_
_
_
_

En la cuna de la civilizaci¨®n

En esta segunda entrega, el grupo, fuertemente custodiado, se adentra en el sur de Irak, lleno de desiertos y marismas y donde se desvela un pasado que busca alcanzar el presente

Kish, 25 de octubre de 2011

El coche arranc¨® a las seis y media de la ma?ana, con un tr¨¢fico de entrada en Bagdad agobiante. Una explosi¨®n, no muy lejos, sorda y grave, nos sorprendi¨®. A nadie m¨¢s: ocurre casi cada d¨ªa en Bagdad. El cielo gris parec¨ªa anunciar una tormenta de polvo; chispe¨® -hac¨ªa un a?o que no llov¨ªa-. A la altura de Babilonia, un coche militar nos esperaba para acompa?arnos al yacimiento de Kish, en la provincia de Babilonia, considerada insegura.

Se trata de uno de los principales yacimientos del que no existen im¨¢genes recientes, si bien, pr¨®ximamente, una misi¨®n de la Universidad de Chicago volver¨¢ tras decenas de a?os de ausencia y proceder¨¢ a una primera toma de contacto de unos quince d¨ªas. No lejos, una misi¨®n japonesa ya opera.

Kish es conocido por tener uno de los pocos palacios sumerios reconocibles; sin embargo, despu¨¦s de noventa a?os de las primeras misiones, ya solo quedan los restos -a¨²n imponentes- de un templo neobabil¨®nico, y un hermoso zigurat, n¨ªtidamente recortado en medio de campos cultivados y l¨ªneas de palmeras a lo lejos.

Los restos del templo presentan muros de una decena de metros de alto. El conjunto se asemeja a una enorme ballena varada y descompuesta, un monstruo informe y extenso que se extiende por la tierra reseca. Algunos tent¨¢culos deben de corresponder a muros que ya no delimitan estancia alguna.

Los mont¨ªculos que corresponden al gigantesco templo, tras exhalar un ¨²ltimo h¨¢lito y deshacerse blandamente, est¨¢n cubiertos de innumerables fragmentos cer¨¢micos, y de casquillos de bala. Varios campamentos norteamericanos rodeaban el yacimiento. En la parte m¨¢s alta de lo que fue el templo, los soldados abrieron un hondo boquete para dominar toda la zona bien parapetados. El da?o es irreversible. Madrigueras horadan los muros, en los que es f¨¢cil caerse. Los muros, o las masas de lo que fueron muros, se hunden o flaquean, como un globo mal hinchado, al caminar sobre ellos. Sin embargo, a¨²n destacan filas de ladrillos perfectamente conservados, la entrada del templo con el que se inicia un recorrido procesional, y paramentos exteriores con "pilastras" o redientes bien conservados, como si de la descomposici¨®n, algunos ¨®rganos se mantuvieran tenaz, extra?amente enteros.

Desde lo alto de los muros se divisa, a unos pocos kil¨®metros el zigurat. A medida que uno se acerca va ganando importancia. Tiene una forma piramidal perfecta, pero en su tiempo fue una estructura escalonada. En lo alto destacan bien filas de ladrillos de lo que quiz¨¢ fue un altar, o tan solo el interior del zigurat. En los lados se divisan bien las juntas de las capas de cal que, cada metro de altura, recubr¨ªan el zigurat a medida que se alzaba, para impermeabilizarse y evitar que las aguas fre¨¢ticas lo desmonten. Hoy, a¨²n se conserva casi como una aparici¨®n, pese a no ser m¨¢s que un mont¨ªculo de fin¨ªsima arcilla, fruto de la disoluci¨®n de los adobes. Un breve chaparr¨®n nos hizo volver a los coches.

Zigurat en Kish
Zigurat en Kish

Lo que ten¨ªa que ser un viaje de estudios privado, se ha convertido en una expedici¨®n. Veintiocho personas nos acompa?aron esta ma?ana en Kish, entre las cuales diecis¨¦is militares armados con metralletas, con las que nos ayudaban a ascender a las partes m¨¢s altas de los muros, y jeques locales.

