Esa crisis tan severa compone un friso de personalidades y actitudes pol¨ªticas bien peculiares. No hablemos de los m¨¢s lejanos, los Sarkozy, Merkel, Monti o Cameron, cada uno con sus cosas. Recordemos c¨®mo el naufragio del radicalismo social de Zapatero ante el ¨ªmpetu del d¨¦ficit p¨²blico qued¨® sintetizado en su frase ya c¨¦lebre: cueste lo que cueste y cueste lo que me cueste. Su personalidad pol¨ªtica, su generaci¨®n socialista y su propio partido cayeron inmolados en el altar del rigor presupuestario exigido por la canciller Merkel. Ahora vemos c¨®mo el quietismo de Mariano Rajoy, en cambio, le lleva a descontar la cat¨¢strofe del balance pol¨ªtico que le espera, incluso antes de ponerse a ello: es el pol¨ªtico de la desesperanza, arc¨¢ngel del paro, la liquidaci¨®n y el cierre y primer ministro de un dolor sin l¨ªmite ni consuelo.
Con esta ventaja ya podemos intuir cu¨¢l ser¨¢ la estrategia electoral de Rajoy. Practicar¨¢ el electoralismo populista de siempre de cara a las elecciones en Galicia y Pa¨ªs Vasco de 2013; que se d¨¦ por amortizado a s¨ª mismo no significa que desoiga las exigencias de su partido: al contrario, lo har¨¢ incluso para no tener que escucharles otra vez, por pereza c¨®smica. Los presupuestos del Estado m¨¢s duros de este siglo mantienen algunas apuestas para estas autonom¨ªas con expectativas, donde el aparato del PP y sus barones regionales aspiran a mantener o ampliar sus cuotas de poder.
El suyo es un pecado ya conocido, un vicio popular por tanto. Lo practic¨® antes de las elecciones andaluzas, aunque en vano, a la vista de los resultados, con la dilaci¨®n morbosa de la aprobaci¨®n de los presupuestos del Estado hasta esperar el resultado de las urnas y el cubileteo fracasado con las cifras del d¨¦ficit ante las autoridades europeas.
La panacea ante estos fallos est¨¢ muy desgastada, pero no importa: la herencia recibida, que se convertir¨¢ en mentiras, deslealtades y ocultamientos ajenos si hace falta para maquillar hasta el infinito la intensa cosecha de sus propios incumplimientos, ocultamientos y evasivas. Cualquier cosa antes de ceder a la debilidad del consenso y de los pactos, y m¨¢s con esta mayor¨ªa absoluta que le aplastar¨¢ como una losa y nos aplastar¨¢ a todos.
La oposici¨®n a la oposici¨®n ya sirve ahora, pero servir¨¢ todav¨ªa m¨¢s en el futuro cuando todo siga escalando a peor, y ser¨¢ pieza central para acabar la legislatura en forma. En el plazo m¨¢s largo, jugar¨¢ a debilitar a la oposici¨®n y a fomentar las divisiones. Le convendr¨¢ mantener a Rubalcaba, pero siempre bajo m¨ªnimos. Algo de alimentaci¨®n asistida para que pueda sobrevivirse y desalentar alternativas serias pero a la vez el m¨¢ximo cuidado para mantenerle a raya y evitar que se crezca. Es su ¨²nica baza.
Terminar¨¢ la legislatura con unas cifras de paro notablemente mayores que las que encontr¨® en noviembre. Sus previsiones de crecimiento tan d¨¦biles, del 1¡¯8 por ciento en 2015, nada positivo nos dicen sobre la creaci¨®n de puestos de trabajo. Llegar¨¢ al final de su mandato exhausto y resoplando de fastidio, como ya se le ve hacer ahora, de forma que el PP lo confiar¨¢ todo al PSOE: es decir a su presumible incapacidad para actuar como alternativa.
Exactamente la medicina que le aplic¨® Zapatero en su d¨ªa: dividir a la oposici¨®n, controlar el ox¨ªgeno que llega a su l¨ªder. Con la diferencia del ritmo. Todo lo que le pas¨® a Zapatero al final, le ha pasado a Rajoy ya al principio, a los cien d¨ªas. No le gusta lo que hace; tampoco a Zapatero: si alguien espera pedagog¨ªa y convicci¨®n de este tipo de gobernantes puede darse por vencido antes de empezar la partida. Rajoy ha incumplido en cien d¨ªas un buen pu?ado de sus promesas electorales; Zapatero le abri¨® el camino en los incumplimientos e incluso en la inversi¨®n de sus promesas y programa en el atropellado y dram¨¢tico final de su presidencia: al¨¦rgicos a la verdad, solo saben ser aut¨¦nticos en su administraci¨®n del dolor, que se?alan e incluso subrayan con su franqueza. Reconozcamos que ambos lo hacen sin delectaci¨®n alguna: los sarcasmos y las sonrisas s¨¢dicas quedan para Crist¨®bal Montoro cuando exhibe su voracidad interventora.
