de la Tor¨¢, como respetar el shabat [d¨ªa festivo para los jud¨ªos], pero trabajamos y vamos incluso a universidades laicas¡±, dos tareas prohibidas para sus radicales vecinos de enfrente, para quienes no deber¨ªa existir ni un gobierno ni un Estado hasta la llegada del Mes¨ªas.
¡°Estamos aqu¨ª la derecha y la izquierda, laicos y religiosos, para que una minor¨ªa no nos imponga sus normas a los dem¨¢s¡±, grita un manifestante, meg¨¢fono en mano, desde un escenario improvisado. ¡°Queremos justicia social en Beit Shemesh¡±, resuena de forma estridente por los altavoces, una consigna que recuerda los lemas coreados por los indignados israel¨ªes que se manifestaron el pasado verano. ¡°En Mea Sharim [el barrio de los ultraortodoxos de Jerusal¨¦n] pueden hacer lo que quieran, es su gueto, pero no pueden hacerlo en todo el pa¨ªs¡±, se queja Liav Hen, una joven llegada desde Tel Aviv que condena la creciente discriminaci¨®n impuesta por la comunidad religiosa m¨¢s radical de esta ciudad, que incluye la segregaci¨®n de g¨¦nero en calles, colegios y lugares p¨²blicos.
Una discriminaci¨®n que quedaba patente esta semana cuando docenas de ultraortodoxos rodeaban a varios oficiales de polic¨ªa e inspectores municipales que acudieron a la ciudad para retirar una se?al en el barrio de Nahala Vemenuha, que obligaba a hombres y mujeres a caminar por aceras diferentes. Los haredim (ultraortodoxos) intentaron imped¨ªrselo violentamente, llam¨¢ndoles nazis y bailando en c¨ªrculos a su alrededor.
Horas antes de la manifestaci¨®n el presidente de Israel, Sim¨®n Peres, llam¨® a la ciudadan¨ªa ¡ª"religiosos, seculares y tradicionalistas"¡ª a defender la naturaleza plural del Estado "frente a un peque?o grupo que compromete la solidaridad de la naci¨®n".
En la concentraci¨®n, en la que seg¨²n la polic¨ªa participaron 5.000 personas?¡ª10.000 para los organizadores¡ª, tambi¨¦n han participado la jefa de la oposici¨®n, Tzipi Livni; la l¨ªder del Partido Laborista, Sheli Yejimovich, y la ministra de Cultura, Limor Livnat, del partido gobernante Likud. Tambi¨¦n estaba presente Na?ama Margolese, la ni?a de 8 a?os protagonista del reportaje emitido el viernes pasado en el canal 2 israel¨ª que desencaden¨® esta oleada de protestas. Margolese contaba en el reportaje las constantes agresiones que sufr¨ªa cada d¨ªa al ir al colegio por parte de j¨®venes radicales que le gritaban y escup¨ªan por no ir cubierta de pies a cabeza, de acuerdo con las estrictas normas de los extremistas religiosos.
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