Odio entre camaradas
Las muertes de soldados de la OTAN por militares afganos revela el profundo desprecio mutuo
Las fuerzas de la OTAN est¨¢n sufriendo cada vez m¨¢s ataques por parte de soldados afganos, a quienes los aliados han entrenado y con quienes han combatido hombro con hombro. Los asesinatos de soldados occidentales a manos de soldados afganos se deben, seg¨²n funcionarios estadounidenses y afganos, a la profunda animadversi¨®n existente entre las fuerzas internacionales y locales, seg¨²n un informe obtenido por el diario The New York Times.
Tras una d¨¦cada de guerra en Afganist¨¢n, el informe deja claro que estos asesinatos se han convertido en el s¨ªntoma m¨¢s visible de un mal mucho m¨¢s profundo: el desprecio que cada bando siente por el otro, al margen de la lucha contra los talibanes. La mala voluntad y la desconfianza son muy profundas entre los civiles y militares de ambas partes, lo que plantea un gran interrogante acerca del papel que Estados Unidos y sus aliados pueden llegar a tener en el futuro de Afganist¨¢n.
El asesinato ayer de cuatro soldados franceses a manos de un hombre que vest¨ªa el uniforme del Ej¨¦rcito Nacional Afgano en el este del pa¨ªs es el ¨²ltimo de una serie de incidentes entre supuestos miembros del mismo bando. Estos incidentes, cada vez m¨¢s comunes, y a?adidos a la incapacidad de la Alianza para atajar el problema, plantean serias dudas sobre los esfuerzos estadounidenses para construir un Ej¨¦rcito regular afgano, una de las condiciones fundamentales del Gobierno de Barack Obama para la retirada de las tropas de Estados Unidos del pa¨ªs centroasi¨¢tico.
Un ejemplo del nivel general de antipat¨ªa por la guerra estall¨® la semana pasada cuando sali¨® a la luz un v¨ªdeo donde marines estadounidenses orinaban sobre combatientes talibanes muertos. Aunque los mandos estadounidenses r¨¢pidamente condenaron el acto y tomaron medidas disciplinarias, no pudieron evitar que miles de mensajes de Twitter y Facebook recogieran los elogios de miles de marines y ciudadanos para los hombres que profanaron los cuerpos de sus enemigos.
La consecuencia m¨¢s preocupante del sentimiento antioccidental es el creciente n¨²mero de occidentales asesinados por sus aliados afganos, hechos que han sido sistem¨¢ticamente calificados por los funcionarios estadounidenses y la OTAN como episodios aislados, obra de soldados perturbados o de talibanes infiltrados. Sin embargo, el informe inusualmente franco al que ha tenido acceso el diario neoyorquino, redactado por un mando estadounidense en el este de Afganist¨¢n, tiene una visi¨®n totalmente distinta de lo que est¨¢ en juego.
Desde 2007 se han registrado casi 35 ataques de miembros de las fuerzas afganas?
"Los incidentes mortales no son excepcionales ni aislados, sino que reflejan una creciente tendencia a los homicidios entre camaradas (tal vez en un n¨²mero sin precedentes entre fuerzas "aliadas¡± en la historia militar moderna), dice el informe. Pronunciamientos oficiales de la OTAN contrarios a esta tendencia ¡°son falsos o al menos tergiversan la realidad". El texto resta importancia al papel de los infiltrados talibanes en los asesinatos de soldados de la OTAN.
La coalici¨®n se neg¨® a comentar el informe. Sin embargo, "los incidentes donde soldados afganos han resultado heridos o muertos por miembros de ISAF o viceversa son casos aislados", insiste el teniente coronel Jimmie E. Cummings Jr., uno de los portavoces militares de Estados Unidos. "Nosotros entrenamos y nos relacionamos con el personal afgano todos los d¨ªas y no estamos observando ning¨²n problema".
Los datos parecen contar una historia diferente. Aunque la OTAN no ha hecho un recuento completo de las muertes de sus fuerzas "a manos de soldados y polic¨ªas afganos¡±, el informe recoge comunicados de prensa de la coalici¨®n que indican que desde 2007 se han registrado casi 35 ataques de miembros de las fuerzas afganas contra sus pares estadounidenses y del resto de las fuerzas aliadas.
