Merkel no siente presi¨®n
La canciller, a pesar de sus derrotas electorales, no tiene oposici¨®n interna Los socialistas no se atreven a bloquear el Pacto Fiscal en el Parlamento
Antes de que llegara Angela Merkel a Camp David, Barack Obama y Fran?ois Hollande ya se hab¨ªan reunido para hablar de posibles salidas a la crisis. La canciller de Alemania fue recibida cortesmente por el presidente de Estados Unidos poco despu¨¦s de que el reci¨¦n elegido presidente franc¨¦s declarara que ¡°el crecimiento debe ser una prioridad¡±. El diario muniqu¨¦s S¨¹ddeutsche Zeitunghabl¨® de ¡°provocaci¨®n¡± a una Merkel enrocada en la austeridad, a la que se suma el rechazo brit¨¢nico a introducir un impuesto a las transacciones financieras. El reciente cambio de tono del Gobierno alem¨¢n, que ha introducido en su partitura la necesidad de combatir el paro y alentar la econom¨ªa, no se ha traducido en hechos: de momento, Angela Merkel descarta pedir m¨¢s dinero al Parlamento (Bundestag) para financiar programas de est¨ªmulo o para sacar a Grecia del hoyo.
Esta ha sido otra semana negra para Angela Merkel. Hace siete d¨ªas, los votantes de Renania del Norte-Westfalia le depararon a su Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) un ¡°amargo y doloroso¡± varapalo con un 26,3% de los votos, sus peores resultados hist¨®ricos, en el land m¨¢s poblado e industrializado del pa¨ªs. La victoria del SPD de Hannelore Kraft, quien gobernar¨¢ junto a Los Verdes gracias al 39,1% de los apoyos, ha esperanzado a algunos sectores de la izquierda. Creen haber dado con la antiMerkel: Kraft, como la canciller, es una mujer cincuentona, rubia, con aspecto de matrona, que entr¨® en la pol¨ªtica pasados los 30.
La victoria del SPD de Hannelore Kraft, quien gobernar¨¢ junto a Los Verdes, ha esperanzado a sectores de la izquierda
Kraft ya es m¨¢s popular que Merkel en Alemania, seg¨²n una reciente encuesta del semanario Die Zeit. Pero ha dicho que no se presentar¨¢ a las elecciones generales de 2013 y que se quedar¨¢ donde ha ganado. La canciller envi¨® a pelear la estrat¨¦gica plaza de D¨¹sseldorf a su Ministro de Medio Ambiente y candidato a sucesor, Norbert R?ttgen. El jueves le hizo pagar sus errores de campa?a expuls¨¢ndolo del Gabinete con una ¨¢spera y breve rueda de prensa. Seg¨²n el director de la publicaci¨®n conservadora Cicero, Christoph Schwennicke, ¡°Merkel no le perdona a R?ttgen la deslealtad de haber intentado convertir las elecciones de Renania del Norte en un plebiscito sobre su pol¨ªtica europea¡±. Es decir, sobre la austeridad que impone a sus socios. Perdi¨® igual.
La democristiana Merkel, que preside una coalici¨®n de centro-derecha con los liberales del FDP, sigue siendo la dirigente federal m¨¢s valorada. El diputado democristiano Wolfgang Bosbach (CDU) lo ha dicho estos d¨ªas con claridad meridana: ¡°nuestro principal argumento para 2013 se llama Angela Merkel¡±. El secretario general, Hermann Gr?he, abund¨® en que ella es ¡°el valor sobre el que construir la campa?a¡±. La dureza de Merkel en las negociaciones europeas le granjea simpat¨ªas entre unos votantes temerosos de que aumente la inflaci¨®n y de que los rescates a los socios terminen por arrastrar a Alemania. Una cosa es decirles a los alemanes que se han beneficiado mucho del euro, como Merkel ha hecho. Otra muy distinta es pedirles que, aun en tiempo de relativa bonanza, sigan rasc¨¢ndose los bolsillos tras los astron¨®micos salvamentos bancarios y las aportaciones a los fondos de estabilidad y a los rescates europeos de los ¨²ltimos a?os.
El Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD) se beneficia estos d¨ªas del impulso renano e intenta avanzar en casa al rebufo de Hollande. A este efecto convoc¨® una curiosa rueda de prensa el martes. El presidente del SPD Sigmar Gabriel, su l¨ªder parlamentario, Frank-Walter Steinmeier, y el exministro de Hacienda Peer Steinbr¨¹ck escenificaron el triunvirato que dirige la recuperaci¨®n socialdem¨®crata. En una entrevista que sale hoy en el dominical de Die Welt, Sigmar Gabriel pide a Merkel que convoque comicios anticipados.
Pero el SPD ya tiene la clave para precipitar dichos comicios. Est¨¢n en marcha las negociaciones para que las dos c¨¢maras del Parlamento (Bundestag y Bundesrat) aprueben el Pacto Fiscal que Merkel impuso a sus socios europeos junto al expresidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy. La coalici¨®n de Gobierno de Merkel necesita al SPD para alcanzar sendas mayor¨ªas de dos tercios en las C¨¢maras. El martes, los tres socialdem¨®cratas formularon para ello una serie de condiciones muy parecidas a las que Hollande se tra¨ªa de Francia: agilizaci¨®n de los fondos estructurales europeos, fortalecimiento del Banco Europeo de Invesiones (BEI), introducci¨®n de un impuesto a las transacciones econ¨®micas y emisi¨®n de deuda vinculada a proyectos concretos de infraestructura. Nada de tocar el Pacto Fiscal de Merkel ni de pedir m¨¢s dinero al contribuyente. Es de esperar que lleguen a un acuerdo. Igual que Hollande.
El mi¨¦rcoles, la prensa pregunt¨® a los l¨ªderes del SPD qu¨¦ har¨ªan ¡°en el Parlamento si Merkel no se aviene a sus condiciones¡±. Aunque el ¡°no¡± socialdem¨®crata podr¨ªa hundir al Gobierno, la respuesta fue muy vaga. Steinmeier dijo, adem¨¢s, que el SPD ¡°no es [el partido izquierdista] Die Linke, sino una formaci¨®n responsable que se prepara para gobernar Alemania¡± el a?o que viene. Se refer¨ªa a una victoria electoral, pero un int¨¦rprete malicioso puede inferir que, en realidad, se preparan para volver a una Gran Coalici¨®n como la que presidi¨® Angela Merkel entre 2005 y 2009 y en la que los tres fueron ministros.
Con tan exigua oposici¨®n interna, Merkel puede bru?ir su coraza para las lizas exteriores. Los griegos que cuenten con la inveros¨ªmil pinza Hollande-SPD para ganar la mano en el p¨®ker del rescate est¨¢n arriesgando mucho. Si bien las ingentes presiones internacionales podr¨ªan suavizar algunas de sus posturas, el anhelado giro sigue a¨²n lejos. La canciller es maestra en volantazos y requiebros. Pero pedirle ahora un giro de 180¡ã, como el que dio su pol¨ªtica nuclear tras la cat¨¢strofe de Fukushima en 2011, ser¨ªa pedirle que se inmole pol¨ªticamente. Se teme que ni el FDP ni buena parte de la CDU aceptar¨ªa este tipo de gasto. Tampoco los votantes. Para un giro como el nuclear har¨ªa falta una verdadera cat¨¢strofe, comparable a la japonesa. Quiz¨¢ la salida de Grecia de la Eurozona se convierta en el Fukushima de la austeridad. Pero ser¨ªa demasiado tarde para el euro y para Merkel.
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