El cierre de la frontera aumenta la tensi¨®n entre Sud¨¢n y Sud¨¢n del Sur
Sud¨¢n responde as¨ª al supuesto apoyo del Sur a los rebeldes de Nilo Azul y Kordof¨¢n del Sur
"No tenemos una buena relaci¨®n con ellos para tener que proveerles de comida". Con estas palabras, el segundo vicepresidente de Sud¨¢n, Al-Haj Adam Youssef, anunciaba que su pa¨ªs va a cerrar la frontera con Sud¨¢n del Sur, lo que significa impedir el paso de alimentos y otros bienes desde el norte al necesitado Sur. Se trata del ¨²ltimo gesto en un reciente aumento de la tensi¨®n entre los dos vecinos, que no han logrado hacer realmente las paces desde que Sud¨¢n del Sur se independizara de Jartum el pasado julio.
Sud¨¢n ha tomado esta decisi¨®n como represalia al supuesto apoyo del Sur a los rebeldes de Nilo Azul y Kordof¨¢n del Sur. Estas dos regiones siguen perteneciendo al norte a pesar de que lucharon junto con el Sud¨¢n del Sur durante la guerra civil que finalmente acabar¨ªa en la separaci¨®n de los dos pa¨ªses. El r¨¦gimen de Juba, en el Sur, siempre ha negado cualquier apoyo a los rebeldes, a pesar de que hay indicios de que s¨ª los ayudan.
Hablando en un mitin en Omdurm¨¢n, la ciudad gemela de Jartum al otro lado del Nilo, Youssef se?al¨® que con el cierre de la frontera persiguen que los alimentos "no lleguen a aquellos que est¨¢n luchando contra nosotros".
En Kordof¨¢n del Sur se encuentra la casi totalidad de los campos petrol¨ªferos del norte
Ambas regiones llevan meses alzadas en armas contra el Gobierno de Sud¨¢n, que ha respondido con bombardeos sobre la poblaci¨®n civil y no permitiendo el acceso de organizaciones humanitarias a la zona. Estos ataques podr¨ªan ser considerados cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad por parte del Gobierno de Omar al Bachir, a quien la Corte Penal Internacional acusa de estas mismas violaciones en relaci¨®n a la guerra en Darfur.
Por su parte, las regiones rebeldes exigen poder decidir por su cuenta si quieren seguir perteneciendo a Sud¨¢n o si prefieren independizarse y unirse a Sud¨¢n del Sur. Para hacer el tema m¨¢s complejo, es en Kordof¨¢n del Sur donde se encuentra la casi totalidad de los campos petrol¨ªferos que a¨²n permanecen en el norte tras la separaci¨®n, sobre todo en el ¨¢rea de Abyei. Los dos pa¨ªses reclaman Abyei como propio y esta regi¨®n ha vivido tambi¨¦n su particular y largo historial de enfrentamientos. Con la independencia, Sud¨¢n del Sur se llev¨® alrededor del 75% de la producci¨®n de 500.000 barriles diarios de petr¨®leo del antiguo Sud¨¢n unido.
"En las monta?as Nuba (en Kordof¨¢n del Sur), vi poblados quemados, almacenes de comida destrozados y escuelas e iglesias da?adas tras haber sido usadas como refugio por los civiles", denunci¨® hace dos d¨ªas Mukesh Kapila, delegado para la prevenci¨®n de cr¨ªmenes contra la humanidad de la organizaci¨®n Aegis Trust, quien recientemente pudo visitar la zona. "Yo mismo o¨ª un Antonov y vi a las mujeres y ni?os huir corriendo y gritando de miedo", cont¨® Kapila, que en el pasado trabaj¨® como jefe humanitario de la ONU en Sud¨¢n. "Tambi¨¦n vi campos incendiados por las bombas, que hab¨ªan destruido los pocos cultivos que hab¨ªa, y vi minas antipersona y bombas de racimo en los sitios donde mujeres y ni?os van en busca de agua y madera".
Desde que se iniciaran las rebeliones en junio del a?o pasado en Kordof¨¢n del Sur y en septiembre en Nilo Azul, aviones Antonov y Mig del Ej¨¦rcito sudan¨¦s habr¨ªan realizado bombardeos indiscriminados en ambas regiones. Adem¨¢s, Sud¨¢n del Sur ha acusado al norte de haber bombardeado campos de refugiados e instalaciones petrol¨ªferas en territorio del Sur, algo que Jartum niega. El conflicto ha desplazado a cerca de 500.000 personas, seg¨²n cifras de Naciones Unidas, pero no puede saberse el n¨²mero de v¨ªctimas debido a la falta de acceso de organizaciones humanitarias y de periodistas, que ha condenado a estas guerras al olvido medi¨¢tico.
Un divorcio complicado
Cuando el 9 de julio de 2011 Sud¨¢n del Sur declar¨® su independencia, pareci¨® el final m¨¢s o menos feliz de uno de los conflictos m¨¢s largos y cruentos de ?frica. Entonces, peri¨®dicos y televisiones de todo el mundo mostraron im¨¢genes de la celebraci¨®n y personalidades como George Clooney, muy involucrado en el tema, se congratularon del ¨¦xito.
Pero pr¨¢cticamente ocho meses despu¨¦s, la separaci¨®n sigue sin dar los frutos esperados y la tensi¨®n en la frontera se mantiene alta mientras medios de comunicaci¨®n y celebridades miran para otro lado.
Una de las consecuencias de la separaci¨®n fue que el Sur se qued¨® con la mayor¨ªa de los campos petrol¨ªferos mientras que las refiner¨ªas y oleoductos para su exportaci¨®n est¨¢n el norte. En enero, Sud¨¢n del Sur par¨® completamente la producci¨®n de sus 350.000 barriles diarios acusando a Jartum de robar parte del petr¨®leo durante su transporte. Sud¨¢n justific¨® estos actos diciendo que solo cog¨ªan lo que les correspond¨ªa, ya que el Sur no hab¨ªa pagado su parte de los gastos de transporte. Ambos pa¨ªses dependen en gran medida de los ingresos por la venta del petr¨®leo, que en el caso del Sur suponen el 98% de su presupuesto.
En febrero, la ONU y Estados Unidos emitieron un comunicado expresando su "creciente alarma" ante los niveles de malnutrici¨®n e inseguridad alimentaria en algunas zonas de Kordof¨¢n del Sur y Nilo Azul y volvieron a pedir a Jartum que permitiera a organizaciones humanitarias el acceso a la zona. La respuesta del Gobierno sudan¨¦s lleg¨® este lunes, cuando amenaz¨® con expulsar del pa¨ªs a la representaci¨®n diplom¨¢tica estadounidense "a no ser que abandonen su propaganda sobre hambruna en esas ¨¢reas", en palabras del ministro de Cooperaci¨®n internacional, Ishraqa Said Mahmoud.
Mientras estas cuestiones siguen sin resolverse, Sud¨¢n ha anunciado que a partir del 9 de abril considerar¨¢ como extranjeros a los ciudadanos del Sur que a¨²n permanezcan en el norte, y que expulsar¨¢ sin contemplaciones a los que no tengan en regla sus papeles como extranjeros. Naciones Unidas calcula que hay unos 700.000 sure?os residiendo en Sud¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.