Hollande consolida su condici¨®n de favorito tras el choque con Sarkozy

M¨¢s que un debate, fue un choque frontal. Sin concesiones, a cara de perro, durante casi tres horas Fran?ois Hollande y Nicolas Sarkozy defendieron sus ideas ante la mirada de 17,9 millones de espectadores, 2,5 millones menos de los que en 2007 vieron el debate entre S¨¦gol¨¨ne Royal y Sarkozy. Como corresponde, al d¨ªa siguiente cada bando proclam¨® vencedor a su respectivo campe¨®n. Los ministros reunidos en el consejo aplaudieron la prestaci¨®n de su presidente. El entorno de Hollande subray¨® que nunca se dej¨® dominar y marc¨® el ritmo del debate. Los analistas se mostraron un¨¢nimes al destacar que el aspirante sale reforzado de la cita y que el presidente qued¨® muy lejos del KO que necesitaba para remontar su desventaja en los sondeos. El socialista consolida as¨ª su condici¨®n de favorito para el domingo.

Los polit¨®logos, una cl¨¢sica instituci¨®n francesa, piensan que, como suele suceder, el debate no producir¨¢ grandes movimientos de voto de cara a la segunda vuelta. Dominique Reyni¨¦, director de Fondapol, se?al¨® el jueves que ¡°Fran?ois Hollande no pas¨® grandes dificultades y, como es el favorito, consolida su posici¨®n¡±. Christian Delporte, especialista en historia de los medios de comunicaci¨®n, arriesg¨® algo m¨¢s y afirm¨® que el socialista ¡°gan¨® a los puntos¡±. ¡°En un debate presidencial nunca hay un gran vencedor y un gran derrotado¡±, explic¨®. ¡°Cuando se gana, se gana a los puntos, sobre una impresi¨®n, es un choque de personalidades. Y esta vez, la revelaci¨®n Hollande pone en problemas a la UMP¡±.

Marine Le Pen fue m¨¢s lejos, y consider¨® que la elecci¨®n est¨¢ ya ¡°cerrada¡±. ¡°Hollande ha ganado¡±, zanj¨®. Sarkozy, que necesita los 6,5 millones de votos de los electores del Frente Nacional en la primera vuelta, dedic¨® su llamamiento final a pedir ese apoyo y a la vez el de los centristas de Fran?ois Bayrou. El dif¨ªcil equilibrismo resume que su campa?a ha nadado contra corriente, tratando de reconciliar dos sectores del electorado muy dispares, y, como se?al¨® en Le Monde Fran?ois Fressoz, ¡°corriendo el riesgo de mostrarse menos convincente a cada rato ante unos y otros¡±.

Los franceses creen que Hollande gan¨® el debate a Sarkozy. Un 45% encontr¨® m¨¢s convincente al socialista, frente al 41% que cree que el presidente estuvo mejor, seg¨²n un sondeo de LH2 para Yahoo. Hollande mejora sus opiniones positivas, que pasan del 47% antes del debate al 56%.

Las redes sociales siguieron con atenci¨®n el duro intercambio de golpes de #ledebat, y muchos mensajes ironizaron sobre la transformaci¨®n de Hollande, acusado de blando y esquivo y de no saber decir que no, en un correoso defensa central que no se dej¨® amilanar por Sarkozy y logr¨® ponerle a la defensiva.

El jueves marcaba tendencia en el Twitter franc¨¦s la palabra #anaphore, referida al alegato final de Hollande, cuando us¨® la f¨®rmula ¡°Moi, pr¨¦sident de la R¨¦publique¡± hasta 16 veces para marcar las distancias con el heterodoxo estilo de Sarkozy sin que este le interrumpiera. Un resumen muy literario: la figura ret¨®rica an¨¢fora (repetici¨®n) convertida en clave del debate pol¨ªtico. ¡°Yo, presidente de la Rep¨²blica, no ser¨¦ el jefe de la mayor¨ªa; yo, presidente de la Rep¨²blica, no tratar¨¦ a mi primer ministro como a un empleado; yo, presidente de la Rep¨²blica, no participar¨¦ en colectas para mi partido en un hotel parisiense¡±¡­

La an¨¢fora, celebrada como el gol del triunfo por los socialistas, caus¨® honda impresi¨®n negativa en el campo contrario. ¡°Grotesco¡±, afirm¨® Henri Guaino, consejero del presidente. ¡°Un momento tragic¨®mico¡±, a?adi¨® Jean-Fran?ois Cop¨¦, secretario general de la UMP.

El editorial de Le Monde calific¨® el cara a cara como ¡°vigoroso y apasionado, y por tanto de alto nivel pol¨ªtico¡±, pero puso algunas pegas: los contendientes pecaron de ¡°nostalgia¡± y de ¡°falta de visi¨®n¡± al no hacer ¡°pedagog¨ªa sobre el mundo que espera a los franceses¡±. ¡°La campa?a ha borrado la realidad de esa inmensa transici¨®n en curso, y en pol¨ªtica no conviene vivir de ilusiones ni cultivar la nostalgia¡±, afirm¨® el vespertino, acusando a Hollande y Sarkozy de haber debatido demasiado sobre temas nacionales y nada sobre el rol que debe ocupar Francia en la globalizaci¨®n.

Los candidatos tambi¨¦n hicieron su lectura. Y ambos quedaron insatisfechos. Fran?ois Hollande lament¨® no haber podido abordar en profundidad los temas de sanidad, minusval¨ªas y vivienda, y Sarkozy se fustig¨® por no haber recordado el peso de la deuda en la Corr¨¨ze, la provincia que preside Hollande. El presidente calific¨® el debate como ¡°duro¡±, consider¨® que ¡°no ha rebajado el nivel de la vida pol¨ªtica¡±, y pronostic¨® un resultado muy ajustado para el domingo.

Seg¨²n Hollande, los franceses tienen ahora ¡°todos los elementos para decidir, pero no hay nada ganado, nada est¨¢ hecho¡±. ¡°Hubo un aire de traspaso de poder¡±, le contradijo Pierre Moscovici, su director de campa?a. Mientras su expareja S¨¦gol¨¦ne Royal, perdedora hace cuatro a?os, vio a Hollande ¡°dominador, decidido, combativo¡±.

En 2007, 20,4 millones siguieron el debate Sarkozy-Royal, frente a los 17,9 millones de ayer. Seg¨²n Christian Delporte, la raz¨®n es que ¡°muchos franceses consideran que la partida est¨¢ cerrada¡±.