El polvor¨ªn sirio contagia a L¨ªbano
La pugna entre sun¨ªes y alau¨ªes se extiende a la ciudad libanesa de Tr¨ªpoli, donde el conflicto de Siria amenaza el fr¨¢gil equilibrio entre comunidades
Tr¨ªpoli, la segunda ciudad de L¨ªbano, es uno de los frentes de la crisis siria. Los roces entre la gran mayor¨ªa sun¨ª y la minor¨ªa alau¨ª forman parte de la historia reciente de Tr¨ªpoli, pero ahora amenazan con convertirse en un foco de infecci¨®n. Siria ha sido una fuerza dominante en la pol¨ªtica libanesa desde la fundaci¨®n de ambos pa¨ªses. ¡°Existe el riesgo de que en cuesti¨®n de semanas el conflicto cruce la frontera y L¨ªbano se hunda de nuevo en la guerra civil¡±, afirma un diplom¨¢tico europeo en Beirut.
El pasado fin de semana, los barrios tripolitanos de Bab al Tabbaneh y Jabal Mohsen parec¨ªan ya un escenario b¨¦lico. Grupos armados con fusiles y lanzagranadas se enfrentaban en las calles. Bab al Tabbaneh, un basti¨®n de sun¨ªes ultraconservadores y de salafistas, acoge en hospitales improvisados a una cantidad indeterminada de milicianos de las fuerzas rebeldes sirias, heridos en combates con el Ej¨¦rcito del presidente Bachar el Asad. Tambi¨¦n funciona como base log¨ªstica en la que los milicianos descansan y se aprovisionan.
Pese a la vigilancia del Ej¨¦rcito liban¨¦s, la frontera con Siria es muy porosa. En Jabal Mohsen, donde vive la casi totalidad de los 60.000 alau¨ªes de Tr¨ªpoli, abundan los retratos de El Asad y las banderas sirias. En Bab al Tabbaneh, la decoraci¨®n urbana consiste en pancartas negras con frases del Cor¨¢n y carteles contra El Asad. Los combates dejaron tres muertos y 20 heridos. Tambi¨¦n sufrieron heridas seis de los soldados libaneses que acudieron a la zona para pacificarla. Durante los d¨ªas siguientes, patrullas de blindados militares y puestos de vigilancia devolvieron una relativa calma a los dos barrios en conflicto. Los comercios saqueados y los impactos de bala en los muros no destacaban demasiado en un entorno pobr¨ªsimo y habituado a las refriegas.
¡°Esto ha sido s¨®lo una escaramuza, una advertencia lanzada por los sun¨ªes a los alau¨ªes¡±, coment¨® un sacerdote cat¨®lico maronita en una iglesia cercana a Bab al Tabbaneh. ¡°Lo que acaba de ocurrir forma parte de lo que podr¨ªamos llamar normalidad; si esto pasa a mayores se utilizar¨¢n los arsenales de armas pesadas y le aseguro que aqu¨ª son m¨¢s abundantes de lo que nadie imagina¡±, a?adi¨® el sacerdote, que prefiri¨® mantener el anonimato. En Tr¨ªpoli, con una poblaci¨®n cercana al medio mill¨®n de personas, s¨®lo viven unos 60.000 alau¨ªes y unos pocos miles de cristianos, los restos de una comunidad que se disgreg¨® durante la guerra civil. El dominio de los musulmanes sun¨ªes es rotundo.
En el conjunto del pa¨ªs, con 4,3 millones de habitantes, las cifras est¨¢n m¨¢s equilibradas: dentro del mosaico de religiones y culturas los sun¨ªes y los chi¨ªes (incluyendo la comunidad alau¨ª) cuentan con una poblaci¨®n similar, en torno al 28%. Los chi¨ªes disponen, sin embargo, de Hezbol¨¢, una milicia mejor armada que el propio Ej¨¦rcito, con una eficaz organizaci¨®n pol¨ªtica y social y con un prestigio cimentado en sus ¨¦xitos militares contra Israel, muy notables en la guerra de 2006.