Las medidas de seguridad son extremas. El Gobierno iraqu¨ª paga al Ej¨¦rcito, a los t¨¦cnicos y los directores de los yacimientos para que nos den todas las facilidades, y nos vigilen o nos defiendan de no sabemos -o no sab¨ªamos a¨²n- de qu¨¦ peligros.

Camino de Nasiriyia, en el sur, en la entrada a la zona de marismas, un largo convoy militar norteamericano, compuesto por las m¨¢quinas m¨¢s extra?as y pardas, atestadas de antenas y ca?ones, retrocede lentamente, como una manada, hacia Kuwait, impidiendo que se les adelante.

En el ¨²ltimo checkpoint, a veinticinco kil¨®metros de Nasiriyia, nos detuvieron. Pensaba que ser¨ªamos invisibles. Tras una larga espera, pudimos entrar en la ciudad m¨¢s segura del sur, a orillas del ?ufrates

?Nasiriyia, 24-31 de octubre de 2011

Nasiriya es una ciudad de provincias del sur de Irak, en el centro de la mayor concentraci¨®n de asentamientos arqueol¨®gicos de la historia. Desde ella, se accede a Ur, Uruk, Eridu, Tello, Obaid, Larsa, Lagash, es decir a los restos de las principales ciudades sumerias, todas ellas situadas al borde de unas marismas que han retrocedido centenares de kil¨®metros a causa de la bajada de las aguas del golfo P¨¦rsico, desde hace cuatro mil a?os.

Nasiriyia es considerada una ciudad segura, hoy. Pens¨¢bamos que podr¨ªamos movernos libremente. Pero las autoridades iraqu¨ªes, al igual que las personas que nos acompa?an, tienen demasiado miedo que algo nos ocurra, aunque tratan de darnos la sensaci¨®n que podemos actuar como queremos.

Hasta 2003 fue una ciudad donde las mujeres ten¨ªan plena libertad, y vest¨ªan como quer¨ªan. Hoy, desde la invasi¨®n, la presi¨®n de los cl¨¦rigos obliga a las mujeres a llevar el chador. La tela es sint¨¦tica. En verano hace cincuenta y cuatro grados. Ahora, en noviembre, unos treinta y cinco a¨²n. Operaci¨®n Libertad.

Una rama extremista del chi¨ªsmo controla la ciudad. Milicias del temible cl¨¦rigo Al-S¨¢der velan armadas. La cerveza, incluso sin alcohol, est¨¢ prohibida, y su venta y consumici¨®n pueden convertir a uno en un blanco.

La infraestructura de la ciudad qued¨® muy da?ada. La central el¨¦ctrica, que funciona, es un inmenso complejo destartalado, humeante y oxidado. Fue ocupada por el Ej¨¦rcito italiano que trat¨® de proteger los yacimientos arqueol¨®gicos.

Pero el museo, un edificio modesto, agradable y digno, compuesto por salas bien proporcionadas que giran alrededor de un peque?o patio arbolado -y del que las mejores piezas fueron llevadas a Bagdad cuando el inicio de la invasi¨®n de 2003-, est¨¢ devastado interiormente. Las salas, vac¨ªas, solo acogen algunas vitrinas sucias y rotas, cubiertas de telara?as, entre las que se alzan dos de las cuatro obras originales que permanecen en pie: unas estatuas de piedra, de tama?o natural, que representan reyes partos, del siglo III d. C., hallados en Hatra, y que hoy parecen ejercer su poder sobre nada. Un hermoso ladrillo estampillado neosumerio, cubierto de polvo sobresale de una vitrina que ha perdido los cristales.

Sin embargo, todos los iraqu¨ªes con los que hemos hablado comentan una noticia hecha p¨²blica: el presidente de Irak pidi¨® y obtuvo dos millones de euros para desplazarse a Nueva York durante unos pocos d¨ªas para asistir a la inauguraci¨®n de la asamblea de la ONU; un mill¨®n para billetes de avi¨®n, y medio mill¨®n para peque?as compras, regalos, etc.; devolvi¨® el ¨²ltimo medio, a?aden sarc¨¢sticamente. Todo perfectamente contabilizado.