Dos miembros de la Legi¨®n Extranjera Francesa y un soldado estadounidense murieron en episodios separados en el ¨²ltimo mes, de acuerdo a los registros de la OTAN. El informe, que recoge los incidentes entre mayo de 2007 y mayo de 2011, informa de que al menos 58 militares occidentales murieron en ataques ejecutados por 26 soldados y polic¨ªas afganos. La mayor¨ªa de los atentados han ocurrido a partir de octubre de 2009. Esta cifra representa el 6% de todas las muertes de la coalici¨®n durante ese per¨ªodo, seg¨²n el informe.
Odio creciente
"El sentimiento de odio est¨¢ creciendo r¨¢pidamente", dijo un coronel del Ej¨¦rcito afgano, que pidi¨® no ser identificado y que describi¨® a sus tropas como "ladrones, mentirosos y adictos a las drogas". Pero tambi¨¦n dijo que los estadounidenses eran "groseros, arrogantes y matones que usan un lenguaje grosero". La fuente a?adi¨® que los altos mandos se las arreglan para mantener sus sentimientos bajo control, pero reconoci¨® que la tropa es otra cosa. "Me temo que estos ataques se convertir¨¢n en un problema importante a corto plazo para los escalafones inferiores de ambos ej¨¦rcitos".
El peor de estos incidentes hasta el momento se produjo el pasado mes de abril, cuando el coronel de la Fuerza A¨¦rea afgana Ahmed Gul mat¨® a ocho militares estadounidenses y un contratista. Tras la matanza escribi¨® en las paredes con la sangre de los muertos: "Dios, en su nombre" y "Dios es uno". Derspu¨¦s, se suicid¨®. En un informe de 436 p¨¢ginas, los investigadores de la Fuerza A¨¦rea se?alaron que Gul actu¨® bajo un gran estr¨¦s provocado por sus problemas financieros. Sin embargo, se demostr¨® despu¨¦s que el motivo principal de Gul era su odio hacia Estados Unidos y que el atentando lo hab¨ªa planificado para matar al mayor n¨²mero de estadounidenses antes de suicidarse o ser abatido.
No se ha informado de casos de estadounidenses que hayan matado a soldados afganos, a pesar de que un grupo de soldados de EEUU mat¨® a tres civiles afganos por deporte en 2010. S¨ª existe, sin embargo, un amplio registro de comportamientos groseros y violentos hacia los afganos.
Pero el informe de 70 p¨¢ginas, titulado "Una crisis de confianza y de incompatibilidad cultural", va mucho m¨¢s all¨¢ de las an¨¦cdotas. Se llev¨® a cabo tras entrevistar a 613 soldados y polic¨ªas afganos, 215 soldados estadounidenses y 30 int¨¦rpretes afganos que trabajan para los estadounidenses. Si bien el informe se centr¨® en tres ¨¢reas del este de Afganist¨¢n, muchos de los soldados afganos entrevistados hab¨ªan servido en otras partes del pa¨ªs y el autor del texto cree que constituyeron una muestra representativa de todo el pa¨ªs.
¡°Hay profundos sentimientos de rechazo y desconfianza entre el personal del Ej¨¦rcito afgano hacia las fuerzas de EE UU", dice el informe. La lista de quejas de Afganist¨¢n contra los norteamericanos va desde el asesinato de civiles hasta orinar en p¨²blico y blasfemar. ¡°Los soldados de EEUU no escuchan, son demasiado arrogantes", dijo uno de los militares afganos encuestados. "Ellos se irritan porque tienen bajas pero jam¨¢s se detienen a pensar en los civiles que mueren durante sus operaciones militares¡±, dijo otro.
Los estadounidenses fueron igual de duros. "La opini¨®n de los soldados estadounidenses sobre sus pares afganos es extremadamente negativa en muchas cuestiones¡±, dice el informe, que cita que no los marines no se f¨ªan de sus aliados afganos a la hora de patrullar juntos. En general, cuestionan la honestidad, integridad y valor de las fuerzas locales, y subrayan el "abuso de drogas". Los estadounidenses tambi¨¦n expresaron sospechas acerca de la connivencia de los soldados afganos con los talibanes, una complicidad m¨¢s que probada en lo que respecta a la polic¨ªa local.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.