Zapatero era un relato excesivo, quebrado por la realidad que se le fue por otro lado. Rajoy es todo realidad sin relato, en el sigilo galaico de la escalera. Pide silencio incluso a la oposici¨®n, a la que pagamos para que hable, y a la calle, donde la protesta c¨ªvica, pac¨ªfica y democr¨¢tica, es ingrediente imprescindible de una sociedad viva y din¨¢mica. La fatalidad del rigor sustituye as¨ª a la palabra y a la pol¨ªtica, secuestradas ambas por la afasia gubernamental, que no sabe ni quiere explicar y comunicar a los ciudadanos, dar un poco de sentido y de direcci¨®n al giro m¨¢s tajante y dram¨¢tico en pol¨ªticas sociales, laborales y presupuestarias de los ¨²ltimos 30 a?os.
Comentarios
Es una secuencia l¨®gica: esta pol¨ªtica de austeridad, de sequ¨ªa, de muerte econ¨®mica y social -literalmente y si no ojo al parche de los recortes sanitarios- s¨®lo la puede aplicar alguien pol¨ªticamente amortizado, defenestrado, un muerto viviente, un zombi pol¨ªtico: "Quien ya se ha dado por muerto a s¨ª mismo y se ha dado por perdedor en varias ocasiones" "porque ya me doy por amortizado antes de meterme en este l¨ªo." Tomando el relevo de J.L.R.ZP y su "me cueste lo que me cueste" ¨¦ste ya viene amortizado porque sabe lo que no puede dejar de costarle inmolar el estado del bienestar en el altar del Gran Capital por el impagable -literalmente- juramento sobre la biblia del neoliberalismo m¨¢s puro y m¨¢s duro "en el sigilo galaico de la escalera". Aunque considero todo el contenido del art¨ªculo brillante a tenor de la reflexi¨®n trenzada en torno a la intuici¨®n -y que nos arroja un resultado m¨¢s que razonado palmario- destacar¨ªa la ¨²ltima frase que cito entrecomillada y que me ha hecho sacudir los hombros: pol¨ªtica de "machacas" (porteras).
Parafraseando a Forges, Rajoy nos dice cada viernes, todo indica que con cierta fruici¨®n malsana: ?Fastidiaros por nuestros errores!
?Zas y zas!Hay promesas de hacer y de no hacer. Las de este gobierno eran de las dos pero m¨¢s de no hacer que de hacer. No iban a hacer nada pero iban a hacer muchas cosas, los puentes por ejemplo, como acabamos de comprobar. La realidad es que hacen m¨¢s de las que no iban a hacer que de las que realmente iban a hacer. No iban a abaratar el despido ni recortar los derechos laborales, y zas, reforma laboral; no iban a subir los impuestos v¨ªa IRPF ni iban a subir el IVA, y zas dos, subida en dos tiempos, primero en la renta nada m¨¢s llegar y anuncio de subida en 2013, si no antes, en el consumo; no iban a reducir la partida de educaci¨®n ni mucho menos adelgazar los servicios sanitarios, y zas tres, subid¨®n de tasas universitarias, incremento de la ratio alumnos por aula, instauraci¨®n del copago sanitario y expulsi¨®n del sistema de los inmigrantes irregulares; no iban a reducir las pensiones pero lo cierto es que, zas cuatro, los ajustes a quienes m¨¢s afectan es a los m¨¢s d¨¦biles; no iban a controlar la tele p¨²blica y hemos pasado, zas cinco, de tener un aparato para la tele de todos a tener que soportar una tele para el aparato gubernamental. Tampoco iban a acercar a los presos etarras para no traicionar a las v¨ªctimas, zas seis, y les ha faltado el tiempo para, no cambiar la legislaci¨®n, sino aceptar y requetesuavizar la que ya exist¨ªa. De las que prometieron, pues bueno, podemos decir que han quitado la asignatura de la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa y que van a derogar la moderna regulaci¨®n del aborto.
