El Kremlin acosa a la prensa cr¨ªtica en v¨ªsperas de las presidenciales
Putin no tiene asegurada la victoria en la primera vuelta de las elecciones
Las elecciones presidenciales del 4 de marzo movilizan a los partidarios de Vlad¨ªmir Putin y a la oposici¨®n, que compiten entre s¨ª por sacar a la gente a la calle en apoyo de la continuidad, los primeros, y el cambio, los segundos. Identific¨¢ndose con la idea de estabilidad, Putin ha publicado por cap¨ªtulos un programa que fija ambiciosos objetivos, sin especificar cu¨¢les ser¨¢n los medios para lograrlos y con plazos de realizaci¨®n en ocasiones superiores a los seis a?os concedidos al futuro l¨ªder de Rusia (hasta ahora el mandato presidencial ha sido de cuatro a?os).
Pese a su machacona presencia en las televisiones estatales y el generoso reparto de prebendas, el candidato presidencial y jefe de Gobierno, Vlad¨ªmir Putin, no tiene garantizado el 50% de los votos requeridos para lograr la victoria en primera vuelta frente a sus cuatro contrincantes, el comunista Guennadi Ziug¨¢nov, el populista Vlad¨ªmir Zhirinovski, el socialdem¨®crata Sergu¨¦i Mir¨®nov y el multimillonario Mija¨ªl Pr¨®jorov. Este ¨²ltimo es el ¨²nico que, por no estar apoyado por un partido con representaci¨®n parlamentaria, ha tenido que recoger 2 millones de firmas de aval.
Una encuesta independiente realizada del 10 al 19 de febrero por soci¨®logos del proyecto ¡°Otkritoe Mnenie¡± (Opini¨®n Abierta) da a Putin un 48% de los votos (por debajo del resultado oficial de Rusia Unida, el partido del Kremlin, en las Legislativas de diciembre pasado). Seg¨²n este sondeo, Ziug¨¢nov obtendr¨ªa el 6%, Zhirinovski y Pr¨®jorov, un 5% respectivamente, y Mir¨®nov, un 2%. Otra encuesta efectuada del 11 al 12 de febrero por el Centro de Estudio de la Opini¨®n P¨²blica, entidad vinculada a la Administraci¨®n presidencial, pronostica un 58,6% de los votos para Putin.
Los observadores relacionan la ansiedad del equipo de Putin por evitar a toda costa una segunda vuelta electoral con los problemas experimentados por algunos medios de informaci¨®n y pol¨ªticos carism¨¢ticos. As¨ª por ejemplo, el peri¨®dico N¨®vaya Gazeta no puede pagar el sueldo de sus periodistas debido a la falta de fondos en las cuentas bancarias de su principal fuente de financiaci¨®n, el multimillonario Alexandr L¨¦bedev. ?ste atribuye sus dificultades financieras a una campa?a de acoso contra su banco, el Nazionalni Reservni Bank, sometido a una inspecci¨®n del Banco Central as¨ª como a juicios y registros de los ¨®rganos de seguridad.
Por su parte, Gazprom media, el grupo de medios de comunicaci¨®n vinculado al monopolio exportador de gas, que es propietario del 66% de El Eco de Mosc¨², se dispone a excluir del consejo de directores de esta emisora a los dos periodistas que han representado a la redacci¨®n. Seg¨²n fuentes de El Eco de Mosc¨², los cambios responden a la insatisfacci¨®n de Putin y del presidente Medv¨¦dev por la l¨ªnea informativa, pero sobre todo a la ambici¨®n de altos funcionarios, entre ellos el vicejefe de la administraci¨®n presidencial, Al¨¦xei Gr¨®mov, de controlar el imperio period¨ªstico de Gazprom.
Putin se ha quejado en p¨²blico de los varapalos que le propina El Eco de Mosc¨², cuyos estudios est¨¢n abiertos a los sectores cr¨ªticos de la l¨ªnea del Kremlin. Tambi¨¦n en el canal de televisi¨®n privada Dozh experimentan problemas que sus responsables consideran de origen pol¨ªtico, entre ellos el anuncio de una inspecci¨®n de bomberos.
