David Cameron afronta las municipales en plena crisis pol¨ªtica
La elecci¨®n del alcalde de Londres marca el futuro de los conservadores Boris Johnson aventaja a Ken Livingstone por la alcald¨ªa de la capital Los recortes al gasto p¨²blico debilitan a los 'tories'

David Cameron afronta las elecciones municipales de este jueves en su momento de mayor debilidad desde que hace dos a?os lleg¨® a Downing Street. Las municipales, que en Reino Unido se celebran cada a?o renovando ¡ªtotal o parcialmente¡ª alrededor de un tercio de los ayuntamientos, suelen convertirse en un voto de castigo para el Gobierno. El a?o pasado, los m¨¢s castigados fueron los liberales-dem¨®cratas, que pagaron el precio de su coalici¨®n con los conservadores. Este a?o, los grandes paganos ser¨¢n los tories, a la baja en los sondeos por el desgaste del ajuste del gasto p¨²blico.
Cameron parece por primera vez en posici¨®n de clara debilidad y se enfrenta al peligro de la emergencia de su principal rival en el partido: el exc¨¦ntrico alcalde de Londres, Boris Johnson. Los sondeos pronostican que ser¨¢ reelegido frente a su antecesor y rival de hace cuatro a?os, Ken Livingstone. Aunque la ventaja que le dan es demasiado estrecha como para asegurar su victoria ¡ªun 52% contra un 48%¡ª, un triunfo holgado de Johnson, combinado con un fracaso espectacular de los conservadores en el conjunto del pa¨ªs, debilitar¨ªa al primer ministro e impulsar¨ªa la ambici¨®n de Johnson de sucederle al frente del partido y del Gobierno.
La batalla de Londres, sin embargo, no ha estado al nivel de hace cuatro a?os. Boris sigue siendo popular, pero m¨¢s por su desgarbada imagen personal que por su Gobierno. Su mayor acierto ha sido no cometer errores y no ofrece ninguna propuesta llamativa en su programa. Quiz¨¢s sea ese vac¨ªo lo que le ha hecho perder los nervios varias veces, la ¨²ltima esta semana, utilizando un lenguaje soez que suele ser mal recibido por el p¨²blico.
Frente a ¨¦l, el incombustible Livingstone parece esta vez cerca de la combusti¨®n, aunque su capacidad de resucitar pol¨ªticamente hace que su victoria no sea descartada por nadie. Ken el Rojo ya no es el pol¨ªtico radical que plant¨® cara a Margaret Thatcher en los ochenta y a Tony Blair en los noventa, hasta el punto de ganar la alcald¨ªa como independiente cuando en 2000 se eligi¨® por primera vez al alcalde de forma directa. Pero su campa?a ha quedado lastrada por la acusaci¨®n de que ha pagado un tipo muy bajo del IRPF en parte de sus ingresos personales; su explicaci¨®n de que esa parte estaba destinada a emplear dos ayudantes no ha convencido demasiado. Tampoco ¨¦l comparece a las elecciones con propuestas revolucionarias como el peaje urbano que introdujo con gran ¨¦xito en 2003.
La paradoja que vive Cameron es que si Boris pierde la alcald¨ªa el Partido Conservador lo vivir¨¢ como un enorme fracaso y, si la gana, probablemente podr¨¢ argumentar que ha sido gracias a su carisma y a pesar de la impopularidad del partido.
Las encuestas nacionales reflejan esa impopularidad. La media de los seis grandes sondeos otorga a los tories el 32% de los votos y a los laboristas el 42%, con los liberales en un calamitoso 11%. La ca¨ªda del Partido Conservador se debe al impacto del ajuste, que ha llevado a la econom¨ªa brit¨¢nica a la recesi¨®n. Y, aunque el Gobierno achaca esa marcha atr¨¢s a la crisis de la zona euro, los laboristas han acu?ado con ¨¦xito la frase de ¡°una recesi¨®n creada en Downing Street¡± porque, cuando ellos dejaron el poder, la econom¨ªa brit¨¢nica hab¨ªa vuelto a crecer y abogaban por retrasar los recortes para consolidar la recuperaci¨®n. Y el tiempo parece haberles dado la raz¨®n. Pero los laboristas afrontan interrogantes en estas elecciones, como el peligro de perder Glasgow. En t¨¦rminos nacionales, superar el 40% del voto y recuperar la confianza del electorado de clase media de Londres y el sudeste de Inglaterra ser¨ªa un primer paso para pensar que pueden volver al poder.
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