Misterio, corrupci¨®n y lujo del Este en Florida
Los delitos cometidos en EE UU por mafias de la antigua URSS se agigantan por el halo enigm¨¢tico del pasado de la Guerra Fr¨ªa
Misterio, hermetismo, recelo ... Los tiempos de la Guerra Fr¨ªa son ya lejanos, pero si hay un pa¨ªs donde los recuerdos y las sospechas sobre el enemigo tradicional parecen justificarse m¨¢s, y todav¨ªa, es en Estados Unidos. Y la tur¨ªstica Florida no iba a ser una excepci¨®n. En un Estado variopinto, donde el abanico de delitos es intenso, variado y multirracial, el viejo color sovi¨¦tico, mal generalizado como ruso, siempre tiene un punto m¨¢s de escandaloso, un halo enigm¨¢tico.
?Las mafias del Este europeo, no solo de la gigante rep¨²blica rusa, llevan actuando a?os en Miami y su entorno, donde viven miles de personas con origen en la antigua URSS. Solo rusos hay m¨¢s de 200.000. Sus casos de estafas, extorsiones y robos pueden no ser tan habituales como los de otras nacionalidades, pero s¨ª m¨¢s sonoros. Cualquier intervenci¨®n del FBI retrotrae incluso al pasado de mayor tensi¨®n, aunque tampoco es raro en los nuevos tiempos como demostr¨® la expulsi¨®n y posterior intercambio de los 10 esp¨ªas rusos detenidos el verano de 2010 en el norte del pa¨ªs.
La ¡°nueva Anna Chapman¡±, la agente m¨¢s famosa entonces, especie de modelo de pel¨ªcula de James Bond, se ha repetido hace bien poco tiempo en el sur. Natalia Wolf ten¨ªa el encanto para enga?ar en los negocios inmobiliarios y se difumin¨® tras dejar un rastro perfecto de trampas cuando iba a ser detenida junto a su marido Viktor. Las fechor¨ªas del matrimonio empezaron en la costa del Golfo y, asombrosamente, siguieron en la del Este con estafas de todo tipo. Desde comprar casas, hoteles y terrenos con t¨ªtulos falsos, hasta usar compa?¨ªas fantasma en el extranjero y testaferros tan estudiados que los investigadores y abogados de los damnificados creen que solo eran los sicarios de una organizaci¨®n de mucho m¨¢s fuste. Porque Natalia incluso hab¨ªa suspendido el elemental examen de agente inmobiliario en 2002.
Viv¨ªan en una gran mansi¨®n en North Miami Beach, y se mov¨ªan en un Bentley o en un yate de 12 metros de eslora. Daban fiestas, engatusaban a viejos con dinero, hasta 400 personas, pero tambi¨¦n a cuatro bancos y tres entidades de pr¨¦stamos. Cuando ten¨ªan que empezar a devolverlos, y el desfalco sub¨ªa a los 100 millones de d¨®lares, pusieron pies en polvorosa.
Cualquier intervenci¨®n del FBI retrotrae a ¨¦pocas de mayor tensi¨®n
Los Wolf, en realidad, solo perfeccionaron las pr¨¢cticas de los mafiosos del Este que empezaron a llegar a Estados Unidos en los a?os setenta y mucho m¨¢s desde la desintegraci¨®n de la URSS en los noventa. Especialistas en fraudes de todo tipo, juego ilegal, extorsiones, prostituci¨®n, tr¨¢fico humano, drogas, armas y lavado de dinero.
El a?o pasado, precisamente, estall¨® otro esc¨¢ndalo en pleno coraz¨®n de Miami Beach. Cay¨® una banda que tra¨ªa muchachas para enga?ar con sus encantos a clientes ricos en clubes nocturnos de Washington Avenue. Las extorsiones se suced¨ªan.
