El Gobierno italiano intenta convencer a la City de que su programa es fiable
Cameron da un espaldarazo en Londres a las reformas econ¨®micas de Monti
Mario Monti se ha pasado el d¨ªa predicando en Londres el mensaje de que Italia es, ?o habr¨ªa que decir Italia vuelve a ser?, un pa¨ªs del que uno de puede fiar. Lo ha proclamado primero, de buena ma?ana, a trav¨¦s de una larga entrevista publicada con calculado esmero en las fechas en el muy influyente Financial Times, el diario brit¨¢nico m¨¢s le¨ªdo en el sector financiero.
A mediod¨ªa ha estado en Downing Street, confirmando con el primer ministro David Cameron la importancia del mercado interior en estos tiempos de crisis. Luego se ha reunido en la City con inversores internacionales, en el que era en realidad el plato fuerte del d¨ªa. Y despu¨¦s se ha acercado a la London School of Economics para completar la agenda.
Lo normal en estos casos es que el foco de atenci¨®n en una visita como esta sea el encuentro entre los dos primeros ministros. Pero, ?es realmente Mario Monti un primer ministro o es m¨¢s bien el consejero delegado de esa empresa en crisis llamada Italia? Para los brit¨¢nicos, que se resisten a considerar pol¨ªtico a un jefe del Gobierno que no ha pasado por las urnas, Monti es un tecn¨®crata. Es decir, un gestor. O sea, el consejero delegado.
Eso al exbanquero y excomisario Monti se la trae al fresco: no parece optar a un segundo mandato, por lo que lo que de verdad le preocupa no es lo que piensen de ¨¦l, sino lo que piensen de su empresa, de Italia. ¡°Creo que soy el ¨²nico en Europa que no ha criticado a las agencias de calificaci¨®n¡±, comenta con cierta socarroner¨ªa en el FT. Suave hasta el punto de dormir al m¨¢s insomne en sus intervenciones p¨²blicas, el primer objetivo de Monti ha sido engrasar las relaciones con la City. Por eso ha empezado dejando claro que comparte el an¨¢lisis que sobre Italia hace Standard and Poor¡¯s. ¡°Lo podr¨ªa haber escrito yo mismo¡±, llega a admitir. Aunque no necesariamente comparte la rebaja de dos escalones en la calificaci¨®n italiana.
Lo que ha hecho Monti hoy es aceptar los pecados del pasado, hacer acto de contrici¨®n y, sobre todo, prop¨®sito de enmienda. Ese era el objetivo del viaje: convencer a la City de que Italia ha cambiado. ¡°Convencer¨¦ al mercado de que Italia es s¨®lida y fiable¡±, ha proclamado, sin hacer caso de que hoy mismo otra agencia de calificaci¨®n, Fitch, hab¨ªa advertido a su Gobierno de que puede tambi¨¦n rebajar en dos pelda?os la calificaci¨®n italiana.
Por eso ha anunciado ante los inversores que han acudido a escucharle que el viernes el Gobierno estudiar¨¢ la manera de reformar el mercado gasista con el objetivo de separar la producci¨®n de la distribuci¨®n. Y les ha reafirmado un mensaje: ¡°estamos haciendo un esfuerzo para reducir la segmentaci¨®n del mercado del trabajo y para el ingreso de los j¨®venes¡± en el mundo del empleo.
Antes, tras su encuentro con Cameron en Downing Street, su mensaje ante la prensa ha buscado la complicidad de su anfitri¨®n y de los medios locales al enfatizar sobre todo una visi¨®n de Europa muy brit¨¢nica: ¡°Tenemos la voluntad de trabajar por el mercado ¨²nico, que es del inter¨¦s de Inglaterra y de Italia y que ser¨¢ un instrumento para el crecimiento econ¨®mico¡±.
Cameron no ha estado especialmente c¨¢lido con su colega italiano. Quiz¨¢s porque hoy ha tenido un mal d¨ªa: el paro ha vuelto a subir y se da por seguro que en los pr¨®ximos d¨ªas se confirmar¨¢ que el pa¨ªs vuelve a estar en recesi¨®n. O quiz¨¢s porque prefiere no ser asociado con un primer ministro tecnocr¨¢tico. O porque quiz¨¢s no estuvieron tan de acuerdo en todo como insinuaron. A fin de cuentas, mientras la gesti¨®n de Cameron ha quedado sellada por su fe ciega en el ajuste fiscal para salir de la crisis, Monti se ha desmarcado de esa posici¨®n: ¡°Creemos que el ajuste fiscal es condici¨®n necesaria, pero no suficiente¡±, ha precisado.
Y ha dejado tambi¨¦n claro que ¡°hay un problema, reconocido por todos y en primer lugar por los mercados, de gobernanza de la zona euro, que no est¨¢ todav¨ªa a la altura del desaf¨ªo que afrontamos. Es necesario mejorar la gobernanza en la UE¡±, ha dicho.
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