El man¨¢ brasile?o salva a Miami
Turistas y compradores de apartamentos del gigante suramericano desembarcan para recuperar la maltrecha econom¨ªa del sur de Florida
Miami y sus zonas cercanas del sur de Florida han sido siempre atracci¨®n para turistas y compradores de todas partes del mundo. La ciudad con clima, playas y mar privilegiados empez¨® siendo la Marbella o el Benidorm sure?os para los norteamericanos, ricos y menos ricos. Tambi¨¦n para muchos canadienses con ansia de sol en su vejez, pero con sobrado poder adquisitivo. Y el mismo magnetismo se contagi¨® pronto, pese a la distancia, a bastantes europeos. Pero muy especialmente ¡ªadem¨¢s de a los primeros cubanos anticastristas ricos, por razones obvias¡ª la fascinaci¨®n alcanz¨® a los pudientes suramericanos de todo pelaje que la convirtieron en su Montecarlo del norte. Para ellos no habr¨ªa tanto casino ni glamour, pero s¨ª el empaque y la seguridad estadounidenses. M¨¢s que suficiente. La Ciudad del Sol fue adquiriendo con todos los merecimientos el t¨ªtulo de capital, punto de encuentro y puerta virtual de Latinoam¨¦rica.
Brasil, gigante en potencia y esencia, se ha convertido en el ¨²ltimo man¨¢ para la maltrecha econom¨ªa surfloridana. Aunque siempre fue una locomotora que tra¨ªa aviones llenos de compatriotas, los ¨²ltimos datos indican que ha tomado la delantera claramente frente a otros trenes cl¨¢sicos como Argentina. Seg¨²n algunos analistas, su desembarco en una situaci¨®n de crisis a¨²n evidente es como salir del t¨²nel hablando portugu¨¦s.
A Miami llega gente por trabajo y por placer. Como a casi todas partes. Pero el placer nadie duda que tiene su importancia por estos lares tur¨ªsticos. Por eso hay que diferenciar entre gente que se busca la vida y los que ya la tienen resuelta, pero quieren sacarle rentabilidad ociosa. En este grupo de acaudalados, los brasile?os se llevan actualmente la palma. Con una moneda apreciada frente al d¨®lar, est¨¢n consiguiendo, por ejemplo, que en las tiendas donde ya fue un lujo y casi una afrenta para el ¡°English only¡± el ¡°Se habla espa?ol¡± eso est¨¦ anticuado. En Miami lo raro ya no es hablar espa?ol. Ahora ¡°Se fala portugu¨ºs", variante brasileira.
Brasil ha superado a Canad¨¢ como el pa¨ªs que m¨¢s visitantes aporta a la zona
Cerca de 300.000 brasile?os viven en Florida. En 2011 visitaron la zona de Miami m¨¢s del doble y se gastaron unos 1,35 millones de d¨®lares. Brasil ha superado ya a Canad¨¢ como el pa¨ªs que m¨¢s turistas aporta, el doble que Argentina o Colombia. Hay m¨¢s de 50 vuelos semanales directos desde S?o Paulo, R¨ªo de Janeiro, Brasilia, Recife, Belo Horizonte y est¨¢ a punto de empezar otro desde Manaos. Tiendas, hoteles, restaurantes (muchos ya t¨ªpicos brasile?os) y, lo m¨¢s importante, el mercado inmobiliario, que echa ra¨ªces y es duradero, son los beneficiados de su paso.
Su voracidad en la adquisici¨®n de apartamentos ha salvado literalmente el enorme problema que supuso el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en Miami y sus costas. Se va a absorber en apenas cinco a?os cuando los expertos vaticinaban 10 o 15. El mundo da muchas vueltas y cuando el primero tembl¨®, el relevo emergente y m¨¢s que posible estaba al quite. Una cuesti¨®n de oferta y demanda. Los precios, que incluso se han recuperado tras un gran baj¨®n desde 2008, no est¨¢n tan disparados como en medio de la locura del ladrillo hace ya m¨¢s de 10 a?os, pero lo fundamental es que resultan muy baratos para la potente econom¨ªa brasile?a actual. A mitad de precio. En comparaci¨®n con S?o Paulo, por ejemplo y siempre con mayor referencia a apartamentos en las zonas m¨¢s codiciadas tur¨ªsticamente, no tanto en las grandes mansiones, un mercado mucho m¨¢s elitista.
