Argentina imputa por primera vez a un empresario por cr¨ªmenes de la dictadura
Marco Levin est¨¢ citado a una indagatoria por secuestros y torturas a sindicalistas
Se le acusa de ir en los coches de su empresa junto con polic¨ªas para secuestrar a sindicalistas que trabajaban para ¨¦l y llevarlos a una comisar¨ªa, donde eran torturados hasta que confesaban que hab¨ªan cometido una supuesta estafa y as¨ª despu¨¦s ¨¦l pod¨ªa despedirlos. Se llama Marco Levin y es el primer empresario argentino citado a declaraci¨®n indagatoria por delitos de lesa humanidad cometidos en la ¨²ltima dictadura de su pa¨ªs (1976-1983).
Seg¨²n muchos pol¨ªticos y analistas, aquel fue un r¨¦gimen c¨ªvico-militar en el que, si bien las fuerzas armadas dirig¨ªan el pa¨ªs, numerosos civiles participaron en la represi¨®n. Adem¨¢s de militares y polic¨ªas tambi¨¦n ha sido condenado un sacerdote por los cr¨ªmenes de la dictadura y est¨¢n procesados algunos civiles que fueron ministros, altos funcionarios y jueces. Ahora ha llegado el turno de los empresarios.
Fue habitual en la dictadura que desaparecieran los integrantes de los comit¨¦s de empresas y empleados sospechosos de activismo pol¨ªtico, dentro del peronismo o la izquierda, o en las guerrillas. Ha habido obreros desaparecidos en Mercedes-Benz, Ford, la azucarera argentina Ledesma y la sider¨²rgica Acindar (que ahora pertenece a ArcelorMittal), pero hasta ahora no ha habido empresarios imputados por esos casos. En cambio, Levin, due?o de una de las compa?¨ªas de autocares m¨¢s importantes de Argentina, La Veloz del Norte, deber¨¢ responder ante un juez de la provincia norte?a de Salta por presuntos secuestros y torturas. Comparecer¨¢ el 7 de febrero ante el magistrado Julio Bavio, seg¨²n public¨® hoy P¨¢gina/12. EL PA?S intent¨® obtener la versi¨®n de Levin, pero fuentes de su empresa afirmaron que se encontraba de viaje.
El juez quiere indagar al empresario por el secuestro y tortura de 12 empleados de La Veloz del Norte, la mayor¨ªa ch¨®feres y alguna azafata. Todos ellos estuvieron en una comisar¨ªa de Salta, que funcion¨® como centro clandestino de detenci¨®n de la dictadura. Las v¨ªctimas denunciaron que polic¨ªas a bordo de coches de la empresa los secuestraron por la calle o en las oficinas de la empresa. Algunas veces estaba el propio Levin dentro del autom¨®vil. Despu¨¦s los llevaban a la comisar¨ªa, donde los torturaban para pedirles los nombres de los integrantes del sindicato de ch¨®feres. Tambi¨¦n los vejaban para que confesaran que supuestamente hab¨ªan estafado a la firma donde trabajaban. Una vez que firmaban ese reconocimiento, sol¨ªan toparse con su patr¨®n en el destacamento policial, seg¨²n sus denuncias. Se supone que as¨ª Levin consegu¨ªa la autorizaci¨®n legal para despedir sin indemnizaci¨®n a los sindicalistas, que en teor¨ªa estaban protegidos por la ley.
V¨ªctor Cobos era uno de los ch¨®feres de La Veloz del Norte y dirig¨ªa el sindicato en Salta. Ha denunciado que una vez fue retenido en la carretera por un coche en el que estaban el subcomisario V¨ªctor Bocos y Levin. Al d¨ªa siguiente, Bocos lo esperaba en la sede de la compa?¨ªa y all¨ª lo secuestr¨®. En la comisar¨ªa lo encapucharon, lo esposaron y lo encerraron en una habitaci¨®n. Dos personas lo golpearon, lo desnudaron, lo acostaron en una camilla, lo ataron y lo torturaron con descargas el¨¦ctricas. Despu¨¦s del regreso de la democracia, en 1983, Bocos asesor¨® al entonces gobernador de Salta y actual senador, Juan Carlos Romero.
El fiscal de la causa hab¨ªa acusado solo a Bocos y a otros polic¨ªas por los secuestros y las torturas. Sin embargo, el juez acept¨® la petici¨®n de un abogado de las v¨ªctimas de que tambi¨¦n se citara a declarar a Levin y al entonces juez Jorge Trincavelli, ante quien los empleados se declaraban culpables de la supuesta estafa. Trincavelli era hasta hace poco fiscal general de Salta.
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