Dimite el Gobierno holand¨¦s, incapaz de llegar a un acuerdo sobre el plan de ajuste

La crisis pol¨ªtica desatada en Holanda por la dimisi¨®n del Gobierno de coalici¨®n de liberales y democristianos, que ha presentado hoy oficialmente el primer ministro, Mark Rutte, ha derribado el tab¨² del pacto fiscal de la eurozona. La coalici¨®n fue incapaz de convencer a la extrema derecha de que apoyara un ajuste de hasta 16.000 millones de euros. El l¨ªder ultra, Geert Wilders, sosten¨ªa desde el Parlamento a un Gabinete en minor¨ªa y marcaba el recorte. Su rechazo al l¨ªmite deficitario del 3% fijado por Bruselas, que Wilders califica de ¡°estupidez¡±, provoc¨® la ca¨ªda.

Wilders pide que ¡°el pueblo se pronuncie [al respecto] en las pr¨®ximas elecciones anticipadas¡±. Los dem¨¢s partidos tienen tambi¨¦n prisa, pero la fecha definitiva de la consulta ser¨¢ anunciada por el Consejo Electoral. La mayor¨ªa quiere convocarla el 27 de junio.

Wilders ha provocado la dimisi¨®n de un Gobierno de apenas 558 d¨ªas, peno no est¨¢ solo. Emile Roemer, jefe de los socialistas radicales y nueva estrella en ciernes del panorama pol¨ªtico nacional, dice lo mismo. Aunque con matices, para evitar comparaciones. ¡°Apoyamos la firmeza fiscal, pero mantener a toda costa el l¨ªmite del 3% exigido por la UE para 2013 no nos favorece. Es m¨¢s razonable alargarlo hasta 2015. As¨ª podr¨ªamos negociar con calma y dejar respirar a nuestra econom¨ªa¡±. Holanda lleva dos a?os en recesi¨®n y prev¨¦ un d¨¦ficit del 4,7% para el pr¨®ximo a?o.

La idea de sortear el 3% comunitario parece haber cuajado en el resto de partidos, que la defienden de forma diversa. Los liberales de izquierda, por ejemplo, quieren que ¡°el Parlamento tome la iniciativa sobre los presupuestos del pr¨®ximo a?o e informe luego al comisario [de Asuntos Econ¨®micos] Olli Rehn¡±. Los dem¨¢s, ya sean socialdem¨®cratas, verdes o los grupos calvinistas, hablan de ¡°inter¨¦s nacional¡± y de ¡°ser constructivos y realistas¡±. Est¨¢ por ver sin son capaces de firmar un presupuesto de compromiso para elevarlo a la Comisi¨®n Europea, mientras hacen campa?a unos contra otros. A partir de ma?ana, tendr¨¢n la posibilidad de demostrarlo en un debate parlamentario extraordinario que se presenta re?ido.

La cita ser¨¢ muy dura para el primer ministro dimisionario Rutte. De 45 a?os y liberal de derecha, ha tratado de gobernar haciendo ver que la sombra de Wilders no le ocultaba. Durante las negociaciones, rotas el s¨¢bado, el mandatario busc¨® con denuedo la sinton¨ªa. Prueba de ello es el recorte planteado de hasta 750 millones de euros en ayuda al desarrollo, bestia negra de Wilders. Al final, el l¨ªder xen¨®fobo se arrug¨® ante unos recortes sociales que, seg¨²n dijo, ¡°no puedo defender ante el mill¨®n y medio de electores que me sostiene¡±.

El otro pilar de Rutte ha sido m¨¢s fiable. Se trata de Jan Kees de Jager, titular de Finanzas y esencial para mantener la imagen de solvencia de Holanda. Que ahora les rodee un coro de disidentes pidiendo flexibilidad presupuestaria a Bruselas es un mal trago. El segundo e inesperado, en un pa¨ªs ¡°rico, europe¨ªsta, fiable y s¨®lido¡±, como gusta de presentarlo De Jager. En 2005, Holanda ya dio la campanada al rechazar, antes que Francia, el Tratado de la Constituci¨®n europea. Entonces, la extrema derecha e izquierda hicieron campa?a por el no. Aunque el plebiscito no era vinculante, el rechazo sum¨® un 61,5% y no pudo ser ignorado. Los votantes tumbaron el texto por dos motivos: el econ¨®mico y la posibilidad de que Turqu¨ªa acabara entrando en la UE.

Holanda ha pasado de ser uno de los mayores cr¨ªticos de Grecia y Portugal por su mala gesti¨®n de la deuda, a tener grandes dificultades para presentar su plan de ajuste a la Comisi¨®n Europea. La fecha l¨ªmite es el 30 de abril y la oficina del comisario Rehn ha debido recordar que las cuentas ¡°no las marca Bruselas, sino todos los socios¡±. ¡°En el Consejo Europeo celebrado en 1997, Holanda fue uno de los pa¨ªses partidarios del pacto de estabilidad. All¨ª se fijaron asimismo los l¨ªmites del 3% de d¨¦ficit. No es una imposici¨®n¡±, han dicho sus portavoces.

Encantado del adelanto electoral, Wilders ha negado ser el causante de la crisis. ¡°Que no me se?alen ni busquen chivos expiatorios. Lo ocurrido no es culpa m¨ªa¡±, ha dicho. ¡°Aunque haya elecciones tenemos que encauzar las finanzas¡±, ha advertido el democristiano Maxime Verhagen. Unas declaraciones que no han contribuido a despejar la ¡°nube negra¡± divisada por su colega de Inmigraci¨®n, Geer Leers. Se refer¨ªa a la amenaza de bajada de la calificaci¨®n de la deuda de los Pa¨ªses Bajos, la famosa triple A, por su elevado d¨¦ficit.