China entra en el siglo del urbanismo
El aumento de la poblaci¨®n urbana someter¨¢ a una fuerte presi¨®n a las ciudades
La poblaci¨®n urbana es por primera vez mayor que la rural en China, un cambio hist¨®rico que tendr¨¢ grandes consecuencias sobre la fuerza laboral en la llamada f¨¢brica del mundo y someter¨¢ a una fuerte presi¨®n a los servicios sociales, el transporte y el medio ambiente en las ciudades, seg¨²n los expertos. En 1949, cuando Mao Zedong proclam¨® la Rep¨²blica Popular China tras vencer a los nacionalistas de Chiang Kai-shek gracias al apoyo de las masas agrarias, el 89% de la gente viv¨ªa en el campo. En los 30 a?os que siguieron, esta cifra solo baj¨® ocho puntos y se situ¨® en el 81%.
Pero el proceso de apertura y reforma lanzado por Deng Xiaoping en diciembre de 1978 tras la muerte del Gran Timonel llev¨® a cientos de millones de campesinos a dejar sus pueblos en las d¨¦cadas que siguieron para beneficiarse del r¨¢pido crecimiento econ¨®mico. El fen¨®meno ha sido de tal envergadura que a finales de 2011 viv¨ªan en las ciudades 690,79 millones de personas ¨Ces decir, el 51,27% de un total de 1.347,35 millones de almas-, frente a 656,56 millones en el campo (el 48,73%).
Los datos, facilitados el martes pasado por la Oficina Nacional de Estad¨ªsticas, marcan un punto de inflexi¨®n en el pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo, que ha experimentado uno de los procesos de transformaci¨®n social y econ¨®mica m¨¢s r¨¢pidos e intensos de la historia de la Humanidad. Seg¨²n el premio Nobel de Econom¨ªa Joseph E. Stiglitz, la urbanizaci¨®n de China, junto con los avances tecnol¨®gicos en Estados Unidos, son los dos fen¨®menos m¨¢s importantes que moldear¨¢n el desarrollo del mundo en el siglo XXI.
Se prev¨¦ que en 20 a?os la poblaci¨®n urbana represente el 75% del total. Para entonces, el pa¨ªs asi¨¢tico podr¨ªa haber superado como mayor econom¨ªa del mundo a Estados Unidos, donde en la actualidad el 82% de la gente vive en las ciudades. En India, es el 30%, y en el conjunto del mundo, el 51%. ¡°China ha sido un pa¨ªs basado en la agricultura durante miles de a?os. La agricultura reflejaba la gesti¨®n y la organizaci¨®n del pa¨ªs. Ahora, se ha convertido en urbano¡±, afirma Duan Chengrong, subdirector del Instituto de Sociedad y Poblaci¨®n en la Universidad del Pueblo, en Pek¨ªn.
El n¨²mero creciente de residentes urbanos est¨¢ ejerciendo una gran presi¨®n sobre los recursos
Los investigadores afirman que el n¨²mero creciente de residentes urbanos est¨¢ ejerciendo una gran presi¨®n sobre los recursos ¨Ccomo agua, gas, electricidad-, los servicios sociales ¨Chospitales, colegios- o las infraestructuras de transporte. Adem¨¢s, menos campesinos pobres puede significar menos mano de obra barata para las factor¨ªas o, en cualquier caso, obreros m¨¢s exigentes y salarios m¨¢s altos. Algo que ya est¨¢ ocurriendo, con las consiguientes consecuencias para la f¨¢brica del mundo, y, potencialmente, para el paisaje manufacturero global.
Una gran parte de quienes integran el cambiante paisaje de las ciudades chinas son trabajadores llegados en busca de empleo en la construcci¨®n, en los restaurantes o en otros sectores. Seg¨²n la oficina estad¨ªstica, hay 252 millones. Estos emigrantes en su propio pa¨ªs son tratados a menudo como ciudadanos de segunda clase. Aunque son contabilizados como residentes urbanos si llevan trabajando en la ciudad m¨¢s de seis meses, su hukou (registro de residencia) sigue estando en sus pueblos, por lo que tienen poco o ning¨²n derecho a seguridad social y servicios de educaci¨®n en los lugares a los que se han trasladado.
¡°La vida de quienes emigren a las ciudades ser¨¢ m¨¢s dura de lo que pensaban. Estos trabajadores est¨¢n en lo m¨¢s bajo de la sociedad. No tienen los mismos beneficios sociales que los residentes urbanos. Sus salarios son inferiores a los de los locales y sus costes de vida son m¨¢s altos porque no tienen hukou urbano. El hukou es uno de los mayores problemas que tendr¨¢ que resolver el Gobierno¡±, asegura Cheng Jiansan, director del Centro de Investigaci¨®n Econ¨®mica del delta del r¨ªo Perla -zona donde hay miles de f¨¢bricas- en la Academia de Ciencias Sociales de la provincia sure?a de Guangdong.
La sociedad agraria que llev¨® al poder a Mao Zedong se est¨¢ diluyendo
Esta situaci¨®n ha generado frustraci¨®n entre muchos emigrantes ¨Cespecialmente, los j¨®venes- y ha sido fuente de protestas violentas. En junio del a?o pasado, estallaron tres d¨ªas de disturbios en Guangdong, despu¨¦s de que corrieran rumores de que varios agentes hab¨ªan apaleado hasta la muerte a un vendedor callejero y hab¨ªan maltratado a su esposa embarazada. Luego result¨® que el hombre estaba vivo, pero la amplitud de la revuelta puso de manifiesto el resentimiento existente entre los emigrantes.
¡°El proceso de urbanizaci¨®n ha tenido un efecto positivo porque ha dado trabajo a los habitantes de las zonas rurales, pero, al mismo tiempo, muchos han sido explotados¡±, dice Geoffrey Crothall, portavoz de China Labour Bulletin, una organizaci¨®n de defensa de los derechos laborales en China con sede en Hong Kong. ¡°El r¨¢pido desarrollo que est¨¢n experimentando algunas regiones del interior est¨¢ haciendo que muchos trabajadores regresen a sus pueblos porque ahora hay m¨¢s oportunidades¡±.
La sociedad agraria que llev¨® al poder a Mao Zedong se est¨¢ diluyendo. Pero el Gobierno conf¨ªa en que el aumento de la clase urbana ayude a impulsar el consumo y, por tanto, la econom¨ªa, ahora demasiado dependiente de las exportaciones y la inversi¨®n. Porque el dinero sigue estando en las ciudades. El ingreso per c¨¢pita anual disponible en las zonas urbanas alcanz¨® el a?o pasado 21.810 yuanes (2.690 euros), un 8,4% m¨¢s que en 2010, mientras que en el campo el ingreso per c¨¢pita en met¨¢lico (es decir, sin incluir, por ejemplo, las rentas que suponen el consumo de alimentos de cultivo propio) fue de 6.977 yuanes (860 euros), un 11,4% m¨¢s.
Para ello, los dirigentes chinos deber¨¢n mejorar las condiciones de estos emigrantes internos. ¡°La esperanza del Gobierno es que contribuyan al consumo, pero veo muy pocas evidencias de que esto haya ocurrido en los ¨²ltimos a?os¡±, afirma Crothall. ¡°Siguen teniendo que ahorrar mucho para hacer frente a la falta de seguridad social y ayuda al desempleo, o al coste de la educaci¨®n de los hijos¡±.
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