El presidente alem¨¢n reconoce "graves errores" pero no dimitir¨¢
El jefe del Estado se disculpa por amenazar al director del diario 'Bild' para evitar que publicara una historia que lo afecta personalmente
El Presidente federal de Alemania, el democristiano Christian Wulff (CDU), permanecer¨¢ en el cargo tras reconocer que ha cometido ¡°graves errores¡±. En una corta entrevista televisiva, el jefe del Estado alem¨¢n se disculp¨® por haber amenazado en diciembre al director del diario Bild para evitar que publicara una historia que lo afecta personalmente. El rotativo desvel¨® el mes pasado que Wulff hab¨ªa obtenido un cr¨¦dito personal ventajoso de un empresario en 2008, cuando era primer ministro de Baja Sajonia. Despu¨¦s, ocult¨® el trato al Parlamento regional de ese land. Cuando parec¨ªa que amainaba esc¨¢ndalo navide?o por ese cr¨¦dito se ha conocido esta semana el inusitado rapapolvo amenazante que Wulff dej¨® grabado en el buz¨®n de voz del director de Bild, Kai Diekmann. Le advert¨ªa de que la publicaci¨®n de historias privadas ¡°incre¨ªbles¡± significar¨ªa ¡°el cruce del Rubic¨®n¡± pare ¨¦l y para su mujer Bettina. En su aparici¨®n televisiva de ayer por la tarde, el Presidente lament¨® esa declaraci¨®n de guerra como un error ¡°humano¡±. Tras insistir en la legalidad de todo su comportamiento, Wulff se refiri¨® al ¡°precio de ser una figura p¨²blica¡± y lament¨® los rumores sobre su esposa ¡°que se est¨¢n difundiendo por internet¡±.
El esc¨¢ndalo sobre el cr¨¦dito privado con el que los Wulff adquirieron una casa en 2008 y la chusca amenaza telef¨®nica a Diekmann son objeto de cr¨ªticas. Las ¡°fantas¨ªas¡± sobre Bettina, a las que Wulff se refiri¨® ayer en horario de m¨¢xima audiencia, se centran en su pasado profesional. El diario Berliner Zeitung public¨® en diciembre que las tensiones entre el Presidente y el rotativo sensacionalista Bild se debieron a ¡°informaciones que no se publican¡± sobre a la ¡°vida anterior de Bettina¡±. En Bild lo niegan. Incluso los informativos de la televisi¨®n p¨²blica han entrado en un baile de alusiones veladas sobre el pasado de la segunda esposa de Wulff, pero nadie ha cogido el toro por los cuernos ni ha presentado pruebas de ese pasado. En su aparici¨®n de ayer, Wulff parec¨ªa un n¨¢ufrago en medio de un c¨ªrculo de tiburones. Los entrevistadores no mordieron. El presidente record¨® en tono un poco lastimosos que ¡°los Derechos Humanos amparan incluso a un Presidente federal¡±. Tambi¨¦n el derecho a la privacidad.
Pero el esc¨¢ndalo no gira en torno a su matrimonio, sino a sus relaciones privadas con empresarios y a sus amenazas a Bild. Ayer insisti¨® en que obtener un cr¨¦dito privado no es delito, como tampoco lo es que un primer ministro regional veranee en las residencias privadas de sus amigos empresarios. Sus cr¨ªticos le acusan de haber reconocido sus ¡°errores¡± cuando no le quedaba m¨¢s remedio. ?l dice que ocult¨® el cr¨¦dito al Parlamento porque, en t¨¦rminos estrictos, no se lo concedi¨® el empresario sino su esposa. En cuanto a los seis viajes gratuitos a casas de empresarios, defendi¨® el ¡°derecho de un pol¨ªtico a tener amigos, a los que puede visitar¡±. As¨ª que su arrepentimiento se limit¨® a la extempor¨¢nea llamada al Bild y a la gesti¨®n informativa del pol¨¦mico pr¨¦stamo.
La canciller Angela Merkel apoy¨® ayer a Wulff mediante un portavoz. La jefa de la CDU lo impuso como Presidente hace s¨®lo dos a?os, de modo que su ca¨ªda la afectar¨ªa directamente. La presidencia federal es un cargo representativo al que se pide ejemplaridad e integridad por encima del traj¨ªn pol¨ªtico diario. Los democristianos defendieron ayer a su presidente, mientras que la oposici¨®n de centro-izquierda puso en duda su ¡°capacidad para continuar en la Instituci¨®n¡±. El presidente de los socialdem¨®cratas, Sigmar Gabriel, dijo que la ¡°causa Wulff ya es una causa Merkel¡±.
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