Rearme latinoamericano, ?para qu¨¦?
La regi¨®n sigue aumentando sus gastos de defensa en mitad de una grave crisis econ¨®mica
En mitad de una grave crisis econ¨®mica y a pesar de la necesidad de ajustar los presupuestos p¨²blicos, Am¨¦rica Latina sigue aumentando sus gastos de defensa, hasta llegar a los 69.700 millones de d¨®lares en 2010. En el periodo 2003-2010 los pa¨ªses de la zona han aumentando su presupuesto de seguridad y defensa en una media anual del 8,5%. Y todo apunta a que el a?o que iniciamos siga la misma pauta, sea por la pervivencia de conflictos ya end¨¦micos ¡ªcomo el de Colombia¡ª, por otros nuevos, como los derivados de la guerra contra el narco liderada por el presidente mexicano Felipe Calder¨®n ¡ªcon sus ramificaciones hacia Centroam¨¦rica¡ª o, no menos importante, por las derivas belicistas de reg¨ªmenes como el de Venezuela.
Este ¨²ltimo pa¨ªs se ha convertido en 2011 en el octavo mayor importador de material de defensa del planeta (con Estados Unidos, en el s¨¦ptimo lugar, son los dos ¨²nicos americanos entre los 10 primeros). En dicho a?o import¨® productos militares por un valor total de 2.330 millones de d¨®lares, y para este a?o su presupuesto de defensa se eleva a los 4.508 millones (muy por encima de los 1.724 del a?o anterior, sin que la enorme inflaci¨®n que sufre el pa¨ªs explique por s¨ª sola esa diferencia). Y todo ello para mantener unas fuerzas armadas de 115.000 efectivos (para una poblaci¨®n de 28 millones de personas), sin estar implicado en ning¨²n conflicto. Por cierto, interesa se?alar tambi¨¦n que este pa¨ªs aparece como el primer destino de las exportaciones espa?olas de armas durante el primer semestre de 2011 (en el mismo puesto que ocupaba en el mismo periodo del a?o anterior).
Pero no es este el ¨²nico foco de preocupaci¨®n. Brasil, cada vez m¨¢s en su papel de hegem¨®n regional, acaba de aprobar un presupuesto de defensa de 36.254 millones de d¨®lares (un 5,8% m¨¢s que en el a?o anterior). Aunque ha renunciado, de momento, a la adquisici¨®n de 32 cazas de combate (programa F-X2), sigue adelante con el proceso de construcci¨®n de submarinos nucleares (programa Prosub, en colaboraci¨®n de Francia), as¨ª como con el desarrollo del sistema integrado de monitoreo de fronteras (Sisfron), la fabricaci¨®n del avi¨®n de carga KC-390 y del blindado Guarani y de la compra de 50 helic¨®pteros franceses. Empe?ado en el desarrollo de su industria nacional de defensa, ha abierto de manera muy ambiciosa diferentes proyectos de colaboraci¨®n con importantes fabricantes internacionales (con Francia a la cabeza), todo ello como expresi¨®n directa de su Estrategia Nacional de Defensa, presentada en 2008 bajo el lema Paz y seguridad para Brasil.
En la misma l¨ªnea se decantan otros pa¨ªses como Argentina, que anuncia un presupuesto de defensa que ronda los 5.000 millones de d¨®lares (frente a los 3.200 del pasado a?o). Adem¨¢s de completar el programa de modernizaci¨®n del TAM (Tanque Mediano Argentino) y tratar de dotarse de patrullas oce¨¢nicas multiprop¨®sito, ha abierto su cartera de pedidos a China (con una cincuentena de helic¨®pteros) y ha decidido poner en marcha los preparativos para construir un submarino nuclear (en un ejemplo evidente de imitaci¨®n/disuasi¨®n con respecto a Brasil) y entrar en el sector de los aviones no tripulados.
Por s¨ª solos estos datos solo pueden ser interpretados como malas noticias para la regi¨®n. Por un lado, porque no habiendo ning¨²n conflicto directo entre los Estados de la regi¨®n esta tendencia marca un incremento en las tensiones vecinales que nos acerca a una le?a seca que puede ser encendida f¨¢cilmente. Por otro, porque evidencia el peso de una visi¨®n militarista de los asuntos relacionados tanto con los problemas internos de cada pa¨ªs como con la no siempre f¨¢cil convivencia con los vecinos. Adem¨¢s, vuelve a insistir en un camino equivocado, que apuesta por reforzar las capacidades represivas y de fuerza ante problemas que hunden sus ra¨ªces en el terreno social, pol¨ªtico y econ¨®mico. Latinoam¨¦rica sigue siendo hoy la regi¨®n que registra un mayor nivel de desigualdad; ¨¦se deber¨ªa ser el principal factor bel¨ªgeno a considerar. Y la respuesta a esa situaci¨®n, desde la perspectiva de la seguridad humana, no puede ser la de incrementar el poder militar (?contra qui¨¦n?), sino la de esforzarse por integrar a quienes mayoritariamente viven hoy excluidos. Dicho m¨¢s claramente, para aumentar el nivel de seguridad en Latinoam¨¦rica lo fundamental es la apuesta por m¨¢s desarrollo (lo que implica reformas profundas de unos modelos en buena medida corruptos y discriminatorios), no por m¨¢s armas.
Jes¨²s A. N¨²?ez Villaverde es codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria (IECAH) y autor del blog Extramundi
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