Polacos: alcoh¨®licos, antisemitas y beatos
Los polacos beben como la media; no se preocupan tanto por la Iglesia, y rechazan a los jud¨ªos un poco por encima de la media europea
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Los periodistas de Europa Occidental han mencionado estos tres estereotipos sobre los polacos. Son ciertos, pero solo hasta cierto punto. Los polacos beben como la media; son cat¨®licos, pero no se preocupan tanto por lo que dice la Iglesia, y no les gustan los jud¨ªos, solo ligeramente por encima de la media europea. Seg¨²n los datos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), el polaco medio bebi¨® en 2011 13,3 litros de alcohol puro, sobre todo en forma de cerveza (que constituye el 56% del consumo total de alcohol) y de vodka (un 31%).
Seg¨²n la OMS, Polonia se sit¨²a un poco por encima de la media europea, que alcanza los 12 litros por cabeza. Los polacos beben algo m¨¢s que los alemanes (12,8 litros), casi la misma cantidad que los ingleses (13,4 litros), pero menos que los irlandeses (14,4 litros), los checos (16,5 litros), los ucranianos (15,6 litros) y los rusos (15,7 litros),
Estas estad¨ªsticas deben ser tratadas con cierta distancia. El organismo polaco encargado de combatir el alcoholismo habla de un consumo significativamente menor de alcohol: 9 litros por persona (todos los datos se refieren al a?o 2010). Puede ser porque la OMS suma el consumo ¡°oficial¡± -es decir, el legal sometido al pago de impuestos¨C con el ¡°no oficial¡±, o sea el calculado por los expertos. Cuanto m¨¢s al este del pa¨ªs, m¨¢s se bebe aguardiente y otras bebidas de producci¨®n casera, alcohol de producci¨®n clandestina y sin registrar, as¨ª como bebidas de contrabando. Por ello tambi¨¦n resulta m¨¢s dif¨ªcil calcular la cantidad exacta. En todo caso, nada parece indicar que los polacos superen dr¨¢sticamente la norma europea.
Cuanto m¨¢s al este del pa¨ªs, m¨¢s se bebe aguardiente y otras bebidas de producci¨®n casera
Entonces, ?de d¨®nde sale el estereotipo del polaco aficionado a empinar el codo? Casi la mitad del alcohol de Polonia se lo bebe solo un 7% de los consumidores. Seg¨²n los estudios de mediados de los a?os noventa, los que m¨¢s beben son los hombres con menor formaci¨®n, principalmente agricultores y obreros no cualificados. Las personas con un buen salario beben en casa, en la calle suele verse a los m¨¢s pobres. Enfrente de la tienda de la localidad en la que vivo, a las afueras de Varsovia, me encuentro con frecuencia al mismo grupo de se?ores bebiendo cerveza o vodka a cualquier hora del d¨ªa o de la noche. Est¨¢n ah¨ª incluso a las 6.30 de la ma?ana en invierno, cuando hace fr¨ªo, hay nieve y yo voy medio dormido a comprar la prensa.
Seg¨²n un sondeo de noviembre de 2011, en torno al 95% de mis compatriotas se declara cat¨®lico (?pero solo un 92% se considera creyente!). Cada a?o que pasa aumenta poco a poco el n¨²mero de personas no creyentes y disminuye el n¨²mero de practicantes. Aproximadamente un 40% de los polacos declara ir el domingo a la iglesia, pero solo un 6% forma parte de alguna agrupaci¨®n o movimiento cat¨®lico, y solo un 7% se considera ¡°profundamente creyente¡±.
Cada a?o que pasa aumenta poco a poco el n¨²mero de personas no creyentes y disminuye el n¨²mero de practicantes
No se sabe hasta qu¨¦ punto estas declaraciones son resultado del conformismo y de la tradici¨®n. En oto?o de 2011, casi la mitad de los polacos estaba a favor del derecho a interrumpir el embarazo, una opini¨®n que no coincide con la de la Iglesia. En general tampoco coinciden con su actitud respecto al tema de los anticonceptivos o del divorcio. La beatitud (entendida como el mostrar con fervor y ostentaci¨®n la propia religiosidad) es considerablemente menos habitual de lo que sugieren las estad¨ªsticas. Tambi¨¦n habr¨ªa que preguntarse cu¨¢nto saben de verdad las personas sobre su fe: seg¨²n unos estudios del a?o 2009, hasta un 33% cre¨ªa en la reencarnaci¨®n, un 42% en que los animales tienen alma y solo un 59% en el infierno. Por tanto, en Polonia es posible ser cat¨®lico no creyente, creer en la reencarnaci¨®n y contraer matrimonio por la iglesia y, al parecer, no es algo ni mucho menos infrecuente.
Seg¨²n el censo del a?o 2002, 1.100 personas en Polonia se declararon de nacionalidad jud¨ªa (de un total de 38,5 millones; los resultados del nuevo censo de 2011 a¨²n no est¨¢n disponibles). En las comunidades jud¨ªas hay entre 8.000 y 12.000 personas inscritas.
Seg¨²n un sondeo internacional llevado a cabo por el Comit¨¦ Jud¨ªo Estadounidense, hasta un 56% de los polacos estaba de acuerdo en 2005 (un 38% no lo estaba) con la siguiente opini¨®n: ¡°En la actualidad, igual que en el pasado, los jud¨ªos siguen teniendo una influencia demasiado grande sobre lo que pasa en el mundo¡±. Es el ¨ªndice m¨¢s alto de entre los nueve pa¨ªses analizados de Europa y Estados Unidos. ?Pero en ning¨²n sitio fue de menos del 25%!
"La creencia en las influencias mundiales ¡®de enorme medida¡± de los jud¨ªos es una variante del mito antisemita"
¡°En Polonia la creencia en las influencias mundiales ¡®de enorme medida¡± de los jud¨ªos es una variante del mito antisemita¡±, dec¨ªa el catedr¨¢tico de sociolog¨ªa polaco Antoni Su?ek, comentando los resultados del estudio. Los soci¨®logos calculan que el n¨²mero de personas que declaran tener una postura antisemita consecuente es solo de algo m¨¢s del 10%.
Por otra parte ¨Cde nuevo seg¨²n estad¨ªsticas internacionales¨C en Polonia hay muchos menos ataques a cementerios jud¨ªos, sinagogas o instituciones jud¨ªas que en los pa¨ªses de Europa Occidental. Tras la ca¨ªda del comunismo, los gobiernos polacos, tanto de derechas como de izquierdas, han formado parte de los aliados internacionales m¨¢s consecuentes de Israel. As¨ª que es cierto que el antisemitismo en Polonia sigue vivo, pero m¨¢s en la esfera de los estereotipos ocultos en el subconsciente que en la pol¨ªtica real. Hace poco o¨ª a un ni?o de unos 10 a?os insultar a su amigo diciendo ¡°T¨², jud¨ªo¡±, porque no quer¨ªa prestarle un juguete, tras lo cual ninguno de los dos fue capaz de explicar qu¨¦ es un jud¨ªo. Los dos se quedaron muy sorprendidos cuando se lo pregunt¨¦.
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