?Es Davos incompatible con el islam?
Los nuevos dirigentes ¨¢rabes comparecen por vez primera en el Foro donde se re¨²nen anualmente las ¨¦lites del capitalismo global
Hay una solidaridad entre las ¨¦lites que supera ideolog¨ªas, fronteras y religiones. Nada puede inquietar m¨¢s a quien siente el esp¨ªritu de cuerpo de los elegidos que la s¨²bita ca¨ªda de uno de los suyos. Las ¨¦lites son hostiles a las revoluciones, con independencia del color pol¨ªtico e incluso las simpat¨ªas. No es extra?o que el camino elitista de Davos sea de dif¨ªcil tr¨¢nsito para los nuevos gobernantes ¨¢rabes, islamistas casi todos ellos, que est¨¢n sustituyendo a las viejas ¨¦lites corruptas y dictatoriales.
Las dificultades vienen de todos lados. Les cuesta a los nuevos gobernantes ¨¢rabes hacer llegar su mensaje. Y a los asistentes al Foro les cuesta atender con el debido entusiasmo la llegada de un nuevo grupo de l¨ªderes en el momento en que inician sus transiciones democr¨¢ticas y la construcci¨®n de un nuevo sistema de selecci¨®n de sus ¨¦lites. La desconfianza es mutua y tiene profundas ra¨ªces: el antioccidentalismo de un lado y del otro una islamofobia suscitada por la malintencionada identificaci¨®n de una entera religi¨®n con la violencia terrorista.
El pasado Foro de 2011 se celebr¨® ya bajo el signo de una revoluci¨®n triunfante, la tunecina, que despidi¨® al tirano el 14 de enero, y de otra en plena erupci¨®n, la egipcia, iniciada el 25 de enero, con una manifestaci¨®n en la plaza de Tahrir, el mismo d¨ªa en que empezaban las reuniones. Nada estaba previsto en las discusiones ni nada se improvis¨® a prop¨®sito de aquellos s¨²bitos cambios. Saif el Islam, el hijo universitario de Gadafi hoy en prisi¨®n, se hallaba entre las personalidades esperadas hace un a?o en aquella reuni¨®n entre cumbres nevadas. Davos no supo ver entonces el acontecimiento definitorio de la ¨¦poca.
La jornada del viernes escenific¨® de nuevo el desencuentro entre las fuerzas que pugnan por el cambio en el mundo ¨¢rabe y las ¨¦lites mundiales que se re¨²nen en Davos. La intervenci¨®n inaugural de la jornada corri¨® a cargo del primer ministro tunecino, Hammadi Jebali, en el gran auditorio, frente a dos salas donde se celebraban sendos seminarios, uno dedicado a Ir¨¢n y su proyecto nuclear, en el que intervino el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, y otro dedicado a discutir sobre el siglo XXI con el columnista Thomas Friedman. El enorme auditorio se hallaba casi vac¨ªo, pero hab¨ªa colas para entrar en las otras dos salas.
Jebali, militante del partido islamista En-Nahda, barba y callo de devoto isl¨¢mico en la frente, es el primer gobernante ¨¢rabe que sale de una elecci¨®n democr¨¢tica y el primero en comparecer aqu¨ª. Su discurso fue para ¡°jurar la Constituci¨®n¡±: cumplir¨¢ todos los requisitos exigibles desde la Uni¨®n Europea. Tambi¨¦n para situar el desaf¨ªo central de la nueva democracia en la creaci¨®n de puestos de trabajo y la disminuci¨®n de la pobreza. Se?al¨® que T¨²nez tiene una ¨¦lite profesional bien formada, clases medias y ahora un Gobierno de coalici¨®n, abierto y moderado. Predic¨® la libertad de mercado, la independencia judicial y de los organismos reguladores, condiciones para las inversiones extranjeras. Y no tuvo empacho en enumerar los sectores donde los tunecinos cuentan con mejores bazas, con el objetivo expl¨ªcito de atraer algo del flujo de dinero que circula por los bolsillos presentes en Davos.
La cadena televisiva de capital saud¨ª Al Arabiya organiz¨® el debate que se celebr¨® a continuaci¨®n, enteramente en ¨¢rabe con interpretaci¨®n simult¨¢nea, en un escenario donde rige el ingl¨¦s. Participaron el primer ministro marroqu¨ª, Albdelil¨¢ Benkir¨¢n, de nuevo el tunecino Jebali y los dos candidatos presidenciales egipcios, Amr Moussa y Abdel Monein Aboul Fotouh. Marruecos y T¨²nez son la vanguardia del cambio, el primero reformista y el segundo revolucionario, pero ambos con dirigentes isl¨¢micos al frente de sus respectivos Ejecutivos, mientras que Egipto, todav¨ªa en efervescencia, es la almendra donde se juega el futuro del cambio pol¨ªtico ¨¢rabe en su conjunto.
Benkir¨¢n calific¨® el proceso marroqu¨ª de ¡°una revoluci¨®n m¨¢s tibia¡±, que no se hace en la confrontaci¨®n con el rey y tiene sus or¨ªgenes en las reformas anteriores emprendidas por Mohamed VI. ¡°A qui¨¦n le importa que nuestros Gobiernos sean isl¨¢micos o no, lo que interesa es que estos Gobiernos son democr¨¢ticos¡±, a?adi¨® en respuesta a las preocupaciones europeas. Amr Moussa se?al¨® que ¡°Occidente quiere elecciones democr¨¢ticas, pero tambi¨¦n que ganen sus partidos preferidos¡±. ¡°Todos somos ahora dem¨®cratas¡±, a?adi¨®, ¡°pero el problema es saber si Occidente sabr¨¢ negociar con una democracia que es ¨¢rabe¡±.
Shadi Hamid, director del centro de Doha del think tank estadounidense Brookings, en otro debate sobre el papel del islam en la pol¨ªtica, se?al¨® que ¡°la democracia es el derecho a equivocarse, de ah¨ª que lo ¨²nico que importe ahora es encontrar el camino para trabajar con quienes est¨¢n en el poder, nos gusten o no¡±.
Para el egipcio Fotouh, Davos es uno de los s¨ªmbolos de la connivencia occidental con las dictaduras. La cuesti¨®n crucial es saber si las nuevas ¨¦lites que est¨¢n llegando al poder en el mundo ¨¢rabe ser¨¢n plenamente aceptadas en la escena internacional de Davos. Se ver¨¢ en el Foro de 2013.
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