El hotel en el que nos alojamos tiene la orden de no dejarnos salir sin enunciar detalladamente ad¨®nde queremos ir. Salimos acompa?ados; el jefe de polic¨ªa de la ciudad, junto con cinco soldados armados hasta los dientes, con cascos que parecen de astronauta y extra?as gafas amarillas, nos siguen en un veh¨ªculo militar, con las sirenas luminosas encendidas, que circula a nuestro paso. Un polic¨ªa habla de cortar la calle central comercial, que se adentra en el zoco, para que paseemos, sin que circule ning¨²n veh¨ªculo. Nos impiden alejarnos. Cualquier compra es efectuada por los miembros de la Universidad de Bagdad que han decidido, lo queramos o no, acompa?arnos. Es cierto, sin embargo, que el zoco, que bulle de compradoras enlutadas, nos mira de reojo, con aspecto muy serio. Hace decenas de a?os que los ¨²nicos extranjeros que han permanecido en la ciudad sin recorrerla andando son soldados norteamericanos e italianos, y personal de las refiner¨ªas de petr¨®leo cercanas.

El 90% de la poblaci¨®n est¨¢ m¨¢s o menos enferma. Las bombas de uranio empobrecido (las llamadas bombas sucias), que el presidente Sadam Husein utiliz¨® contra las moradores de las marismas, en pleno embargo -bombas vendidas por industriales norteamericanos con el consentimiento de su Gobierno, violando el embargo- y, durante la segunda guerra del Golfo, en 2003-2004, por la coalici¨®n encabezada por el Ej¨¦rcito norteamericano, han disparado la tasa de c¨¢nceres mortales. Los enfermos suelen fallecer a los seis meses. Desde hace un par de a?os, un peque?o hospital especializado trata a los enfermos de la ciudad y de los alrededores. Un gran n¨²mero de consultorios m¨¦dicos, con colas en la puerta, est¨¢n abiertos de par en par entre los comercios del zoco. Hay momentos en que uno tiene la sensaci¨®n de que se ahoga, y querr¨ªa llorar.

Una velada en una terraza cerca el ?ufrates, de noche, frente a la otra ribera festoneada de luces de colores, para fumar una pipa de agua y tomar un t¨¦, mientras hablamos con los profesores de Bagdad que nos acompa?an, revela algunas verdades, que no se perciben a primera vista, si bien cuando uno observa con cierto detenimiento descubre que mucha gente en la calle presenta ins¨®litas marcas de heridas.

Uno de los profesores que nos acompa?an ya no vive en Bagdad. Parti¨® apresuradamente en 2007, despu¨¦s de que, en medio a?o, fuera secuestrado y su ch¨®fer asesinado, cumpliera tres meses de c¨¢rcel en el sur, acusado por la familia del ch¨®fer de ser el causante indirecto de la muerte de ¨¦ste, y fuera herido, con secuelas f¨ªsicas, en una devastadora explosi¨®n en un puente met¨¢lico.

El otro profesor tambi¨¦n presenta heridas. Fue tiroteado por 16 hombres armados en su casa. Tuvo suerte: varios colegas suyos fueron asesinados horas antes por la misma banda. Hoy saben que no ver¨¢n nunca el nuevo Irak, aunque solo tengan unos cuarenta a?os.

Eridu, 25 de octubre de 2011

Dos fundas pl¨¢sticas de bombas, a lado y lado de la borrosa senda en la arena del desierto, presiden el acceso a Eridu. El yacimiento a¨²n est¨¢ minado. Las minas est¨¢n sepultadas, por lo que se tiene que andar con cuidado, sin adentrarse en el desierto.