Por debajo de nuestras necesidadesPara justificar todo lo que hace, el Gobierno nos dice que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Puede ser. El problema es que ahora el Gobierno est¨¢ consiguiendo que mucha gente empiece a vivir por debajo de sus necesidades b¨¢sicas. O se pasan de pr¨®digos o se pasan de austeros. Cuando ¨¦ramos ricos todo era gratis y barato. Ahora que somos pobres todo cuesta y es caro. No s¨¦, habr¨ªa tenido m¨¢s sentido lo contrario. ?De qui¨¦n es la culpa de esta inversi¨®n? De lo primero, de vivir a tutipl¨¦n, la tenemos todos pues todos queremos disfrutar sin tasa, un descontrol alentado, eso s¨ª, por una clase bancaria que lo deseaba a¨²n m¨¢s. ?Y de lo segundo? Pues de lo segundo, de la austeridad absoluta, la culpa recae en el presidente Rajoy, que la ha adoptado como si fuera la ni?a de sus ojos y a la que no se cansa de mimar. Y de nadie m¨¢s, fuera de los incondicionales, pues nadie en su sano juicio dejar¨ªa de respirar para que el organismo no se gaste. Y esa es un poco la situaci¨®n en la que ahora nos encontramos: no salimos de casa para no gastar pero tampoco salimos para crecer. Duraremos lo que duren nuestras escasas reservas o lo que tarden en quit¨¢rnoslas. El crecimiento no entra por la ventana. Espa?a es una empresa cerrada a cal y canto por el Presidente, que espera encontrar futuro a nuestro futuro sin abrir la puerta al crecimiento y cortando todos los suministros necesarios para su desarrollo. Si tardamos mucho en salir, los vecinos no tardar¨¢n en llamar a los servicios de urgencia pero ya solo encontrar¨¢n nuestro cad¨¢ver. Eso s¨ª, las facturas hasta ese d¨ªa estar¨¢n todas pagadas, incluida la caja. Que no se diga que debemos nada a nadie, que uno es orgulloso hasta la posteridad. Con Rajoy, con los pies por delante.
Sr. Bassets, tal vez le ha ganado un poco la ret¨®rica y ha terminado por ser a rator algo sibilino. Me refiero a la frase sobre "la alimentaci¨®n asistida" de Rajoy a Rubalcaba "para que pueda sobrevivirse y desalentar alternativas serias" ?qu¨¦ ha querido decir? ?qu¨¦ Rubalcaba es tonto y poco serio o que es un Rajoy camuflado? Lo que tenga que criticar, por favor, crit¨ªquelo a las claras y nos har¨¢ un gran servicio porque los cidadanos dem¨®cratas no estamos para juegos de palabras o conceptismos
Sr. Bassets, le agradecer¨ªa que explicase mejor en un blog sucesivo qu¨¦ ha querido decir con que a Rajoy "Le convendr¨¢ mantener a Rubalcaba". Hay ciudadanos a quienes nos queda como ¨²nica esperanza un centro izquierda capaz de resurgir de la debacle, y no por partidismo, sino por supervivencia. De Rubalcaba sabemos lo que hizo como ministro y lo que hace y dice en p¨²blico. Tampoco vemos grandes figuras que destaquen como alternativa. Comprender¨¢ que pueda alguien sentir desconcierto ante la frase que le cito. Gracias
La evoluci¨®n de las especies no se cumple con la raza pol¨ªtica actual. Lo vemos en Rajoy que evoluciona al rev¨¦s. Lleg¨® derecho como un mayo y en tres meses ya camina jorobado y a cuatro patas. RbCb, en cambio, parece que quiere hacer honor a Darwin y tras empezar a caminar en esta nueva etapa doblado como un churro ahora parece que camina m¨¢s erguido.
Y hablando de herencias. Dice Rajoy que con lo que le han dejado, un pa¨ªs en ruinas, no ha tenido m¨¢s remedio que... ?m¨¢s remedio qu¨¦? No ha tenido m¨¢s remedio que enterrarlo. Le dejaron un enfermo y en lugar de curarlo ha decidido enterrarlo vivo. La conclusi¨®n de toda esta historia de la herencia recibida es que el legado que ¨¦l dejar¨¢ al siguiente ser¨¢ todav¨ªa peor. ?Por qu¨¦? Pues porque si dif¨ªcil es recuperar a un paciente cr¨®nico como el espa?ol, imposible es hacer resucitar a un muerto, y Rajoy, con sus palazos, ha acabado con el paciente. ?Qu¨¦ tendr¨¢ que hacer el mandatario que suceda al presidente conservador para volver a la vida la educaci¨®n y la sanidad p¨²blicas? Con raz¨®n que le inquieta apropiarse cuanto antes de la televisi¨®n p¨²blica. Para que no d¨¦ cuenta de nada de lo que hace. Con raz¨®n que quiere instaurar la censura real en su r¨¦gimen de libertades y derechos cada vez m¨¢s aparentes. Mal se ha encontrado Espa?a, y es verdad. Peor se lo encontrar¨¢ el siguiente.
