?Hay futuro para la socialdemocracia?

La socialdemocracia europea, que pag¨® la crisis econ¨®mica y financiera de 2008 mucho m¨¢s duramente que la derecha, se prepara para unos meses decisivos. Las elecciones presidenciales francesas del pr¨®ximo abril ser¨¢n la primera prueba importante, pero donde se juega el futuro, donde se centra toda la atenci¨®n ¡ªy la tensi¨®n¡ª es en las elecciones alemanas de 2013. Si el hist¨®rico SPD no lograra superar los catastr¨®ficos resultados de 2009 y no pudiera formar Gobierno, aunque sea en coalici¨®n, los sue?os de los otros partidos de impulsar en la Uni¨®n Europea un cierto cambio de pol¨ªtica y de promover un renacimiento de la izquierda democr¨¢tica sufrir¨ªan un duro golpe. Una victoria de Fran?ois Hollande ser¨ªa acogida con alborozo, como una posible se?al de cambio de tendencia o como una inyecci¨®n de ¨¢nimo, pero solo el regreso al poder de los socialdem¨®cratas alemanes, mucho m¨¢s influyentes en la izquierda europea, representar¨ªa el fin de la traves¨ªa del desierto.

La socialdemocracia est¨¢ en ebullici¨®n en casi toda Europa. Proliferan los think tanks, las fundaciones, los blogs y los grupos de debate en los que se intenta poner en marcha programas e iniciativas y donde, sobre todo, se aspira a recuperar el optimismo e identificar los m¨¢s peque?os ¡°brotes verdes¡± de su ideolog¨ªa. La debacle de los ¨²ltimos a?os fue tan imponente (perdieron el Gobierno en pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses en los que ten¨ªan el poder, desde Suecia a Grecia, pasando por Alemania, Francia, Espa?a y Reino Unido) que lo primero es convencerse ellos mismos de que el declive no es algo definitivo. El Proceso de ?msterdam, The Next Left, The Good Society son solo algunos de esos centros de discusi¨®n, que se van extendiendo por toda la UE, incluida Espa?a, donde, adem¨¢s de la Fundaci¨®n Ideas, que dirige Carlos Mulas, han empezado a aparecer otros foros m¨¢s peque?os. Un grupo de 25 j¨®venes militantes y simpatizantes del PSOE acaba de lanzar, en medio de la dram¨¢tica campa?a electoral andaluza, un blog que quiere alimentar el debate.

Lo primero es animarse, pero lo segundo es lograr que el electorado comience a pensar que la derecha no es tan buena gestora de crisis como se cree. ¡°Angela Merkel y Nicolas Sarkozy no llegaron al poder como reformadores neoliberales, sino como mejores gestores que la socialdemocracia. Ahora, los electores se dan cuenta de que no basta con estar en contra del socialismo. El tiempo est¨¢ ahora de nuestro lado¡±, asegura a EL PA?S P?r Nuder, exministro sueco de Econom¨ªa y animador del debate en su propio pa¨ªs.

En las elecciones europeas de 2014 presentar¨¢n un candidato ¨²nico a la presidencia de la Comisi¨®n

?Si la socialdemocracia ocupara alg¨²n d¨ªa el Gobierno en la mayor¨ªa de los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea ser¨ªa capaz de presentar un programa com¨²n? Dif¨ªcilmente, porque existen familias ideol¨®gicas, intereses y enfoques diversos. Aun as¨ª, los integrantes del Partido Socialista Europeo anunciaron hace poco una iniciativa sin precedentes: en las pr¨®ximas elecciones europeas (mayo-junio de 2014) presentar¨¢n un candidato ¨²nico a la presidencia de la Comisi¨®n. Esta vez, aseguran, evitar¨¢n el bochorno de las elecciones anteriores, cuando los socialistas brit¨¢nicos, portugueses y espa?oles apoyaron al candidato de la derecha, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso.