Eridu
Eridu

Eridu: la primera ciudad de la historia en la mitolog¨ªa sumeria. Descendida del cielo y posada a orillas de la laguna de las divinas aguas primordiales, de las que surgieron todos los dioses: el Abzu, las Aguas (o el Pozo) de la Sabidur¨ªa, sobre las que flotaba el templo del dios de las artes y la arquitectura, el artero Enki.

Las primeras misiones arqueol¨®gicas, a principios del siglo XX, desenterraron los sucesivos niveles de los templos de esta divinidad, que se fueron sucediendo en el tiempo desde el cuarto milenio a. C.; no lejos, una estructura arquitect¨®nica, quiz¨¢ un templo o una capilla, remonta al sexto milenio.

Mas hoy, solo queda el volumen desdibujado del zigurat en medio del desierto. No hay nada y est¨¢ todo. El yacimiento est¨¢ enteramente cubierto de fragmentos de cer¨¢mica y de miles de diminutas conchas marinas blancas que centellean bajo el sol como las arremolinadas aguas de una laguna. El recuerdo de las aguas no se ha borrado, y el viento fresco -se acerca el mes de noviembre-, al caer la tarde, que sacude la cumbre del zigurat, levanta las olas de las dunas y remueve los ¨²ltimos restos informes que se hinchan sobre la arena como cuerpos reblandecidos a punto de expirar. Innumerables ladrillos se desparraman sobre una ladera del zigurat, recordando que all¨ª se hallaba uno de los principales santuarios de la remota antig¨¹edad dedicado al dios de las aguas f¨¦rtiles. Las ruinas sumerias dan una lecci¨®n moral. Eridu es, un verdadero centro, en el centro del mundo. Desde lo alto, se domina el mar de arena. Las aguas del cielo han abierto canales en el zigurat, y lo han disuelto, provocando r¨ªos de piedra l¨ªquida y hondonadas.

El zigurat est¨¢ herido y, sin embargo, a¨²n destaca poderosamente desde lejos sobre la incierta superficie, cuyo fin¨ªsimo polvo dibuja aguas que baten los ¨²ltimos restos desperdigados de los santuarios.

De vuelta, una nueva (noticia) "bomba": intacto, en la superficie del desierto, a los pies del zigurat, un peque?o cono de terracota coloreado que, hundido en los muros de adobe de un templo, junto con otros miles de figuras troncoc¨®nicas con diminutas testas coloradas, formaba parte de las cenefas geom¨¦tricas de los mosaicos de teselas circulares que moteaban y animaban las fachadas de los templos, y recordaban las esteras tendidas que cubr¨ªan los muros exteriores de las casas de adobe, o las tornasoladas aguas del Abzu.

?Tello, 26 de Octubre de 2011

Breve y seria reuni¨®n en la que se nos advirti¨® de que no habl¨¢ramos con nadie acerca de nuestros planes y visitas. Al parecer, un posible incidente habr¨ªa ocurrido la tarde anterior: nos podr¨ªan haber seguido, y habr¨ªamos tenido que cambiar de direcci¨®n sin que nos hubi¨¦ramos dado cuenta. Los responsables de seguridad hablan de manera poco clara, seguramente para no inquietarnos ni darnos pistas que podamos contar. Hace un rato, en el sal¨®n del hotel, alguien, sin duda un loco al que han expulsado, se ha dirigido hacia nosotros, nos ha besado las rodillas, y ha pedido insistentemente lo que suponemos era dinero (los responsables de la seguridad del hotel no nos han traducido qu¨¦ hab¨ªa ocurrido). Partimos hacia Girsu. El yacimiento parec¨ªa poco prometedor. Una parte yacer¨ªa bajo las marismas.

Girsu ha entrado en la historia por dos motivos: fue el primer yacimiento sumerio excavado, hacia 1880, por una misi¨®n francesa (con tan poca fortuna, a la b¨²squeda de piezas de "museo", que se trata de ruinas irrecuperables, saqueadas), y fue la ciudad del rey neosumerio Gudea (2100 a. C.), que edific¨® un templo para su dios personal y dios de la ciudad, Ningirsu, el relato de cuya construcci¨®n, redactado supuestamente por el mismo rey, se ha conservado (en los c¨¦lebres Cilindros A y B, dos cilindros de terracota de gran tama?o, cuya superficie est¨¢ enteramente escrita, hoy en el museo del Louvre en Par¨ªs).