@Antoni de Sallas,
La iron¨ªa es que las medidas que ha tomado EEUU han sido m¨¢s certeras. Imprimen billetes, recuperan los pr¨¦stamos dados a la General Motors, a Fannie & Mae, etc, su solidaridad interestatal hace que por ejemplo, algunos estados que tienen una crisis inmobiliaria similar a la espa?ola (y dificultades de financiacion estatal) la capeen mejor.
Medidad todas ellas muy distintas del neoliberalismo ortodoxo que impera en Alemania, y por ende, en la UE.
En este sentido, los americanos no son tan gilipollas ni tan tercos. Son pragm¨¢ticos.
Tanto EEUU como China han empleado inyecciones brutales de dinero desde el Estado. Es decir, intervencionismo econ¨®mico estatal. La tonter¨ªa de que los mercados se regulan solos y que la austeridad causa efectos por s¨ª sola no se la creen ni ellos.
M¨¢s que la deriva del socialismo, lo que se est¨¢ certificando es que el intervencionismo econ¨®mico de las ¨¦lites contrasta con el mensaje oficial del capitalismo ortodoxo que propugnan.
Un estado sin iniciativa, sin ¨¦nfasis o direcci¨®n econ¨®mica es un estado sin soberan¨ªa, sin proyecto de futuro.
?Qu¨¦ futuro desea Espa?a? Se tiene que hablar m¨¢s, y hacer pi?a. Si Espa?a se "rompe" (como decian cuando estaban en la oposici¨®n) se tiene que hacer convenciendo, ofreciendo perspectivas, hablando y escuchando el clamor de a pie. Si no, pues cada uno a su casa, corten la piel de toro en tres o cuatro pedazos y all¨¢ cada uno se las componga. As¨ª nos ¨ªbamos a enterar. Unidad no significa impasibilidad, se?or Rajoy. Significa saber escuchar.
"Convidados de prensa" 3 de mayo, D¨ªa Mundial de la Libertad de Prensa. D¨ªa de lamentos por los cambios internos y externos que atenazan a la profesi¨®n y d¨ªa de ruegos para que todo cambie sin cambiar las esencias del periodismo. Todo ello en v¨ªsperas de una infausta intervenci¨®n estatal de una televisi¨®n como la p¨²blica, la tele de todos y reconocida como ejemplo de imparcialidad por tirios y troyanos, a excepci¨®n, l¨®gicamente, de quienes se disponen a expropiarla en aras del inter¨¦s partidario. Y es precisamente en estos tiempos que corren, frase manida hasta la extenuaci¨®n, cuando m¨¢s falta hace a la democracia y a la ciudadan¨ªa, si es que no son la misma cosa, un periodismo de veras, no un periodismo de mentiras plagado de controles previos y preventivos, un periodismo sin mordazas, si no otra cosa peor. Ya dec¨ªa Miguel Delibes que lo m¨¢s irritante de la censura no era lo que cortaba sino lo que te obligaba a decir por boca de ganso. Y tambi¨¦n dec¨ªa, all¨¢ por 1968, hace casi medio siglo, al hilo de la reci¨¦n estrenada Ley de Prensa de Fraga, "que antes de la ley, a los periodistas no nos dejaban preguntar: despu¨¦s de la ley, los periodistas podemos preguntar, es cierto, pero no se nos contesta. En ambos casos el di¨¢logo se va a paseo. ?sta es la diferencia entre el 'antes' y el 'despu¨¦s'". Qu¨¦ dir¨ªa el gran maestro de periodistas y defensor a ultranza de la libertad de prensa cuando hab¨ªa prensa sin libertad, qu¨¦ dir¨ªa nuestro ilustre escritor si supiera que a sus colegas solo les dejan asistir como convidados de piedra a las ruedas de prensa, esta vez sin preguntas y sin respuestas. Pues dir¨ªa lo que ya dec¨ªa avanzada la etapa democr¨¢tica, que a los pol¨ªticos en el poder no les frena hoy la oposici¨®n sino los peri¨®dicos, y que el Estado es un interventor muy peligro en asuntos de prensa. Y nos contar¨ªa muchas m¨¢s cosas, tanto Delibes como cualquier otro que ejerza la noble profesi¨®n del periodismo, pero lo m¨¢s importante, lo fundamental, es que les dejen contarlas.
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