Occidente dedicar¨¢ 4.100 millones de d¨®lares al a?o a la seguridad afgana
Tres nuevos soldados occidentales abatidos por uniformados afganos
La comunidad internacional sostendr¨¢ a raz¨®n de 4.100 millones de d¨®lares anuales durante una d¨¦cada a las Fuerzas Nacionales de Seguridad Afganas (polic¨ªa y ej¨¦rcito), seg¨²n ha adelantado de forma imprevista el presidente Hamid Karzai. Esa financiaci¨®n da para mantener a unos 230.000 efectivos, con lo que Karzai zanja el debate que deb¨ªa realizarse sobre la cuesti¨®n cuantitativa en la cumbre de la OTAN en Chicago en mayo. El anuncio llega mientras la confianza de los instructores occidentales en las tropas afganas que forman y a las que acompa?an sigue sometido a grandes tensiones: dos nuevos ataques de afganos uniformados han costado este lunes la vida a dos soldados brit¨¢nicos en la provincia de Helmand, y a un tercero, de nacionalidad no revelada, en el este del pa¨ªs.
La cumbre de Chicago, con participaci¨®n del medio centenar de dirigentes de pa¨ªses que participan en la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), est¨¢ llamada a definir los t¨¦rminos de la seguridad de Afganist¨¢n a partir de la retirada de ISAF prevista a finales de 2014, y los medios necesarios para mantener la estabilidad en el pa¨ªs asi¨¢tico.
Afganist¨¢n contar¨¢ este mismo 2012 con 352.000 enrolados en sus fuerzas armadas conforme a un calendario preparado por la OTAN con vistas a disponer de 320.000 hombres sobre el terreno a la hora del relevo. Para sostener tal despliegue ser¨ªan necesarios del orden de los 6.000 millones de d¨®lares anuales. ¡°Est¨¢ hecho que tras 2014, y durante los diez a?os siguientes hasta 2024, la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza seguido por Europa y otros pa¨ªses, entregar¨¢ a las fuerzas de seguridad afganas 4.100 millones¡±, acaba de revelar Karzai. Los d¨®lares y la aritm¨¦tica determinan los soldados: con esos 4.100 millones (de los que 500 ser¨¢ aportados, en principio, por Afganist¨¢n) se financiar¨¢n, a grandes rasgos, los 230.000 polic¨ªas y soldados afganos que Estados Unidos, como principal contribuyente, viene defendiendo como adecuada fuerza afgana para hacer frente a la situaci¨®n a partir del 1 de enero de 2015.
El ministro de Defensa, Abdel Rahim Wardak, se manifest¨® el mes pasado, durante la vista de un enviado especial de EL PA?S a Kabul, contra esa cifra fijada ¡®a priori¡¯ sin atender a las circunstancias sobre el terreno y reclamaba los 6.000 millones que dar¨ªan para mantener 320.000 hombre. No conseguir eso, ¡°ser¨ªa una cat¨¢strofe que pondr¨ªa en peligro todo lo que hemos conseguido con tantos sacrificios¡±.
En los 4.100 millones anuales para soldados y polic¨ªas ¡°estamos de acuerdo y se lo agradecemos¡±, dice ahora Karzai, que desautoriza a su ministro y se adelanta al anuncio oficial de Chicago.
No es el ¨²nico desajuste. Este lunes, un soldado afgano mat¨® a dos soldados brit¨¢nicos en Lashkar Gah, la capital de la provincia sure?a de Helmand, y un polic¨ªa a otro militar de la coalici¨®n en el este del pa¨ªs, con lo que ya son nueve los ca¨ªdos desde que los talibanes pidieron a los uniformados afganos que volvieran sus armas contra soldados e instructores occidentales en respuesta a la profanaci¨®n del coranes en Bagram. En lo que va de a?o, son ya 16 los miembros de ISAF abatidos por sus compa?eros de armas afganos, en una cadena de incidentes de distinta g¨¦nesis (motivos ideol¨®gicos, religiosos, personales) que no hace sino minar la confianza mutua.
Mientras el esfuerzos militar sigue su curso, el diplom¨¢tico y negociador en busca de un acuerdo pol¨ªtico con la insurgencia se mueve con dificultades. Los talibanes se retiraron hace un par de semanas de las conversaciones sobre conversaciones que en secreto manten¨ªan con Estados Unidos en Catar. Aunque Washington dice que el repliegue es un movimiento t¨¢ctico y los propios talibanes, a trav¨¦s de un conocedor del proceso, adelantan que el retorno a las discusiones depender¨¢ de nuevos gestos de confianza por parte de Estados Unidos, el Crisis Group, un acreditado centro independiente de an¨¢lisis, mantiene que ni el Gobierno de Karzai ni la Administraci¨®n de Barack Obama est¨¢n en condiciones de encarrilar un satisfactorio proceso de negociaci¨®n.
¡°Lejos de ser un proceso dirigidos por los afganos, la negociaci¨®n est¨¢ dominada por el deseo de Washington de conseguir un pasable intervalo entre la retirada de sus tropas y un posible nuevo cap¨ªtulo sangriento del conflicto¡±, se lee en el ¨²ltimo informe del Crisis Group, Talking about talks: Towards a political settlement in Afghanistan (Hablando sobre conversaciones. Hacia un acuerdo pol¨ªtico en Afganist¨¢n ) elaborado por Candace Rondeaux. La autora pide una implicaci¨®n directa de Naciones Unidas en la negociaci¨®n: ¡°Para evitar una nueva guerra civil hace falta una fuerte correcci¨®n en el rumbo que conduzca al nombramiento de un equipo de mediaci¨®n con mandato de la ONU y la adopci¨®n de una estrategia m¨¢s realista para la resoluci¨®n del conflicto¡±.
50.00 d¨®lares para cada v¨ªctima de la matanza de Afganist¨¢n
Un mill¨®n de d¨®lares. El s¨¢bado, en una oficina del Gobierno de Kandahar, funcionarios militares de Estados Unidos repartieron 39.000 euros por cada una de las 17 v¨ªctimas mortales de la org¨ªa de asesinatos que perpetr¨® el soldado estadounidense Robert Bales, el 11 de marzo, en dos pueblos de la provincia de Kandahar. Los funcionarios aseguraron que el pago no servir¨¢ para eliminar el juicio que se seguir¨¢ contra el militar de Estados Unidos. Los heridos, 11 personas, recibir¨¢n algo m¨¢s de 8.000 euros.
Las autoridades de EE UU desconf¨ªan de la versi¨®n de los hechos ofrecida por el Gobierno afgano, que asegura que la matanza fue ejecutado por m¨¢s de un soldado. Adem¨¢s, aseguran que Bales mat¨® a las mujeres dispar¨¢ndolas en el pecho y la vagina.
Este tipo de ataques violentos contra la poblaci¨®n civil afgana, sumado a la quema de coranes en algunos cuarteles de la misi¨®n internacional en Afganist¨¢n, han provocado enorme tensi¨®n en las relaciones entre Estados Unidos y el Gobierno de Hamid Karzai. Bales afronta ahora un juicio militar en Estados Unidos, pa¨ªs que no ha impuesto la pena capital a ning¨²n soldado desde 1961.
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