Fuerzas rebeldes y tropas del r¨¦gimen combaten en los suburbios de Damasco
El Asad concentra sus fuerzas en la capital mientras la revuelta se extiende
Las tropas de Bachar el Asad han lanzado una ofensiva para reconquistar los suburbios de Damasco y se combate a apenas tres kil¨®metros de la capital. La ciudad no est¨¢ bajo asedio, pero la enorme superioridad del Ej¨¦rcito sirio sobre las milicias de la oposici¨®n ha sido hasta ahora insuficiente para sofocar una revuelta que surgi¨® hace casi un a?o en Daraa, una poblaci¨®n remota, y se ha extendido ya a casi todo el pa¨ªs.
La violencia ha experimentado un r¨¢pido incremento durante la ¨²ltima semana. La Liga ?rabe suspendi¨® el s¨¢bado la misi¨®n de sus observadores, porque consider¨® que los riesgos resultaban excesivos. Tambi¨¦n la ONU dej¨® de contabilizar las v¨ªctimas del conflicto en diciembre, cuando se lleg¨® a las 5.000, dada la imposibilidad de verificar datos.
Portavoces de la oposici¨®n estiman que entre el mi¨¦rcoles y el s¨¢bado se registraron m¨¢s de 100 muertos. El Gobierno, por su parte, asegura que el s¨¢bado fueron enterrados 28 soldados y agentes de las fuerzas de seguridad y que este domingo murieron otros 16.
El Ej¨¦rcito, confeccionado a medida por la minor¨ªa alau¨ª a la que pertenece la familia El Asad (se calcula que el 80% de los altos oficiales pertenecen a dicha rama del chi¨ªsmo), empieza a dar muestras de fatiga tras meses de despliegue ininterrumpido. El uso de artiller¨ªa y tanques en zonas urbanas s¨®lo ha exacerbado las protestas y ha estimulado el uso de las armas por parte de grupos opositores.
Las Fuerzas Armadas sirias son numerosas, pero la gran mayor¨ªa de los 300.000 soldados son reclutas sun¨ªes a los que no suelen asignarse misiones de combate porque se duda de su fidelidad al r¨¦gimen. La principal responsabilidad a la hora de reprimir la revuelta recae en la Guardia Republicana, con unos 10.000 efectivos, y en la Cuarta Divisi¨®n Mecanizada, con unos 20.000 efectivos, ambas dirigidas por Maher el Asad, hermano menor del presidente, y formadas exclusivamente por alau¨ªes.
Para desplegar unos 2.000 soldados y medio centenar de tanques en suburbios de Damasco como Sakba, Hamouriya y Kfar Batna, el Gobierno ha tenido que reducir fuerzas en otros lugares. Esa es la raz¨®n de que la superioridad en n¨²mero y armamento del Ej¨¦rcito no se haya traducido hasta el momento en una victoria sobre la oposici¨®n: en cuanto una ciudad es sometida a sangre y fuego, los soldados de Maher el Asad deben abandonarla para asaltar otra y los rebeldes resurgen.
Los portavoces de la oposici¨®n y del Gobierno coincid¨ªan este domingo en que los combates cerca de Damasco eran muy intensos. La oposici¨®n hablaba de ¡°guerra¡±. Tambi¨¦n se combat¨ªa en Rankus, a unos 30 kil¨®metros de la capital y muy cerca de la frontera libanesa, por donde, seg¨²n el Gobierno, entran grandes cantidades de armas pagadas por ¡°gobiernos extranjeros¡± (El Asad prefiere no se?alar directamente a Arabia Saud¨ª y el resto de los pa¨ªses petroleros del Golfo) y destinadas a la oposici¨®n. Arabia Saud¨ª, la gran potencia sun¨ª, e Ir¨¢n, la potencia chi¨ª aliada con el r¨¦gimen de El Asad, libran en territorio sirio un conflicto estrat¨¦gico por la hegemon¨ªa.
Pasada la medianoche, fuentes del autodenominado Ej¨¦rcito Sirio Libre informaron a Reuters de que los tanques desplegados por el r¨¦gimen hab¨ªan logrado retomar el control de un barrio al este de Damasco. "El Ej¨¦rcito Sirio Libre ha hecho una retirada t¨¢ctica. Las fuerzas del r¨¦gimen han vuelto a ocupar los suburbios y han empezado ha realizar detenciones casa por casa", dijo un activista desde el barrio de Ghouta.
El r¨¦gimen de Bachar el Asad ha decidido resistir hasta el final, pese a las presiones de la Liga ?rabe, que pide abiertamente la renuncia del presidente y la creaci¨®n de un Gobierno de unidad. Amplios sectores de la poblaci¨®n, entre los que destacan las minor¨ªas alau¨ª y cristiana, respaldan al presidente. Alau¨ªes y cristianos temen la venganza de los sun¨ªes si cae el r¨¦gimen, y sus temores se refuerzan por las amenazas contra las minor¨ªas que se escuchan, cada vez con m¨¢s frecuencia, en algunos ¨¢mbitos de la oposici¨®n.
El secretario general de la Liga ?rabe, Nabil Elaraby, viaj¨® ayer a Nueva York. El martes intentar¨¢ convencer al Consejo de Seguridad de la ONU (en el que Rusia y China defienden a El Asad) de la necesidad de emitir una resoluci¨®n inspirada en el plan de paz de la Liga ?rabe. Nadie est¨¢ a favor, sin embargo, de una intervenci¨®n militar internacional en Siria, por lo que una hipot¨¦tica resoluci¨®n de condena a Bachar el Asad no tendr¨ªa otra fuerza que la moral. Es decir, podr¨ªa ser ignorada por el Gobierno de Damasco, ya sometido
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