El Pent¨¢gono investigar¨¢ la eliminaci¨®n de restos humanos en Dover

El secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, anunci¨® una investigaci¨®n para determinar si los restos de algunas v¨ªctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 fueron incinerados y despu¨¦s arrojados a un vertedero, tal y como concluy¨® un informe independiente difundido esta semana.

Panetta ha ordenado adem¨¢s que los funcionarios de Defensa se re¨²nan con las familias para compartir con ellas toda la informaci¨®n, tan pronto como est¨¦ disponible. ¡°Comprendemos absolutamente las preguntas que puedan tener los familiares sobre este tipo de pr¨¢cticas¡±, declar¨® ayer George Little, secretario de prensa del Pent¨¢gono, a trav¨¦s de un comunicado.

Segun Little, los funcionarios del Departamento de Defensa todav¨ªa recaban informaci¨®n sobre las pr¨¢cticas empleadas en la morgue de la Base de la Fuerza A¨¦rea en Dover, en Delaware.

El Jefe del Estado Mayor de la Fuerza A¨¦rea, general Norton Schwartz, afirm¨® adem¨¢s que en este momento s¨®lo pueden confirmar que ¡°algunos restos¡± del ataque al Pent¨¢gono -y no de los pasajeros del vuelo UA93, que se estrell¨® en Pensilvania-, fueron incinerados. Todos ellos hab¨ªan sido procesados en Dover. Sin embargo, estas declaraciones contradicen el contenido de un informe revelado esta semana, que citaba documentos de 2002.

El informe, elaborado por el general retirado John Abizaid, ten¨ªa como objetivo detallar las diferentes iniciativas adoptadas por los mandos del Ej¨¦rcito norteamericano para garantizar un correcto tratamiento de los cad¨¢veres. Pero tal y como adelant¨® The Washington Post, el informe escond¨ªa un dato desconocido hasta ahora: los errores cometidos en Dover con restos de militares afectaron tambi¨¦n a algunas de las v¨ªctimas de los atentados del 11-S, en concreto, a los pasajeros del vuelo UA93, que se estrell¨® en Pensilvania, y los fallecidos en el ataque al Pent¨¢gono.

La investigaci¨®n especifica que s¨®lo se arrojaron a un vertedero ¡°algunas porciones de restos¡± que ¡°no pudieron ser identificados ni examinados¡± para analizar su ADN. Los restos de las v¨ªctimas fueron incinerados para despu¨¦s introducir las cenizas en contenedores y entregarlas a una empresa subcontratada por el Departamento de Defensa para proceder a su eliminaci¨®n. Esta compa?¨ªa, que tambi¨¦n se encargaba de la destrucci¨®n de restos bioqu¨ªmicos, arroj¨® los restos a un vertedero.

El Pent¨¢gono hab¨ªa encargado una revisi¨®n de todos los trabajos funerarios en la morgue de Dover, despu¨¦s de que una investigaci¨®n del diario The Washington Post revelara que los restos de algunos soldados hab¨ªan sido arrojados en vertederos, partes de dos cad¨¢veres recuperados en 2009 hab¨ªan desaparecido y que estos errores se comet¨ªan desde hac¨ªa varios a?os.

A partir de 2008, seg¨²n afirm¨® ayer el general Abizaid, todos los restos humanos no identificados se introducen en urnas y son despositados en el mar despu¨¦s de una ceremonia funeraria. El Pent¨¢gono defendi¨® que se han realizado esfuerzos ¡°para asegurar el tratamiento de los ca¨ªdos con la dignidad y respeto que ellos y sus familias merecen".

Abizaid reconoci¨® durante su comparecencia en el Pent¨¢gono que la documentaci¨®n consultada contiene evidencias de errores cometidos desde los a?os 90, aunque los investigadores no han indagado en profundidad porque lo que se les hab¨ªa encargado era encontrar ejemplos de mejoras. ¡°Consideramos que era importante establecer un historial de errores para entender lo que estaba ocurriendo. Se hicieron muchas cosas mal por una falta de coordinaci¨®n, direcci¨®n y supervisi¨®n t¨¦cnica, y por la escasa vigilancia de las normas aplicadas¡±.

El presidente norteamericano Barack Obama, por su parte, calific¨® de ¡°inaceptable¡± la gesti¨®n de los restos humanos en Dover y mostr¨® su ¡°profunda preocupaci¨®n¡± a trav¨¦s de un comunicado oficial. Obama hab¨ªa recibido este martes toda la informaci¨®n de parte de Abizaid y ¡°apoya todos los esfuerzos llevados a cabo por el Pent¨¢gono para acometer los cambios estructurales necesarios para garantizar que no se repiten incidentes de este tipo¡±.