Mal¨ª y Senegal, dos v¨ªas contra la tentaci¨®n de aferrarse al poder
Los senegaleses echan al presidente en las urnas. En Mal¨ª, militares imponen el golpe de Estado
Los senegaleses han elegido las elecciones para penalizar al presidente saliente Abdoulaye Wade, unos comicios democr¨¢ticos que permiten que Senegal siga siendo el ¨²nico pa¨ªs de ?frica Occidental que, desde su independencia en 1960, solo ha conocido la democracia. Seg¨²n los resultados provisionales de la segunda vuelta de las presidenciales del 25 de marzo, Wade fue derrotado por el l¨ªder de la oposici¨®n, Macky Sall, tras obtener ¨²nicamente el 34,2% de los votos, frente al 65,8% conseguido por su opositor.
Los senegaleses hab¨ªan comenzado a mostrar su descontento entre mayo y junio de 2011, cuando Wade comunic¨® su intenci¨®n de presentarse por tercera vez a los comicios, a pesar de haber cumplido las dos legislaturas que permite la Constituci¨®n de este pa¨ªs de ?frica Occidental. Wade justificaba su decisi¨®n en que la ley hab¨ªa extendido de cinco a siete a?os la duraci¨®n de los mandatos cuando ¨¦l ya estaba en el poder, lo que, a su parecer, le otorgaba el derecho a presentarse una vez m¨¢s para, al menos, permanecer en la presidencia otros dos a?os.
Descontentos con su gesti¨®n socio-econ¨®mica, con las cada vez mayores responsabilidades otorgadas a su hijo Karim y con su af¨¢n por perpetuarse en la jefatura del Estado a pesar de su edad, la oposici¨®n senegalesa no par¨® de salir a la calle
Descontentos con su gesti¨®n socio-econ¨®mica, con las cada vez mayores responsabilidades otorgadas a su hijo Karim, con su af¨¢n por perpetuarse en la jefatura del Estado a pesar de su edad (86 a?os) en un pa¨ªs donde el 70% de la poblaci¨®n es joven, la oposici¨®n no par¨® de salir a la calle hasta que se celebraron los comicios. Finalmente, Wade recibi¨® la patada desde las urnas, gracias a una presi¨®n que no de detuvo en nueve meses y que lleg¨® desde distintos frentes: una oposici¨®n pol¨ªtica que ha logrado unir sus filas; movimientos como Y en marre (Estamos hartos), que mediante el rap ha sabido llegar a los j¨®venes senegaleses, y otros numerosos miembros de la sociedad civil. Las protestas se cobraron la vida de decenas de personas y provocaron numerosos heridos. Tambi¨¦n parte de la comunidad internacional ¡ªFrancia y Estados Unidos¡ª rechaz¨® la candidatura de Wade, aceptada, no obstante, por la Corte Constitucional.
El caso de Mal¨ª es distinto. La mayor parte de la poblaci¨®n mostraba desde hace tiempo su rechazo al depuesto presidente, Amadou Toumani Tour¨¦, a quien acusaban de laxitud ante los problemas de inseguridad del norte (provocada por la presencia de c¨¦lulas terroristas, de traficantes de drogas o de armas), y de gestionar mal las negociaciones con estos grupos y con los rebeldes de la ¨²ltima insurgencia tuareg de 2006, as¨ª como de los altos niveles de corrupci¨®n.
Toumani Tour¨¦ hab¨ªa sido un l¨ªder muy respetado desde que, tras dar el golpe de Estado de 1991, dejara el pa¨ªs en manos de la democracia. De ah¨ª que este sentimiento de rechazo hacia las pr¨¢cticas del presidente fuera contenido hasta que se conocieron las consecuencias de la nueva rebeli¨®n tuareg, que estall¨® el 17 de enero. La falta de informaci¨®n sobre lo que ocurr¨ªa en las regiones de Kidal, Gao y Tombuct¨² (y puntualmente en Mopti y S¨¦gou), y la sensaci¨®n de que el Gobierno no estaba haciendo lo suficiente para frenar a los rebeldes provoc¨® que, en dos ocasiones, familiares y simpatizantes de los militares en el frente de batalla salieran a la calle para manifestar una impotencia que termin¨® en actos violentos.
El golpe de Estado era esperado por casi todos. Toumani Tour¨¦ iba a dejar el poder el 8 de junio, fecha prevista para que el nuevo presidente electo se convirtiera en inquilino del palacio de Koulouba. Toumani Tour¨¦ cumpl¨ªa sus dos mandatos y se marchaba. El 29 de abril era la fecha estipulada para la celebraci¨®n de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. El 13 de mayo los malienses votar¨ªan en una segunda vuelta, de haber sido necesario. Pero ¡°faltaba demasiado tiempo hasta entonces¡±, comenta un intelectual que prefiere no dar su nombre. La incertidumbre que pesa sobre Mal¨ª lleva a que pr¨¢cticamente nadie quiera pronunciarse en p¨²blico, a no ser que pertenezca a alg¨²n partido, sindicato o asociaci¨®n de la sociedad civil.