Quiz¨¢s en la pr¨®xima campa?a europea sea posible que los distintos partidos socialdem¨®cratas elaboren una lista de objetivos compartidos, aunque pr¨¢cticamente todos reconocen que la ¨²nica manera de dar un cierto giro a la pol¨ªtica de austeridad no es ganar las elecciones europeas, sino, sobre todo, lograr que sea el SPD el que pilote la salida de la crisis. Toda la socialdemocracia de la UE examina con atenci¨®n la agenda europea de sus colegas alemanes. En Par¨ªs y en el sur suenan bien los llamamientos del presidente del SPD, Sigmar Gabriel, que comparte el liderazgo de su partido con otros dos pol¨ªticos, Frank-Walter Steinmeier y Peer Steinbruck, a promover ¡°un pacto para el crecimiento¡±. O su manera de recordar que el SPD nunca ha sido partidario de una econom¨ªa dirigida por el Estado, pero tampoco de un ¡°capitalismo salvaje¡±.

Lo que parece bastante claro es que son muy pocos los socialdem¨®cratas europeos que defienden una ¡°vuelta atr¨¢s¡± y un abandono de lo que se llam¨® la Tercera V¨ªa, de Tony Blair, o la Neue Mitte, de Gerhard Schr?der. ¡°Cada vez que hemos pensado que la soluci¨®n estaba en lo que llaman ¡®un regreso a los principios¡¯, nos hemos quedado veinte a?os en la oposici¨®n¡±, comenta, con iron¨ªa, un exministro socialista espa?ol.

¡°Cada vez que cre¨ªmos que la soluci¨®n estaba en un regreso a los principios quedamos 20 a?os en la oposici¨®n¡±

¡°Yo me considero un socialdem¨®crata revisionista¡±, afirma Olaf Cramme, presidente del think tank Policy-Network. ¡°Creo en la ¡®misi¨®n central¡¯ de la socialdemocracia, pero reconozco que es necesario revisar, evaluar continuamente las maneras de conseguir ese objetivo progresista y, si es necesario, modernizar esos medios¡±. La socialdemocracia, admite, ha fracasado en su objetivo de reducir la desigualdad, pero ¡°la ret¨®rica altisonante y una fe ciega en la redistribuci¨®n a veces nos ha hecho m¨¢s mal que bien¡±. Seg¨²n Cramme, reducir la desigualdad requiere ¡°decisiones dif¨ªciles y una aproximaci¨®n no dogm¨¢tica¡± al problema.

P?r Nuder no se siente c¨®modo con la definici¨®n de ¡°revisionista¡±. ¡°Yo me siento un t¨ªpico socialdem¨®crata escandinavo: alguien que cree firmemente en la interdependencia entre el crecimiento econ¨®mico y el desarrollo, por un lado, y la seguridad social y la igualdad, por otro¡±. Nuder no conf¨ªa demasiado en un giro europeo. ¡°Toda la pol¨ªtica es local, algo que parecen haber olvidado en Europa¡±, afirma. ¡°Los problemas de Europa no se resolver¨¢n a nivel supranacional, sino que cada pa¨ªs debe hacer sus deberes¡±, a?ade.

El exministro sueco se muestra irritad¨ªsimo con Grecia y con sus niveles de corrupci¨®n, equiparables a Malawi o Sri Lanka. Y pone como ejemplo a Suecia, que se encuentra en mejor situaci¨®n que otros pa¨ªses de la UE porque su modelo social ha sido modificado para ser capaz de abordar la globalizaci¨®n. ¡°Debemos construir una gobernanza global para abordar problemas globales, pero las nuevas instituciones no resolver¨¢n la falta de confianza que ahora existe en las instituciones nacionales. La confianza social debe ser recompuesta¡±, insiste.

Nuder cree que la socialdemocracia gan¨® la guerra sobre el Estado de bienestar, pero que perdi¨® la batalla sobre c¨®mo manejarlo. ¡°El paro y una seguridad social debilitada son las principales razones de la desigualdad y de las brechas sociales. Hablar de igualdad de oportunidades es una mala excusa para no abordar el paro o para no fortalecer la seguridad social¡±, clama. Su partido acaba de elegir como nuevo l¨ªder a un dirigente del poderoso sindicato del metal, Stefan Lofven, partidario de un enfoque parecido.

La socialdemocracia redistribuye menos de lo que promete, pero los liberales redistribuyen mucho menos

Ernest Stetter, secretario general de la Fundation for European Progressive Studies (FEPS), admite que la familia progresista europea es diversa, con un pluralismo que refleja distintas procedencias, ¡°as¨ª que compartimos valores b¨¢sicos, pero diferimos en cuanto a la aplicaci¨®n de las pol¨ªticas para lograr esos objetivos¡±. Para Setter, la Tercera V¨ªa brit¨¢nica fue un intento de adaptar la socialdemocracia para que respondiera a las necesidades de una sociedad posindustrial, pero quiere ¡°ir m¨¢s all¨¢ de clasificaciones estrechas¡±. ¡°Necesitamos desesperadamente un modelo social europeo que incorpore una nueva mirada sobre el Estado del bienestar¡±, asegura.