Hezbol¨¢, considerado una organizaci¨®n terrorista por Estados Unidos, la Uni¨®n Europea e Israel, es el principal soporte del actual Gobierno liban¨¦s, dirigido por el magnate Najib Mikati. Tanto Hezbol¨¢ como Mikati tratan de evitar que la crisis siria se contagie a L¨ªbano y mantienen una pol¨ªtica de te¨®rica neutralidad. Mikati se neg¨® a apoyar la fallida misi¨®n de observadores enviada a Siria por la Liga ?rabe y asegura que no permitir¨¢ que su pa¨ªs se convierta en ¡°un santuario para las tropas rebeldes sirias¡±. Hassan Nasral¨¢, secretario general de Hezbol¨¢ y aliado hist¨®rico del r¨¦gimen de Bachar el Asad, trata de medir las palabras en sus contadas apariciones p¨²blicas (vive oculto por ser objetivo de Israel) pero acusa a la comunidad sun¨ª, organizada en torno a la coalici¨®n Futuro, de utilizar la crisis siria para fomentar ¡°una desestabilizaci¨®n que no conviene a los libaneses¡±.
¡°En amplios sectores sun¨ªes se percibe ansia de venganza contra el r¨¦gimen sirio, contra Hezbol¨¢ y contra la comunidad chi¨ª, y eso es muy peligroso en una situaci¨®n regional altamente vol¨¢til¡±, comenta un diplom¨¢tico europeo. ¡°Cualquier incidente puede desencadenar la violencia¡±, a?ade. Otro diplom¨¢tico europeo comenta, por su parte, que ¡°los libaneses son especialistas en frenar a un cent¨ªmetro del abismo¡± y que la tragedia de los 15 a?os de guerra civil, concluida en 1990, es a¨²n ¡°demasiado reciente como para que nadie quiera repetirla¡±, aunque admite que los sun¨ªes quieren aprovechar la debilidad del r¨¦gimen de Damasco para tomar el control de L¨ªbano.
Los sun¨ªes sufrieron un trauma profund¨ªsimo el 14 de febrero de 2005, cuando un cami¨®n-bomba mat¨® a su l¨ªder pol¨ªtico, el multimillonario Rafik Hariri, y a otras 22 personas. La conmoci¨®n causada en todo el pa¨ªs por el atentado caus¨® una reacci¨®n de rechazo al Gobierno sirio, considerado el organizador oculto de la acci¨®n, que oblig¨® a las tropas sirias a abandonar L¨ªbano y propici¨® la llegada al Gobierno de Saad Hariri, hijo del asesinado.
El a?o pasado, sin embargo, una coalici¨®n patrocinada por Hezbol¨¢ gan¨® las elecciones, casi en el mismo momento en que un tribunal de la ONU imputaba el asesinato de Rafik Hariri a cuatro dirigentes de Hezbol¨¢ que se niegan a entregarse. ¡°La ca¨ªda de El Asad es inevitable y, cuando ocurra, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil conseguir el desarme de Hezbol¨¢ y la normalizaci¨®n de L¨ªbano¡±, afirma Saad Hariri.
Nasral¨¢, el carism¨¢tico dirigente de Hezbol¨¢, rechaza por completo la opci¨®n del desarme y prefiere no especular sobre las posibles consecuencias de una ca¨ªda del r¨¦gimen sirio. En cambio ha admitido, por primera vez de forma abierta, sus v¨ªnculos con Ir¨¢n. ¡°Desde 1982 recibimos todo tipo de apoyo moral, pol¨ªtico y material de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n¡±, declar¨® hace 10 d¨ªas en un discurso televisado. Seg¨²n Nasral¨¢, la crisis siria ¡°es s¨®lo uno de los elementos de una estrategia internacional que apunta a la destrucci¨®n del eje de la resistencia contra Israel y Estados Unidos¡±, del que seg¨²n ¨¦l forman parte Ir¨¢n, Siria y Hezbol¨¢. ¡°Si Israel lanza alg¨²n ataque contra las infraestructuras iran¨ªes, cosa que no me parece probable, tomaremos las decisiones correspondientes¡±, se?al¨® en su discurso.
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