¡°Se est¨¢ produciendo un ataque preelectoral a los medios de comunicaci¨®n cr¨ªticos. Las t¨¦cnicas son selectivas y a cada uno se le ataca de forma espec¨ªfica por su punto d¨¦bil¡±, afirma el presidente de la fundaci¨®n Glasnost (Transparencia Informativa), Alex¨¦i S¨ªmonov. Fuentes period¨ªsticas rusas denuncian un aumento de las injerencias de la administraci¨®n presidencial en la l¨ªnea informativa de los medios, mediante presiones a sus responsables. En ocasiones se puede llegar al absurdo, como el intento de impedir que se difundiera una exclamaci¨®n del jefe de la Duma, Sergu¨¦i Narishkin, quien pronunci¨® la frase ¡°?¡ tu madre!¡±, durante una acalorada discusi¨®n, sin darse cuenta de que su micr¨®fono estaba abierto.
El deseo de Medv¨¦dev (o de quienes le rodean y le apoyan) de mantenerse pol¨ªticamente ¡°vivo¡± para volver a aspirar a la presidencia en el futuro parece causar algunas distorsiones en la campa?a de Putin. Unos recomiendan a presidente saliente que se aparte de Putin y que renuncie a ser jefe de gobierno. Otros temen que, en lo que le queda de plazo, Medv¨¦dev pueda dar rienda suelta a su supuesta frustraci¨®n por haber renunciado a competir por la presidencia y activar ¡°bombas de relojer¨ªa¡± para Putin. El presidente ya ha comenzado a trabajar con la oposici¨®n extraparlamentaria para liberalizar la ley de partidos pol¨ªticos, tal como prometi¨®.
?Qui¨¦n teme a Alex¨¦i Navalni?
En las ¨²ltimas semanas, pol¨ªticos de oposici¨®n cr¨ªticos con el r¨¦gimen de Vlad¨ªmir Putin han aparecido en las cadenas de televisi¨®n p¨²blicas. Sin embargo, esta presencia espor¨¢dica puede cesar en cualquier momento si as¨ª lo decide el Kremlin. Adem¨¢s, algunos de los personajes cuyas carreras se han visto truncadas por el sistema pueden haberse convertido ya en inofensivos a los ojos de la opini¨®n p¨²blica, lo cual permite exhibirlos sin percepci¨®n de peligro desde la administraci¨®n presidencial. No parece ser ese el caso de Alex¨¦i Navalni, el abogado y bloguero?que es hoy el s¨ªmbolo de la nueva oposici¨®n rusa, en parte por m¨¦ritos propios, pero tambi¨¦n por la mitificaci¨®n de la que es objeto y por el miedo que parece tenerle el Kremlin.
Dos programas televisivos relacionados con Navalni han topado con la censura recientemente. En uno de ellos, a cargo del veterano Vlad¨ªmir Pozner, en el primer canal, se cort¨® un fragmento en el que se debat¨ªa sobre la posibilidad de invitar a Navalni a los estudios. En otro, en el canal MTV, se censur¨® una entrevista con el bloguero. Por otra parte, los problemas financieros de L¨¦bedev se agravaron despu¨¦s de que ¨¦ste anunciara que deseaba ver a Navalni en el consejo de administraci¨®n de la compa?¨ªa Aeroflot. Navalni, autor de una p¨¢gina de web contra la corrupci¨®n, dirige un proyecto de observaci¨®n electoral y su ¨²ltimo comentario en la red es una denuncia de V¨ªctor Vekselberg, oligarca pr¨®ximo al Kremlin que privatiz¨® centrales el¨¦ctricas, exprimi¨® sus beneficios y quiere devolverlas ahora descapitalizadas al Estado, vendi¨¦ndolas a Gazprom.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.