De lejos, se divisan varias colinas, sin duda artificiales. La tierra est¨¢ embarrada. El nivel fre¨¢tico est¨¢ casi en la superficie. La sal, como en todos los yacimientos sumerios, forma una fina capa, seca y quebradiza en todos los sitios, menos en Girsu. Se dir¨ªa que hubiera estado lloviendo a mares recientemente.

La imagen no se desmarca demasiado de la de la mayor¨ªa de los yacimientos (Obaid, Eridu, etc.). Sin embargo, de cerca, se revela como el yacimiento m¨¢s apasionante.

La Direcci¨®n General de Antig¨¹edades iraqu¨ª ha ofrecido al Museo del Louvre la posibilidad de reemprender una excavaci¨®n; no parece que vaya a acontecer pr¨®ximamente, lo que tendr¨ªa que lamentarse.

El yacimiento es tan extenso, empero, que las dudas son comprensibles. Se pueden estar d¨ªas admirando cada ladrillo, cada resto desperdigado. Pero, la primera misi¨®n, en 1880, document¨® mal el yacimiento, y no traz¨® un plano preciso de los restos de la ciudad.

Una de las mayores sorpresas la constituye la llamada Puerta de Gudea. Una gran estructura de ladrillo de terracota, compuesta de murallas, contrafuertes y bastiones, de varios metros de altura, que dibujan un embudo, a fin de recoger a los visitantes, y conducirles, de manera desviada, hacia el palacio. El conjunto est¨¢ casi intacto.

Sin embargo, la estructura no es sumeria. Pero quisiera haberla sido. Un monarca helen¨ªstico local, Adad-nadin-ahhe (s. II a. C.), dos mil a?os m¨¢s tarde, reanim¨® la ciudad. Agrup¨® estatuas de Gudea, sin duda esparcidas por el yacimiento, y las dispuso, ordenadas por tama?os y tipolog¨ªas, en un patio del palacio, como si de un coleccionista o anticuario se tratara. Fue as¨ª como se hallaron juntas tantas efigies de Gudea a finales del siglo XIX. Quiz¨¢ las considerara como im¨¢genes de sus antepasados, a fin de legitimar su dominio sobre la ciudad. Por otra parte, busc¨® ladrillos y piedras fundacionales ¨Cno se sabe si fue capaz de leer las inscripciones en sumerio de los ladrillos que a¨²n hoy yacen esparcidos entre las ruinas de la ciudad- y restaur¨® las murallas y las puertas de la ciudad.

El palacio... Se dir¨ªa que hubiera reventado interiormente y que hubiera esparcido por todo el yacimiento centenares o miles de ladrillos de terracota. Muchos est¨¢n estampillados, en perfectas condiciones, depositados sobre la arcilla, con un texto estampado legible, dedicado al dios Ningirsu, patr¨®n de la ciudad. Por doquier aparecen ladrillos sin erosionar. Es como si el palacio se hubiera hundido, como un castillo de naipes, y se tuviera la sensaci¨®n que pudiera volverse a levantar. Colinas y colinas cubiertas de ladrillos, entre los que tambi¨¦n se encuentran conos fundacionales de terracota.

En algunos casos, para protegerlos de la codicia, les damos la vuelta para esconder la cara inscrita, y en un caso, enterramos en un hoyo y recubrimos un ladrillo fragmentado pero con una inscripci¨®n incompleta pero perfecta, como si se hubiera acabado de marcar. Ning¨²n museo espa?ol posee una pieza tan perfecta, abandonada en el yacimiento, al aire libre. En el sitio que le pertenece, empero. Son la memoria a¨²n viva de la ciudad. Venimos a verla, porque son los ¨²ltimos testimonios de la que Tello (Girsu) fue. Son lo primero que se deposit¨® en la tierra, y lo ¨²ltimo en desaparecer. Toda la historia de la ciudad est¨¢ recogida, acogida entre los trazos de la breve plegaria inscrita en una de las caras de los ladrillos. Juntas, extendidas sobre la tierra, se asemejan a las trazas de una ciudad.

