Sarkozy anuncia que revisar¨¢ el papel del BCE en el crecimiento si es reelegido
Los dos favoritos re¨²nen en sendos m¨ªtines a decenas de miles de personas El socialista afirma que est¨¢ listo para presidir Francia y pide una movilizaci¨®n masiva para la primera vuelta
La ¨²ltima semana de la campa?a por las presidenciales francesas ha sacado a la calle este fin de semana a decenas de miles de personas. Los dos favoritos para jugarse la segunda vuelta del 6 de mayo, Nicolas Sarkozy y Fran?ois Hollande, han medido sus fuerzas en Par¨ªs. El presidente ha pronunciado un discurso de 35 minutos en la plaza de la Concorde, y seg¨²n su partido han asistido m¨¢s de 100.000 personas. La misma cifra han facilitado los organizadores del mitin de Hollande, que ha hablado durante casi una hora delante del castillo de Vincennes. En ambos casos la estimaci¨®n de asistentes parec¨ªa a simple vista exagerada.
Los discursos, sin grandes sorpresas y escasamente vibrantes, han dejado dos novedades principales. Con un tono autoritario y en¨¦rgico, Sarkozy ha pedido durante su mitin la ayuda de la ¡°Francia silenciosa¡± y ha acabado implorando: ¡°Necesito vuestro voto, ?ayudadme, ayudadme!¡±.
Antes, haciendo gala de la confusi¨®n que parece haberse apoderado de ¨¦l en los ¨²ltimos d¨ªas, hab¨ªa anunciado su intenci¨®n de ¡°reabrir en Europa un debate sobre el papel del Banco Central Europeo para apoyar el crecimiento¡± si es reelegido.
La idea, apuntada en la carta enviada hace un mes por una docena de jefes de Estado y de Gobierno europeos a la Comisi¨®n Europea (y que no firm¨® Sarkozy), hab¨ªa sido lanzada por Hollande un par de meses atr¨¢s cuando anunci¨® que renegociar¨¢ el tratado presupuestario europeo para a?adirle nuevas medidas de est¨ªmulo econ¨®mico y un papel m¨¢s activo del BCE.
Sarkozy ha afirmado que ¡°despu¨¦s de todo lo que se ha hecho para salvar el euro¡±, ahora ha llegado el momento de pensar en crecer. ¡°Si no cambiamos Europa, si no hacemos la Europa de la producci¨®n, la Europa de la inversi¨®n, no podremos tener crecimiento¡±, ha dicho. ¡°Si el BCE no apoya el crecimiento, no habr¨¢ crecimiento¡±. Desde Alemania, probablemente Angela Merkel habr¨¢ dado un salto en su asiento al conocer la noticia, porque ambos dirigentes pactaron en noviembre pasado no poner en cuesti¨®n p¨²blicamente el rol del BCE. Los actuales tratados europeos no prev¨¦n para la entidad que preside Mario Draghi nada m¨¢s que un papel de guardi¨¢n de la estabilidad de los precios en la zona euro.
Combinando sin rubor ideas propias, otras de Hollande, incluso algunas apelaciones proteccionistas de Jean-Luc M¨¦lenchon y la habitual c¨®lera antiinmigraci¨®n de la ultraderechista Marine Le Pen, el presidente franc¨¦s ha evocado de nuevo la necesidad de controlar mejor las fronteras europeas y de poner barreras al comercio libre, y ha atacado de nuevo al favorito en las encuestas, si bien con menor acritud que en d¨ªas pasados, diciendo que ¡°Francia no necesita ahora renuncias ni debilidad¡±.
Por su parte, Fran?ois Hollande, ha dicho que siente ¡°aumentar en el pa¨ªs una esperanza firme, l¨²cida y tranquila¡± a una semana de la primera vuelta: ¡°Oigo ese clamor¡±, ha afirmado, ¡°y ya imagino la felicidad que podr¨ªa ser nuestra si alcanzamos la victoria el 6 de mayo¡±.
El candidato socialista se ha declarado listo para presidir el pa¨ªs: ¡°Ellos est¨¢n dispuestos a cualquier cosa, nosotros estamos preparados para dirigir Francia¡±. Con un ambiente menos vocinglero que el de la plaza de la Concordia, ante un p¨²blico m¨¢s joven y con bastantes personas de raza negra en las primeras filas, Hollande ha acusado al presidente de ¡°querer dividir a los franceses¡±, ha rechazado la ¡°¨²ltima maniobra¡± de Sarkozy al apelar ¡°a la mayor¨ªa silenciosa¡± ¨C¡°no hay una minor¨ªa ruidosa y una mayor¨ªa callada¡±, ha dicho-, y ha pedido una fuerte movilizaci¨®n para ¡°vencer el fatalismo, la resignaci¨®n y el desencanto que alimentan la abstenci¨®n¡±.
Hollande ha prometido que garantizar¨¢ ¡°la unidad de la izquierda¡± citando un discurso que Fran?ois Mitterrand pronunci¨® en la campa?a que le llev¨® al El¨ªseo en 1981, y ha pedido a los suyos que recuerden las ¡°lecciones del pasado¡± (que en 2002 dejaron fuera del segundo turno a Lionel Jospin) y salgan a votar el domingo que viene.
Las presidenciales llegan, como siempre, en plenas vacaciones de primavera, y el gran temor de Hollande es que la abstenci¨®n le perjudique m¨¢s a ¨¦l que a su directo rival, que tiene un voto mucho m¨¢s consolidado entre los pensionistas, los votantes m¨¢s fieles entre todos los sectores de poblaci¨®n. Los partidos han puesto en marcha, en sus sedes y webs, las instrucciones para delegar el voto, ya que se calcula que millones de ciudadanos estar¨¢n fuera de su lugar de residencia los dos domingos cruciales.
Los otros candidatos han recurrido tambi¨¦n a los actos callejeros para movilizar a sus seguidores. El l¨ªder del Frente de Izquierda, Jean-Luc M¨¦lenchon, cit¨® el s¨¢bado en Marsella el aniversario de la Rep¨²blica espa?ola en un mitin ante unas 100.000 personas, seg¨²n c¨¢lculos ¨Ctambi¨¦n optimistas- de su partido. El centrista Fran?ois Bayrou, hoy en Marsella, y la ultraderechista Marine Le Pen, en su feudo norte?o de H¨¦nin-Beaumont, apenas han congregado a algunos miles de personas.
Las ¨²ltimas encuestas muestran una gran igualdad entre Hollande y Sarkozy para salir ganador de la primera vuelta, pero todas coinciden en se?alar que el socialista ser¨¢ claro vencedor en la segunda, con una horquilla que va desde el 54% de los votos al 58%.
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