¡°El mundo no volver¨¢ a ser como era antes de 2008¡±, mantiene Stetter, ¡°pero lo que est¨¢ en juego ahora es el hist¨®rico contrato social entre el mundo del dinero y el del trabajo, el mundo de un trabajo decente y un cuidado (una seguridad social) asumible¡±. Seg¨²n el secretario general de la FES, ¡°no se trata de doblegar al capitalismo financiero, sino de cambiarlo, y creo que la socialdemocracia est¨¢ ganando otra vez credibilidad e inspiraci¨®n en ese camino¡±.

Matt Browne, investigador titular del Center for American Progress, cree que una aproximaci¨®n ¡°revisionista¡± de la Tercera V¨ªa es la m¨¢s adecuada hoy d¨ªa. Aunque admite que ¡°hubo una visi¨®n demasiado benevolente de la globalizaci¨®n y quiz¨¢s se insisti¨® demasiado en adaptar nuestros pa¨ªses para que la gente se beneficiara de esa globalizaci¨®n, sin insistir lo suficiente en la necesidad de instituciones globales para manejar esa globalizaci¨®n colectivamente¡±.

Browne cree que la socialdemocracia sigue siendo demasiado ¡°estatalista¡± en cuanto a las pol¨ªticas sociales y achaca a ese problema la derrota de Gordon Brown y el ¨¦xito del conservador David Cameron en Reino Unido. ¡°Los laboristas han estado demasiado preocupados por hacer cosas para la gente en lugar de habilitar a la gente para hacer esas cosas por ellos mismos¡±. Quiz¨¢s por eso, los laboristas brit¨¢nicos de Ed Miliband han lanzado la idea de la Good Society (Buena Sociedad) frente a la Big Society (Gran Sociedad), el programa con el que gan¨® Cameron.

¡°La Big agenda debi¨® ser nuestra¡±, mantiene Browne, para quien los partidos ya no lideran a las sociedades, sino que son instrumentos que ayudan a los ciudadanos. ¡°A la socialdemocracia le ha ido mal porque ha sido incapaz de crear una agenda post-Tercera V¨ªa convincente¡±, concluye. ¡°Aunque la realidad hoy d¨ªa es que el programa de austeridad de la derecha no funciona y que es la derecha la que est¨¢ en crisis. Dejemos de hablar de la supuesta enfermedad de la socialdemocracia¡±. El neoliberalismo es el que ha descarrilado, por su dependencia excesiva de los servicios financieros.

La agenda socialdem¨®crata europea habla hoy d¨ªa m¨¢s de ¡°capitalismo decente¡± y de ¡°capitalismo responsable¡± que de modelos econ¨®micos alternativos o de proclamas program¨¢ticas. Huye de modelos anteriores, con una defensa a ultranza del papel del Estado. ¡°En cierta forma¡±, explica Stefan Berger, profesor de historia Europea en la Universidad de Manchester, ¡°la socialdemocracia se ha presentado como la que mejor pod¨ªa manejar el capitalismo y la que pod¨ªa lograr sociedades m¨¢s justas y equitativas dentro de ese capitalismo¡± mediante la redistribuci¨®n. El problema es que no consiguen reformular esa visi¨®n de cara al futuro, mantiene. Y que hay mucha prisa en conseguir dise?ar la nueva estrategia, capaz de atraer el voto de amplios sectores sociales, si realmente la derecha demuestra que no es capaz de encontrar la salida a la crisis sin un coste social insoportable.