La muerte preside Girsu. Las colinas que resultan del estallido del palacio (y, sin duda, otros edificios, levantados durante un milenio en el mismo emplazamiento), vierten abruptamente, como si se tratara de acantilados marcados verticalmente por las aguas, sobre una profunda sima: la necr¨®polis, situada al lado de un taller cer¨¢mico. Miles de vasijas, algunas casi enteras, depositadas en jarras, hoy reventadas, est¨¢n incrustadas en las paredes verticales que rodean la sima. Forman capas cortantes en medio de la arcilla endurecida. Algunos huesos y grandes fragmentos de calaveras destacan sobre el fondo terroso. La tierra ha hundido las tumbas. Los restos y las ofrendas est¨¢n ¨ªntimamente unidos a la tierra. Las aguas y el hundimiento de las tierras han dejado parcialmente al descubierto los restos, como si un tajo en la colina hubiera mostrado las galer¨ªas por donde deambulaban los esp¨ªritus, convertidos en seres de ultratumba. Con la ayuda del arque¨®logo iraqu¨ª que nos acompa?a, escarbamos una peque?a y hermosa vasija que parece entera. Al poco rato, retrocedemos. Es como si estuvi¨¦ramos faltando a un espacio silencioso y recluido, que da la espalda a la ciudad; sagrado, posiblemente. Un colgante en forma de l¨¢grima, de bronce o cobre oxidado, despunta en la ladera vecina.

La ciudad desvanecida parec¨ªa extenderse hasta casi el horizonte. Mas la tarde ca¨ªa en un p¨¢ramo desierto. Los guardias cargaron las metralletas.

Uruk, 27 de octubre de 2011

Adem¨¢s del ingente n¨²mero de fragmentos cer¨¢micos, la tierra de cada yacimiento sumerio est¨¢ salpicada de un tipo particular de objeto: conchas marinas y astillas de alabastro en Eridu, ladrillos estampillados en Tello, y alquitr¨¢n en Ur.

En la tierra arcillosa de Uruk sobresalen, sin estar ni siquiera enterrados, conos y troncoconos de terracota, casi todos ocres, de distinto tama?o (desde unos seis hasta unos treinta cent¨ªmetros), la mayor¨ªa enteros. Estos, en su d¨ªa, se hund¨ªan por la punta en las h¨²medas paredes de adobe de las fachadas de los templos, dejando visible la base circular, lo que permit¨ªa crear cenefas decorativas a base de peque?as circunferencias coloreadas: franjas con un cierto aire pop. Algunos est¨¢n a¨²n en su sitio, especialmente en la base de uno de los muros del santuario dedicado a Inanna, al pie del zigurat, en el ¨¢rea sagrada del Eanna, queda a¨²n un fragmento in situ bien conservado, que ha escapado a los primeros arque¨®logos y a los saqueadores. Despu¨¦s de que lo hubi¨¦ramos descubierto y fotografiado, ha vuelto a ser enterrado.

Los arque¨®logos discuten acerca de la primera ciudad de la historia. Desde finales de los a?os noventa, se piensa que Tell Brak, en la ribera del r¨ªo ?ufrates, en lo que es hoy el norte de Siria, podr¨ªa ser anterior a la que, desde hace un siglo, se ha considerado la ciudad m¨¢s antigua, y m¨¢s extensa y poblada (hasta la Roma imperial) de la Antig¨¹edad: Uruk. Mas Uruk ha marcado duraderamente la historia de Mesopotamia,y del mundo. Fund¨® incluso colonias situadas en Anatolia. Organiz¨® el primer "imperio" de la historia. Ha dado nombre a una era o una cultura.Tell Brak solo ha dejado amuletos contra el mal de ojo.

