La cumbre de la Liga ?rabe devuelve a Irak su protagonismo regional
Bagdad acoge la reuni¨®n regional, cancelada el a?o pasado por las revueltas ¨¢rabes La crisis siria saca a la luz todas las contradicciones de sus vecinos
Veintid¨®s a?os despu¨¦s, Bagdad vuelve a vestirse de largo para recibir a una cumbre de la Liga ?rabe. Pero ya nada es lo que era. Ni la ciudad, ni sus invitados. El esfuerzo de embellecimiento realizado por Irak para la ocasi¨®n apenas oculta las heridas de dos guerras, una d¨¦cada de sanciones, ocho a?os de ocupaci¨®n estadounidense y la consecuente fractura sectaria de la sociedad. Tambi¨¦n los rostros de los visitantes han cambiado, no tanto por el paso del tiempo como por las revueltas que durante el ¨²ltimo a?o han desalojado del poder a varios de los protagonistas hist¨®ricos de esta reuni¨®n. Queda por ver si los nuevos actores van a ser capaces de imbuir de contenido a la representaci¨®n que bajo el cartel de Siria trata sobre todo de Irak y del mundo ¨¢rabe.
¡°El objetivo de la cumbre ata?e ante todo a Irak¡±, interpreta un embajador europeo destinado en Bagdad. Sin duda, se trata de un triunfo personal para el primer ministro, Nuri al Maliki, quien el a?o pasado vio c¨®mo las revueltas ¨¢rabes obligaban a cancelar la cita. Ahora, tras el ¨¦xito interno en neutralizar a sus rivales pol¨ªticos de Iraqiya, ha llegado por fin el momento de reclamar el peso exterior que corresponde al Pa¨ªs de los Dos R¨ªos, la antigua Mesopotamia que el tiral¨ªneas brit¨¢nico convirti¨® en Estado moderno en 1932. La ¨²ltima vez que Irak acogi¨® una cumbre ¨¢rabe fue en 1990, justo antes de que Sadam Husein invadiera Kuwait y se granjeara la marginaci¨®n internacional.
Bagdad trata ahora de se?alar su reingreso en el circuito ¨¢rabe, bajar el nivel de tensi¨®n en lo posible y equilibrar la balanza entre sus vecinos sun¨ªes e Ir¨¢n. El problema es, en opini¨®n del diplom¨¢tico, que ¡°la agenda contiene asuntos que son actualmente irresolubles¡±. S¨®lo uno es suficiente para poner de relieve los retos y contradicciones que afronta la cumbre y los ¨¢rabes en general: Siria.
¡°Tiene que haber una soluci¨®n pol¨ªtica, cambios constitucionales y pol¨ªticos fundamentales para una transferencia de poder, pero a trav¨¦s de un proceso impulsado desde dentro de Siria con la ayuda de la comunidad internacional¡±, ha declarado el ministro iraqu¨ª de Exteriores, Hoshiyar Zebari.
Sus palabras expresan la cuadratura del c¨ªrculo. Cuando ma?ana se re¨²nan en los remozados salones del Palacio Republicano a orillas del Tigris, los l¨ªderes ¨¢rabes no van a pedir a Bachar el Asad que deje el poder. Aunque el pasado noviembre acordaron su suspensi¨®n temporal de la Liga, no hay consenso para ir m¨¢s lejos. La brutal represi¨®n con la que Bachar ha respondido a las protestas populares (9.000 muertos desde marzo del a?o pasado, seg¨²n la ONU), ha llevado a su antiguo aliado Qatar y a Arabia Saud¨ª a pedir que se arme a la oposici¨®n. Sin embargo, Irak, que comparte una frontera de 600 kil¨®metros, tiembla ante tal posibilidad.
La oposici¨®n siria es, por el mero peso de la demograf¨ªa, sustancialmente sun¨ª. Su eventual ascenso al poder en Damasco envalentonar¨ªa a los sun¨ªes iraqu¨ªes, una minor¨ªa marginada en el nuevo orden pol¨ªtico salido de la invasi¨®n estadounidense y el derribo de Saddam. Al Maliki miembro de la mayoritaria comunidad ¨¢rabe chi¨ª de Irak gobierna con el apoyo de la minor¨ªa kurda y los sun¨ªes le acusan de sectarismo. El asunto preocupa al resto de sus vecinos ¨¢rabes (mayoritariamente sun¨ªes), en especial en un momento en que la rivalidad con el Ir¨¢n chi¨ª roza m¨¢ximos hist¨®ricos.
De ah¨ª que Al Maliki, que mantiene excelentes relaciones con Teher¨¢n, haya evitado la invitaci¨®n de cortes¨ªa a su poderoso vecino oriental. De ah¨ª tambi¨¦n que no est¨¦ en la agenda de la cumbre el conflicto que entre la oposici¨®n (mayoritariamente chi¨ª) de Bahr¨¦in y su monarqu¨ªa sun¨ª. Y algunas de las ausencias.
Pero si las divisiones han sido una constante de este foro ¨¢rabe, las nuevas l¨ªneas de fisura son fruto del terremoto que el a?o pasado sacudi¨® esta regi¨®n geopol¨ªtica. Basta una mirada a la foto de familia con la que el 28 de marzo de 2010 se cerr¨® la 22? cumbre en Sirte (Libia) para comprender el cambio. El entonces anfitri¨®n, Muammar el Gadhafi, muri¨® degollado a manos de los sublevados libios en octubre del a?o pasado; el egipcio Hosni Mubarak est¨¢ siendo juzgado por la matanza de civiles durante las manifestaciones contra su mandato; el tunecino Zine el Abidine Ben Ali se encuentra refugiado en Arabia Saud¨ª; el yemen¨ª Ali Abdal¨¢ Saleh ha aceptado transferir el poder ante el riesgo de acabar como alguno de los anteriores, y el resto de los aut¨®cratas se han visto obligados a realizar cambios para mantenerse en el poder.
En los pa¨ªses en los que se han llevado elecciones han triunfado los islamistas, que hasta ahora estaban apartados del poder. Est¨¢ por ver de qu¨¦ forma esos nuevos representantes van a influir en esta instituci¨®n imbuida durante medio siglo de ideolog¨ªa nacionalista ¨¢rabe. Reidar Visser, especialista en Irak y autor de historiae.org consagrado a su estudio, opina que Bagdad ¡°desea volverse hacia esos pa¨ªses, a costa de los Estados conservadores del Golfo¡±.
El Gobierno iraqu¨ª ha gastado 500 millones de d¨®lares en mejorar las instalaciones hoteleras y otras infraestructuras (incluido un mill¨®n para flores). Pero sobre todo ha hecho un enorme esfuerzo de seguridad que incluye el despliegue de miles de polic¨ªas y soldados en Bagdad, la paralizaci¨®n de la ciudad cuyos habitantes han recibido una semana de vacaciones y el cierre del espacio a¨¦reo desde el lunes hasta el viernes. A¨²n as¨ª s¨®lo ha conseguido el compromiso de asistencia de ocho jefes de Estado que apenas pasaran 12 horas en el pa¨ªs. La mayor¨ªa de las 22 villas acondicionadas para albergar los mandatarios quedar¨¢n vac¨ªas, como la propia esencia de la Liga.
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