Con el ¡°capitalismo desatado¡±, todos los socialdem¨®cratas creen que se les abren nuevas posibilidades electorales

Los partidos socialdem¨®cratas, como el SPD alem¨¢n, los laboristas brit¨¢nicos, el PSOE espa?ol o el SAP sueco se convirtieron ya hace tiempo en ¡°catch-all parties¡±, una denominaci¨®n ya cl¨¢sica para definir ofertas electorales que atraen a votantes de distintas y amplias capas sociales. ¡°Incluso en circunstancias sociales tan alteradas como la actual, la socialdemocracia trata de crear alianzas program¨¢ticas entre la clase media preocupada por la solidaridad, por un lado, y los trabajadores y los m¨¢s desfavorecidos de la sociedad, por otro¡±, mantiene Julian Nida-R¨¹melin, influyente filosofo alem¨¢n, en un trabajo para la Fundaci¨®n Ebert, y eso ha sido compatible hasta ahora con su voluntad de ser ¡°catch-all parties¡±.

¡°No hay ninguna base a la que volver ni principios eternos que cuidar¡±, escribe el ministro de Asuntos Exteriores australiano, el laborista Bob Carr. La debacle de Wall Street, asegura, no ha provocado una nueva fe en la socialdemocracia, pero lo cierto es que, en la mayor¨ªa de las ocasiones improvisando y casi por intuici¨®n, esa socialdemocracia ha logrado frenar las mayores desigualdades. ¡°Dejemos de pensar en grandes ideas¡±, propone, y dediqu¨¦monos a resolver los problemas cotidianos de la gente. ¡°Ese es un buen camino¡±.

Stewart Wood, asesor del l¨ªder laborista brit¨¢nico, Ed Miliband, defiende tambi¨¦n que solo los socialdem¨®cratas tienen los valores para hacer que el capitalismo se comporte de manera ¡°decente¡±. ¡°Deber¨ªamos estar orgullosos de actuar como el freno de esos excesos, de haber peleado por un capitalismo responsable, defendiendo salarios m¨ªnimos, inversiones en sanidad y en educaci¨®n, servicios p¨²blicos eficaces¡­¡±. ¡°Tenemos que transmitir optimismo sobre lo que la pol¨ªtica puede conseguir¡±, asegura.

Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, destacado soci¨®logo y exministro socialista espa?ol, prepara precisamente un nuevo libro en el que mantiene que la igualdad ha sido la promesa m¨¢s caracter¨ªstica de los programas de los partidos socialdem¨®cratas europeos, la que m¨¢s beneficio electoral les ha aportado y que, sin embargo, durante los Gobiernos socialdem¨®cratas la desigualdad no se redujo. Pese a todo, ¡°la diferencia entre los efectos distributivos de la socialdemocracia y la derecha es muy acusada si se analizan sus a?os de gobierno¡±, explica Maravall. ¡°Los Gobiernos de derecha incrementaron mucho las diferencias entre el sector m¨¢s rico y el m¨¢s pobre. Cuando gobern¨® la socialdemocracia se atenu¨® esa desigualdad, aunque la reducci¨®n es mucho menos acusada que el incremento que provoca el gobierno de la derecha¡±. La socialdemocracia redistribuye poco, menos de lo que promete, pero los liberales redistribuyen mucho menos, demuestran las estad¨ªsticas analizadas.

La respuesta al problema de la desigualdad (que es distinta a la discriminaci¨®n) sigue siendo la mayor dificultad con que tropieza la socialdemocracia, porque se trata de un principio fundamental de la izquierda, pero que est¨¢ ligado tambi¨¦n al principio del crecimiento econ¨®mico. La socialdemocracia evade la respuesta a los cambios que deben ser introducidos para luchar contra la desigualdad porque implica modificar el Estado del bienestar, advierte Maravall. ¡°Igualdad de trato no significa redistribuir¡±.

Con el ¡°capitalismo desatado¡±, pr¨¢cticamente todos los partidos socialdem¨®cratas europeos creen que se les abren nuevas posibilidades electorales. Los cambios a nivel nacional pueden ayudar a que la Uni¨®n Europea dise?e programas de crecimiento, pero la mayor¨ªa de los dirigentes socialistas europeos aceptan al mismo tiempo que es imprescindible una disciplina fiscal estricta, que promueva el equilibrio y una reforma del Estado de bienestar. ¡°Un vez m¨¢s, volveremos a gobernar y lo haremos en momentos en los que haya que tomar decisiones dif¨ªciles¡±, anuncian los laboristas brit¨¢nicos. ¡°La crisis europea es mucho m¨¢s que un asunto de d¨¦ficit y de deudas. Tiene mucho que ver con la falta de confianza social¡±, advierte P?r Nuder.