Los edificios m¨¢s antiguos se remontan al sexto milenio a. C.; las primeras tablillas escritas, halladas precisamente en Uruk, hacia el 3500 a. C.

Se trata de una de las primeras ciudades, si no la primera, de la que queda una descripci¨®n antigua (del segundo milenio a. C., al menos), aunque sea breve. Seg¨²n el Poema de Gilgamesh, Uruk fue construida por orden del legendario rey Gilgamesh. Destacaban las murallas, aun perceptibles, en cuyos cimientos fueron depositadas tablillas que relataban la construcci¨®n de las mismas murallas, fundamentadas sobre estas tablillas, sobre el relato de su fundaci¨®n.

El Poema de Gilgamesh es un relato dentro de un relato: narra su propia narraci¨®n. Gilgamesh, en efecto, destac¨® la importancia de las tablillas fundacionales que cuentan las andanzas que el lector est¨¢ a punto de descubrir. Uruk fue una ciudad tan compleja como su relato fundacional. Una ciudad literaria. Gilgamesh, quiz¨¢ solo una figura literaria, embarga Uruk.

Uruk era una ciudad fluvial o un puerto mar¨ªtimo, abierto directamente al mar, o indirectamente a trav¨¦s de las marismas. Los r¨ªos Tigris y ?ufrates han cambiado el curso y, debido al aporte de aluviones, la tierra firme ha ganado espacio al mar, que se ha retirado; la costa se halla hoy a unos doscientos kil¨®metros m¨¢s al sur. Los restos de Uruk se ubican en medio de un desierto de arena y arcilla que se extiende hasta el horizonte, sin apenas alg¨²n arbusto (plantado).

Desde lejos, tres mont¨ªculos unidos se recortan sobre el horizonte. Forman una especia de cadena monta?osa, o un temblor en el horizonte, algo as¨ª como un espejismo. Se intuye que el yacimiento es extens¨ªsimo. La ciudad, en su momento, ten¨ªa varios kil¨®metros cuadrados. Es casi imposible recorrer todo el yacimiento a pie.

La ciudad comprend¨ªa dos ¨¢reas sagradas: el Eanna, dedicado inicialmente al dios del cielo, An, y, posteriormente, a la diosa del deseo y de la destrucci¨®n, que reg¨ªa las lluvias y los cataclismos, la diosa Inanna, y un segundo sector, llamado Kullab, al servicio del dios An.

Los numerosos templos o "templos" se ubicaban al pie del zigurat: en efecto, sorprende que esas estructuras tan grandes, sin capillas para las estatuas de culto, no tuvieran entradas que condujeran, de manera desviada, hacia la sala central; si los restos fueron correctamente excavados, se entraba y se sal¨ªa sin dificultad de los supuestos templos; ¨¦stos daban directamente al exterior, por lo que podr¨ªan ser m¨¢s bien salas comunales. Fueran templos, espacios rituales o lugares donde la ciudad se representaba a s¨ª misma a trav¨¦s de asambleas, estas estructuras, hoy reducidas a muretes casi imperceptibles cubiertos de arena, son muy anteriores al zigurat, construido hacia el 2050 a. C.

Este destaca poderosamente sobre la ciudad fantasmag¨®rica. Desde lo alto, se domina toda la planicie. Fue construido alternando adobes con esteras de juncos situadas cada metro y medio. Supongo que absorb¨ªan los empujes: serv¨ªan de armadura. Al mismo tiempo, no es descartable una funci¨®n simb¨®lica: evocaban la vida de las aguas primordiales, a trav¨¦s de los juncos, un s¨ªmbolo de rectitud y justicia.

El Kullab es una monta?a m¨¢gica. Se asemeja a un zigurat; la imagen es casual: se trata de un falso zigurat; no fue concebido como tal: consiste en sucesivas terrazas apiladas a lo largo de siglos.

