La Corte de Bahr¨¦in ordena repetir el juicio del activista en huelga de hambre

La Corte de Casaci¨®n de Bahr¨¦in ha dictaminado hoy que el juicio contra Abdulhadi al Khawaja y otros 13 activistas debe repetirse ante un tribunal civil. Un tribunal militar les conden¨® a cadena perpetua por su implicaci¨®n en la revuelta popular del a?o pasado. Al Khawaja, de 51 a?os, ha puesto en jaque al Gobierno de Manama al declararse en huelga de hambre. Cuando est¨¢n a punto de cumplirse tres meses de su ayuno, su familia acusa a las autoridades de estar aliment¨¢ndole por la fuerza, algo que ¨¦stas han negado.

"Abdulhadi no ha abandonado su huelga de hambre, pero le han alimentado a la fuerza¡±, declar¨® Khadija al Musawi despu¨¦s de pasar una hora con su marido. La misma alegaci¨®n fue difundida por otros familiares que el domingo pudieron finalmente visitarle en el hospital donde se encuentra ingresado, despu¨¦s de dos semanas sin noticias suyas. Al Musawi acus¨® a las autoridades de haberlo drogado y atado, para introducirle alimentos por la fuerza mediante una sonda. El centro m¨¦dico rechaz¨® en un comunicado.

Al Khawaja est¨¢ hospitalizado a consecuencia de la huelga de hambre que sigue desde febrero

¡°El paciente no ha sido alimentado a la fuerza o tratado en contra de su voluntad¡±, asegura el comunicado difundido anoche por el Hospital Militar de Bahr¨¦in. ¡°Ha estado tomando algunos suplementos nutritivos de forma voluntaria, pero cuando su nivel de az¨²car ha bajado de forma significativa hoy, sus m¨¦dicos han pedido y recibido su consentimiento para insertarle una sonda nasog¨¢strica para alimentarle¡±, a?ade el texto que la Oficina de Informaci¨®n del Gobierno envi¨® por email a los periodistas.

Al Khawaja se ha convertido en la ¨²ltima bandera de las protestas que las mayor¨ªa chi¨ª de la estrat¨¦gica isla-Estado (sede de la V flota de EEUU) libra desde hace 14 meses contra el cuasimonopolio del poder por la familia real (sun¨ª). Su ayuno pone a las autoridades entre la espada y la pared. Si le liberan, se ver¨¢ como un signo de debilidad; pero su muerte lo convertir¨ªa en un m¨¢rtir y a?adir¨ªa le?a a las protestas que siguen produci¨¦ndose casi cada noche. De hecho, en v¨ªsperas del Gran Premio de F¨®rmula 1 que se celebr¨® en la isla hace ocho d¨ªas, trasladaron al activista al Hospital Militar, el mejor del pa¨ªs.

De ah¨ª la importancia del dictamen anunciado hoy por el Tribunal de Casaci¨®n, y que permite una salida a los gobernantes. La revisi¨®n tendr¨ªa que haberse anunciado el lunes pasado, pero fue pospuesta una semana sin explicaci¨®n. Amnist¨ªa Internacional denunci¨® que ese retraso estaba ¡°jugando¡± con la vida de Al Khawaja. El deterioro de la salud del activista, que el viernes 20 de abril le dijo a su mujer que desde la noche del d¨ªa anterior hab¨ªa dejado de ingerir l¨ªquidos, aument¨® el temor de que pueda morir en detenci¨®n y la preocupaci¨®n internacional.

¡°La ¨²ltima vez que mi madre pudo hablar con ¨¦l, ten¨ªa dificultades para respirar y hablaba muy despacio y muy bajito; estaba claramente muy d¨¦bil¡±, se?alaba el s¨¢bado Maryam al Khawaja, una de las dos hijas del activista, en conversaci¨®n telef¨®nica desde Dinamarca. La Oficina de Informaci¨®n del Gobierno no atendi¨® la solicitud de EL PA?S para comentar el caso.

Maryam no ten¨ªa ninguna esperanza en el dictamen de la Corte de Casaci¨®n. ¡°La Comisi¨®n Internacional para Bahr¨¦in ya denunci¨® la ilegalidad de los tribunales militares y las autoridades no hicieron caso. No tenemos un sistema de justicia independiente. Los tribunales obedecen las ¨®rdenes de gente del r¨¦gimen¡±, aseguraba. Tambi¨¦n se mostraba esc¨¦ptica respecto a una eventual salida negociada, como la que ha propuesto Dinamarca, que se ha ofrecido a acoger a Al Khawaja si es liberado

¡°Primero porque los gobernantes quieren trasmitir la idea de que est¨¢n ganando y no van a dar marcha atr¨¢s; y en segundo lugar, porque mi padre es una prueba andante de las torturas y malos tratos que se utilizan en la c¨¢rcel, saben que hablar¨¢ sobre lo que le han hecho¡±, asegura. Advierte adem¨¢s de ¡°la creciente radicalizaci¨®n de la calle¡±. ¡°Algunos empiezan a tomar como modelo Ir¨¢n, pero eso no es lo que nos gustar¨ªa¡±, concluye sabedora de que la sombra de ese pa¨ªs limita el inter¨¦s de la comunidad internacional en el conflicto.