Lo m¨¢s reciente ha sido el viejo robo de coches. Raimundo Modia alquilaba modelos de lujo, pero no como las agencias conocidas. Se los prestaban sus due?os y ¨¦l era un intermediario. Terreno resbaladizo, porque ni los coches estaban terminados de pagar. Modia fue asesinado en el aparcamiento de una zona industrial cuando supuestamente iba a reclamar por los robos de un Lamborghini Murcielago, un Audi R8 y un Porsche Panamera que le hab¨ªan llevado a acumular medio mill¨®n de d¨®lares en deudas. La polic¨ªa no intervino antes porque no puede hacerlo hasta que terminen los contratos de alquiler, superiores incluso a los 2.000 d¨®lares diarios. Pero adem¨¢s, ni exist¨ªa ya, por falta de dinero, el departamento dedicado a este tipo de delitos. V¨ªa libre ins¨®lita para hacer desaparecer cualquier veh¨ªculo, entero o por piezas. Todo indica que las mafias del Este dirigen las operaciones, a veces en directo o a trav¨¦s de secuaces locales, como el principal sospechoso de matar a Modia.
Son los traficantes m¨¢s ligeros, porque desde los a?os noventa est¨¢ acreditada la conexi¨®n exsovi¨¦tica para vender armas a los narcotraficantes colombianos. Viktor Bout, recientemente condenado en Nueva York a 25 a?os de c¨¢rcel, tuvo su predecesor en Florida en Ludwig Fainberg, alias Tarz¨¢n por sus pelos largos. Miami, en plena vor¨¢gine de la droga, fue escenario de reuniones en las que el jud¨ªo ucranio vend¨ªa, o lo intentaba, desde pistolas hasta helic¨®pteros y submarinos.
La ca¨ªda de la URSS abri¨® muchas espitas. De petr¨®leo y gas, de millonarios discutibles y de mafiosos convictos y confesos. O no. Tambi¨¦n de ciudadanos normales. Por eso, tras los ¨²ltimos casos, la C¨¢mara Rusoamericana del Sur de la Florida se ha tenido que defender de la generalizaci¨®n mafiosa, admitiendo ¡°la dif¨ªcil transici¨®n desde un r¨¦gimen totalitario¡±. Ha recordado tambi¨¦n que otros grupos ¨¦tnicos han tenido que lidiar con rechazos y distintos estereotipos. Pero ha defendido que han llegado a ser un orgullo para la sociedad de este pa¨ªs muchos cient¨ªficos, artistas o deportistas. Ir¨®nicamente, muchos jugadores de hockey hielo, cuando la victoria de EE UU sobre la URSS en los Juegos Ol¨ªmpicos de Lake Placid en 1980 fue un hito casi b¨¦lico.
El componente de sospecha resulta innegable. Sunny Isles es una de las zonas de lujo de la costa al norte de Miami y conocida como ¡°La Peque?a Mosc¨²¡±, parafraseando ¡°La Peque?a Habana¡± de los cubanos. Es la m¨¢s abarrotada de rusos y all¨ª ronda lo discreto o lo misterioso, como en tantas costas mediterr¨¢neas espa?olas. Es en Florida lo que Brighton Beach, ¡°La Peque?a Odessa¡±, en el Brooklyn neoyorquino, primera gran aglomeraci¨®n de la antigua URSS en Estados Unidos.
Pero fuera de Sunny Isles hay tambi¨¦n ejemplos ostentosos, sin el reparo de los nuevos ricos o sin nada que ocultar, de momento. Son los grandes compradores de mansiones. En Star Island, la isla m¨¢s emblem¨¢tica enfrente de Miami Beach, ha habido dos casos significativos. Vladislav Doronin, presidente de la promotora inmobiliaria Capital Group, le compr¨® su palacete en 2009 al gigante de la NBA, ya retirado, Shaquille O`Neal, por 16 millones de d¨®lares. En abril de 2011, el t¨¢rtaro Roustam Tariko, propietario del Russian Standard Bank y de Russian Standard Vodka, entre otras empresas, pag¨® 25,5 millones por otra imponente residencia al lado, el precio m¨¢s caro en la zona desde 2006.
Ambos son as¨ª vecinos de Gloria y Emilio Estefan. En otro territorio con mayor¨ªa de cubanos como all¨¢, por los a?os sesenta, cuando la isla grande se llen¨® de sovi¨¦ticos proletarios en apoyo del castrismo. La vida da muchas vueltas.
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