En lo alto, el Templo Blanco: todo el volumen y el enlosado del templo estaban cubiertos de cal o de losas de cal, de las que quedan numerosos testimonios. En los a?os veinte, la estructura del templo, as¨ª como una rampa y una escalinata laterales, se reconoc¨ªan perfectamente. Hoy, noventa a?os m¨¢s tarde, la rampa y la escalera se han desvanecido casi enteramente por la erosi¨®n y las lluvias, al igual que la mayor¨ªa de los muros, reducidos a mu?ones, pat¨¦ticamente alzados, como ramas descarnadas de un arbusto reseco; mas no as¨ª el lugar. Desde el umbral invisible del templo, la vista se pierde en la planicie, y el sol deslumbra en este preciso espacio. A¨²n se percibe su presencia ausente.

Los restos arqueol¨®gicos son como los recuerdos proustianos. En cuando se exponen a la luz, se descubren y se viven plenamente, se desvanecen. Y ya nunca podr¨ªan ser reconstituidos.Todos los intentos para reconstruir la arquitectura del pasado, o las propias ruinas, son letra muerta, o papel mojado. Literalmente. Solo cabe la imaginaci¨®n. Y el poder del Templo Blanco todav¨ªa se impone aunque est¨¦ casi desaparecido.

A los pies de la base aterrazada del Templo Blanco, una estructura admirable: el Giparu, tambi¨¦n conocido como el Templo de Piedra: una perfecta estructura laber¨ªntica, intacta, que evoca los meandros de un r¨ªo, y que quiz¨¢ simbolizara el curso del r¨ªo de la vida (r¨ªo y marisma se dec¨ªan del mismo modo en sumerio). Estaba dedicado a Ningal,la diosa de los juncos, s¨ªmbolos de vida recta, esposa de la Luna y madre del Sol. El Giparu aparece como el santuario que articula todo el conjunto y le da sentido.

Lo que se descubre hoy, sin embargo, no es el templo, sino un templo subterr¨¢neo, lo que explica su perfecto estado de conservaci¨®n: los cimientos, que reproduc¨ªan la planta y el volumen del santuario, y aseguraban su permanencia f¨ªsica y espiritual.

Al pie de una de las laderas que mira al Giparu, no lejos de la base de un templo posterior, de ¨¦poca kasita (mitad del segundo milenio a. C.), un bulto diminuto, entre innumerables fragmentos cer¨¢micos aprisionados en la tierra, despuntaba. Rascamos. Dos peque?os toros de terracota, casi enteros, posiblemente de unos seis mil a?os de antig¨¹edad, aparecieron. Los entregamos al arque¨®logo iraqu¨ª que ven¨ªa con nosotros, y ser¨¢n depositados en el Museo Nacional de Bagdad. Toros: animales l¨®gicamente asociados con los juncos que crec¨ªan -y crecen- en las marismas que eran las Aguas de la Sabidur¨ªa, gracias a la presencia indestructible del Giparu, a su enraizamiento.

Volvimos a ascender a la cumbre del zigurat del Eanna. De pronto, un rayo, seguido de un trueno desgarrador. Sobrecogidos. Hasta los helic¨®pteros que sobrevolaban el yacimiento parecieron desvanecerse. El aire se detuvo, y un silencio atronador se impuso. Nuevos truenos, ya amortiguados. El cielo era el mismo de cada d¨ªa, sin embargo: una pizarra gris emborronada con las ondas de manchas de tiza. Nada hac¨ªa prever esta violencia. Ca¨ªan las primeras gotas. Corrimos a la casa de la misi¨®n arqueol¨®gica. Inanna segu¨ªa viva.

Decenas de personas han muerto fulminadas por esos rayos inesperados, en medio del desierto.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
seductrice.net
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
prowp.net
webmanicura.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
kftz5k.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
casino-natali.com
iprofit-internet.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
healthandfitnesslives.com
androidnews-jp.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
britsmile.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
kakakpintar.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
rajasthancarservices.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
hemendekor.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com