El Comit¨¦ Nacional para la Recuperaci¨®n de la Democracia y la Restauraci¨®n del Estado (CNRDRE), liderado por el capit¨¢n Amadou Haya Sanogo, gana adeptos con el paso de los d¨ªas. Ahora bien, tambi¨¦n pierde el apoyo de aquellos que esperaban un golpe distinto y estaban a la expectativa desde el levantamiento militar.
El martes 27 de marzo se levant¨® el toque de queda, se reabrieron las fronteras, el espacio a¨¦reo y el tr¨¢fico entre el puerto de Abidj¨¢n (Costa de Marfil) y Bamako, por donde pasan la mayor parte de las mercanc¨ªas que entran y salen de Mal¨ª. Pero estas acciones no parecen ser suficientes para sostener la econom¨ªa, ni evitar el aislamiento del pa¨ªs. La comunidad internacional ¡ªincluida la Uni¨®n Africana y la Comunidad Econ¨®mica de Estados de ?frica Occidental (CEDEAO)¡ª ha dado la espalda a la junta militar y de ello depender¨¢ tambi¨¦n el ¨¦xito del golpe. La Banca Central de los Estados del ?frica Central (BCEAO) mantiene cerradas sus agencias de Bamako, Kayes, Mopti y Sikasso, lo que ha obligado a los bancos a variar sus horarios en funci¨®n de la demanda y a establecer un tope diario de retirada de efectivo. ¡°El pa¨ªs no puede pararse¡±, comenta un comerciante del centro de Bamako. Asimismo, incluso los contrarios a la gesti¨®n del Gobierno depuesto exigen la liberaci¨®n de las 11 personalidades que permanecen retenidas.
Los golpistas de Mal¨ª justifican el golpe por la necesidad de asegurar la integridad territorial y la unidad nacional
Mientras tanto, la poblaci¨®n maliense sigue esperando que los militares demuestren que son capaces de acabar con los rebeldes, o por lo menos esperan que les confirmen si cuentan o no con los efectivos suficientes para hacerles frente. El CNRDRE justific¨® el golpe de Estado, consolidado la madrugada del 22 de marzo, con la necesidad de asegurar la integridad territorial y la unidad nacional. Una semana m¨¢s tarde, la junta militar ofrece se?ales contradictorias. Reconoce no tener los medios suficientes, pero asegura estar busc¨¢ndolos, y se muestra abierto a negociar con los rebeldes del norte, siempre que no se ponga en cuesti¨®n la integridad territorial.
La incertidumbre causada entre la poblaci¨®n es total. Porque la negociaci¨®n era, precisamente, lo que se reprochaba a Toumani Tour¨¦. Los tuaregs, adem¨¢s, no est¨¢n abiertos a negociar con el CNRDRE, y menos cuando el Movimiento para la Liberaci¨®n de L¡¯Azawad (MNLA) y el reci¨¦n nombrado Movimiento Isl¨¢mico para la Liberaci¨®n de L¡¯Azawad (MILA, antes Ansar el Dine) cobran fuerza en el norte, donde ya han cercado Kidal y aspiran a tomar Tombuct¨² y Gao, las capitales de las tres regiones norte?as. El MNLA y el MILA han roto sus relaciones, despu¨¦s de que el MILA reconociera que ten¨ªa como fin implantar la sharia, pero no por ello han perdido terreno.
El jueves cinco jefes de Estado de la CEDEAO viajar¨¢n a Mal¨ª para entrevistarse con el presidente del CNRDRE, el capit¨¢n Sanogo. La organizaci¨®n subregional tiene previsto ofrecer una salida r¨¢pida y pac¨ªfica a esta situaci¨®n: la dimisi¨®n de Toumani Tour¨¦ y la aprobaci¨®n de un Gobierno de transici¨®n que convertir¨¢ en presidente interino al hasta ahora presidente de la Asamblea Nacional, Diacounda Traor¨¦, con el fin de convocar unas elecciones democr¨¢ticas y libres en los pr¨®ximos dos meses.
Una medida que no est¨¢ clara que vaya a aprobar el CNRDRE ni sus partidarios, a pesar de la incertidumbre que existe en casi todos los ¨¢mbitos. El mi¨¦rcoles, la capital de Mal¨ª ha sido testigo de una manifestaci¨®n pac¨ªfica multitudinaria a favor del golpe de Estado. Y si hay algo que no quieren estas personas, en su mayor¨ªa miembros de la sociedad civil maliense agrupados en torno a distintos sindicatos y asociaciones, es que el orden se restablezca con ¡°los mismos defectos del sistema anterior¡±. Traor¨¦ era el candidato a las presidenciales por el principal partido de Mal¨ª, Adema-PASJ.
La patada a Toumani Tour¨¦ por la v¨ªa militar parece tener posibilidades de ¨¦xito. Las consecuencias de estos actos para el pueblo maliense son las que nadie se atreve a aventurar.
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