Pero solo nuevos adinerados brasile?os, como otros suramericanos o europeos del Este, est¨¢n libres del problema local de tener que pedir hipotecas a los bancos, ahora casi imposibles. Se pueden permitir pagar todo al contado, o los anticipos en preconstrucci¨®n, que pueden llegar hasta el 70%, cuando las cifras totales de la venta rondan los 300.000 d¨®lares o m¨¢s. Son ya la punta de lanza latina de otros pa¨ªses en convulsi¨®n pol¨ªtica o delincuencial, como en los casos de Venezuela o M¨¦xico, y que buscan no solo la tranquilidad al sol, sino muchas veces incluso el asilo.
Pero el caso brasile?o es paradigm¨¢tico y hasta se presiona ya para dar una mayor facilidad en la concesi¨®n de visados. En el fondo, es normal: Miami, con altibajos, luces y sombras, atrae. Seg¨²n analistas de la agencia inmobiliaria Citi and Knight Frank, est¨¢ en el sexto lugar mundial de una lista de lujo, solo por detr¨¢s de Londres, Nueva York, Hong Kong, Par¨ªs y Singapur. Y delante de Ginebra. Aunque siga sin ser fiable, pues tambi¨¦n se se?ala que en los pr¨®ximos 10 a?os su sustituta, curiosamente, ser¨ªa S?o Paulo.
Una compa?¨ªa de Boston piensa unir con un cable de fibra ¨®ptica para Internet, telefon¨ªa y todo tipo de datos la misma S?o Paulo y Boca Rat¨®n, 65 kil¨®metros al norte de Miami, hasta donde bajar¨ªa despu¨¦s. Por su parte, The Related Group, constructora gigante de Jorge P¨¦rez, conocido como ¡°el Donald Trump cubanoamericano¡±, ha tardado poco en reaccionar a su batacazo con tonos de quiebra a causa de la crisis y ha anunciado la creaci¨®n de The Related Brasil, con sede en S?o Paulo, y con una inversi¨®n inicial de 120 millones de d¨®lares.
Intercambio ante la pujanza brasile?a, cuyo desembarco de dinero tambi¨¦n ha influido poderosamente en el descenso del desempleo en Florida. La tasa ha bajado a un 9% que no se ve¨ªa desde hace 10 a?os. El turismo, con el permanente sector de la hosteler¨ªa, no estacional como en otros lugares, ha sido clave. Miami sigue tercero en ocupaci¨®n hotelera tras Nueva York y Honolul¨² (Hawai).
Sin embargo, no cesa la caida de empleos en la construcci¨®n, porque el color brasile?o solo est¨¢ pintando los bolsillos de los promotores que a¨²n dan salida a lo ya hecho. La vivienda nueva est¨¢ a la mitad de lo que fue cuando el grifo del cemento se cerr¨®. En un estudio de la Brookings Institution sobre el impacto de la crisis en 200 grandes ¨¢reas metropolitanas del mundo, el sur de Florida ha sacado el mis¨¦rrimo lugar 183, uno de los peores en recesi¨®n. Tambi¨¦n la revista Forbes, aunque en un art¨ªculo discutible por mezclar datos, ya hab¨ªa sentenciado que Miami era la ciudad m¨¢s dif¨ªcil para vivir de EE UU.
Al menos, dicen los vendedores, aunque el habitante medio de la Ciudad del Sol pase dificultades, con los precios de la gasolina y la comida disparados, es un peque?o consuelo que lleguen d¨®lares con olor amaz¨®nico o suramaz¨®nico. Nunca vendr¨¢n mal.
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