Las protestas fuerzan Alemania a abandonar una base en Afganist¨¢n

Miles de afganos enfebrecidos por la quema a principios de semana de ejemplares del Cor¨¢n por soldados de Estados Unidos en la base de Bagram han convertido hoy viernes, el d¨ªa sagrado de la fe isl¨¢mica, en una jornada de protestas y muerte por todo el pa¨ªs. Al menos doce personas han perdido la vida, siete de ellas en la relativamente tranquila provincia occidental de Herat. La inseguridad ha llevado a una dotaci¨®n de soldados alemanes de la fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) a abandonar una base para buscar refugio en el gran acuartelamiento de Kunduz y evitar males mayores. Mientras, en Kabul, los occidentales viven encerrados en sus residencias con vigilancia reforzada y las embajadas han redoblado sus medidas de protecci¨®n.

En un momento de la jornada, cientos de personas han marchado hasta el palacio presidencial, en el centro de Kabul, lanzando gritos contra Estados Unidos y contra el presidente Hamid Karzai, considerado una marioneta de Washington por la propaganda de los talibanes. De hecho, los talibanes han convertido el de hoy en un d¨ªa de autoafirmaci¨®n: en otra parte de la ciudad, los manifestantes marchaban con la bandera blanca talib¨¢n. La polic¨ªa ha hablado de dos muertos en la capital, donde los soldados dispararon repetidamente al aire para disolver las protestas. Desde el aire, helic¨®pteros vigilaban la situaci¨®n.

En la fortificada Kabul, con calles poco transitadas y con los m¨²ltiples cuerpos y compa?¨ªas privadas de seguridad en m¨¢xima alerta, los incidentes han sido menos dram¨¢ticos que en la provincia de Herat, fronteriza con Ir¨¢n, donde ha habido al menos siete muertos y decenas de heridos. All¨ª, las fuerzas de seguridad locales han hecho frente a una marcha dirigida hacia el consulado de Estados Unidos en Herat. ¡°Ha sido muy violento. Algunos de los manifestantes intentaron hacerse con las armas de los polic¨ªas¡±. Hubo disparos¡±, ha declarado a la agencia France Presse una fuente policial.

?Los habitantes de Herat han podido escuchar c¨®mo desde Ir¨¢n un conocido mul¨¢ negaba que las excusas presentadas el d¨ªa anterior por el presidente Barack Obama fueran aut¨¦nticas. ¡°El mundo deber¨ªa saber que Estados Unidos est¨¢ contra el islam¡±, ha arengado a la audiencia. La quema de un n¨²mero indeterminado de Coranes ¡°no fue un error. Fue intencionada. Se hizo a prop¨®sito¡±.

La base avanzada alemana de Talokan, en el norte del pa¨ªs, concit¨® ayer protestas y el peque?o contingentes de apenas 50 soldados se repleg¨® con armas y bagajes a su gran base regional de Kunduz, desde donde se dirige el despliegue de los alrededor de 4.700 soldados germanos en Afganist¨¢n (el tercer contingente en n¨²mero, tras los 90.000 de Estados Unidos y los 9.500 brit¨¢nicos).

?Con los muertos de hoy son ya al menos 24 las v¨ªctimas mortales de cuatro d¨ªas de disturbios, incluidos dos soldados de Estados Unidos abatidos por otro militar afgano. Ese ataque de ayer se produjo al tiempo que los talibanes ordenaban a los j¨®venes que se han enrolado en las fuerzas de seguridad afganas (Ej¨¦rcito y polic¨ªa) que enmendaran su error y atacaran a los soldados de ISAF.

?Est¨¢ por ver el caso que a tal llamamiento har¨¢n los 300.000 soldados y polic¨ªas que forma y tutela ISAF con vistas a crear unas fuerzas de seguridad afganas capaces de garantizar la seguridad del pa¨ªs cuando las tropas occidentales se retiren a finales de 2014. Pero la consigna abre un boquete en la l¨ªnea de flotaci¨®n de la estrategia de ISAF, basada en la confianza mutua entre soldados occidentales y afganos.

?Contra la furia de estos d¨ªas por la profanaci¨®n del Cor¨¢n no han podido nada los llamamientos a la calma realizados por una comisi¨®n gubernamental, con fuerte componente religiosa, que est¨¢ investigando el incidente de Bagram. El propio general John Allen, jefe de ISAF, ha dicho en comunicado que ¡°trabajar junto con los responsables afganos es la ¨²nica manera de corregir este grave error y garantizar que no volver¨¢ a repetirse¡±.