Arranca el juicio contra el excandidato John Edwards por fraude electoral
El pol¨ªtico dem¨®crata desvi¨® fondos para ocultar la existencia de una amante embarazada
Tras meses de retrasos ha comenzado en Greensboro, Carolina del Norte, el juicio contra el exsenador de ese Estado, John Edwards. Hoy, ha conocido a quienes integrar¨¢n el jurado encargado de decidir si es o no culpable de haber violado la Ley Electoral Federal al destinar casi un mill¨®n de d¨®lares (758.000 euros) de su campa?a a ocultar una aventura extramatrimonial durante la carrera por las primarias dem¨®cratas en 2008. Cuando termine la selecci¨®n de los miembros del jurado, en unos 10 d¨ªas, empezar¨¢ la vista oral.
M¨¢s all¨¢ de que durante el proceso vuelva a airearse la cadena de acontecimientos que acabaron con la vida pol¨ªtica y personal del exsenador, el juicio que hoy se inicia es importante porque puede sentar precedentes sobre la diferencia entre lo que es donaci¨®n privada y lo que es contribuci¨®n a una campa?a pol¨ªtica, a efectos de la vulneraci¨®n de la legislaci¨®n electoral de Estados Unidos. Edwards, de 58 a?os, que se enfrenta a una pena m¨¢xima de 30 a?os de c¨¢rcel y a una multa de 1,5 millones de d¨®lares, siempre ha defendido su inocencia. Hoy no ha hecho declaraciones? durante la visita a los juzgados a los que ha acudido acompa?ado de su hija mayor y su padre.
¡°Despu¨¦s de estos a?os, por fin se va a saber mi opini¨®n sobre este asunto y lo que realmente ocurri¨®¡±, dijo el exsenador el pasado octubre. En 2006, el pol¨ªtico dem¨®crata comenz¨® una relaci¨®n extramatrimonial con Rielle Hunter a quien contrat¨® para trabajar como c¨¢mara en su campa?a. Tras desmentir el romance, en agosto de 2008, ya retirado de las primarias, reconoci¨® su aventura pero sigui¨® negando ser el padre de la ni?a que Hunter tuvo en febrero de ese a?o. Lo admiti¨® en 2010, meses antes de la muerte de su esposa, enferma de c¨¢ncer, de quien ya se hab¨ªa divorciado a finales del a?o anterior.
La fiscal¨ªa sostiene que las donaciones privadas que recibi¨® el exsenador exced¨ªan los l¨ªmites de 2.300 d¨®lares que establece la Ley Electoral Federal para las aportaciones a las campa?as, y que nunca fueron declarados, a lo que tambi¨¦n obliga la misma norma. En el escrito de la acusaci¨®n se establece que el desv¨ªo de fondos buscaba ocultar al electorado la aventura de Edwards porque ¡°de haber transcendido, la campa?a se hubiera terminado para ¨¦l¡±, indica The New York Times.
El juicio es importante porque puede sentar precedentes sobre la diferencia entre lo que es donaci¨®n privada y lo que es contribuci¨®n a una campa?a pol¨ªtica
La defensa, por su parte, alega que su cliente no sab¨ªa a qu¨¦ se destinaba el dinero y que, en todo caso, ese destino no era il¨ªcito porque las cantidades fueron donadas a t¨ªtulo particular ¨Cpor eso nunca se contabilizaron- y su uso no fue electoral ya que lo que se pretend¨ªa no era obtener votos, sino impedir que la mujer del candidato, enferma de c¨¢ncer, se enterara de su ventura. Los abogados de Edwards, adem¨¢s, consideran que el proceso se inici¨® por motivos meramente pol¨ªticos ya que el Fiscal General encargado de la investigaci¨®n, George Holding, ahora es candidato republicano a la C¨¢mara de Representantes por Carolina del Norte.
Edwards, que rechaz¨® un acuerdo con la fiscal¨ªa por el que s¨®lo deber¨ªa pasar seis meses en prisi¨®n, vive ahora en su casa de Chapel Hill (Carolina del Norte) con su padre y sus dos hijos peque?os. El que fuera considerado una estrella del Partido Dem¨®crata, ha ca¨ªdo en desgracia entre los suyos, defraudados por sus mentiras, seg¨²n The Washington Post. El esc¨¢ndalo de hace dos a?os termin¨® con la carrera pol¨ªtica del exsenador, el juicio que hoy ha comenzado podr¨ªa terminar con su vida en libertad.
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