Italia malvive en el desconcierto
El Gobierno de Monti, desbordado por la ola de violencia y el desprestigio de los partidos, no logra avanzar ni en las reformas m¨¢s elementales
Disparan, pero no se sabe ni qui¨¦n ni desde d¨®nde. Lo sucedido en los ¨²ltimos d¨ªas es el reflejo dram¨¢tico del desconcierto que vive Italia. El lunes 7 de mayo, Roberto Adinolfi, un directivo de Ansaldo Nuclear, recibi¨® un tiro muy preciso en la pierna cuando sal¨ªa de su casa en G¨¦nova. Se trataba de id¨¦ntico ritual ¡ªla misma ciudad, objetivo, t¨¦cnica y armamento¡ª que el utilizado por las Brigadas Rojas cuando aparec¨ªa en escena hace 40 a?os. Tras varias jornadas de desconcierto, Anna Maria Cancellieri, ministra del Interior del Gobierno de Mario Monti, admiti¨® que existe un ¡°riesgo de escalada terrorista¡± y elabor¨® un plan para proteger a 14.000 posibles objetivos y poner escolta a 550 personas. El viernes ten¨ªa que empezar a aplicarse. Este s¨¢bado, un d¨ªa despu¨¦s, tres bombas estallaron en la puerta de un centro de formaci¨®n profesional de Brindisi y mataron a una joven de 16 a?os e hirieron a varios estudiantes m¨¢s. El instituto lleva el nombre de la esposa del juez Giovanni Falcone, asesinados ambos en Palermo el 23 de mayo de 1992. El mi¨¦rcoles se cumplir¨¢n 20 a?os. ?Es terrorismo? ?Es Mafia?
Italia malvive en el desconcierto. No solo por la violencia que golpea al pa¨ªs de norte a sur. Bajo el radar de los telediarios internacionales, ocupados en dar la bienvenida a Fran?ois Hollande y en preparar la mortaja de Grecia, el pa¨ªs se encamina velozmente hacia parajes jam¨¢s explorados y, seguramente, llenos de peligros. Seis meses despu¨¦s de la llegada de Mario Monti al poder, la situaci¨®n parece mucho peor que la que ten¨ªa que enmendar. Su Gobierno, cansado y enfrentado entre s¨ª, apenas puede sacar adelante las reformas que vino a ejecutar, en buena parte porque los partidos tradicionales ¡ªque le brindaron un cheque en blanco al llegar¡ª acaban de comprobar en las urnas de las municipales que ese apoyo es tan impopular que les puede costar caro en las pr¨®ximas elecciones generales, previstas para la primavera de 2013.
Pero no solo eso. Los recortes de Monti ¡ªaplaudidos esta misma semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI)¡ª han logrado tranquilizar a los mercados, pero no a los ciudadanos. Monti camina todav¨ªa con cierto garbo sobre las encrespadas aguas de la pol¨ªtica internacional, pero el pa¨ªs que vino a salvar ¡ªsu pa¨ªs al fin y al cabo¡ª se hunde cada vez m¨¢s en las arenas de la frustraci¨®n y la impotencia.
Los partidos pol¨ªticos tradicionales se las promet¨ªan muy felices cuando, el 16 de noviembre de 2011, Mario Monti se hac¨ªa cargo de un Gobierno t¨¦cnico cuyo objetivo era rescatar a Italia del abismo econ¨®mico y moral al que la hab¨ªa conducido Silvio Berlusconi y dejarla a punto para reemprender la senda democr¨¢tica en la primavera de 2013. La pol¨ªtica, por tanto, no solo se hab¨ªa librado de Il Cavaliere sino que contaba con un tiempo precioso ¡ªun a?o y medio¡ª para limpiarse, renovarse, volver a ilusionar a los ciudadanos.
Si ese era el objetivo, los resultados por el momento son muy distintos. Ni han conseguido sacar adelante una nueva ley electoral ni recortar los, a todas luces excesivos, privilegios de La Casta pol¨ªtica italiana. Pero ya ni siquiera esto es lo m¨¢s grave. En las ¨²ltimas semanas, desde la izquierda moderada de Pier Luigi Bersani a la derecha nacionalista y xen¨®foba de Umberto Bossi, pr¨¢cticamente todos los partidos se han visto envueltos en espantosos casos de corrupci¨®n.
Una vez m¨¢s queda claro que la renovaci¨®n de la pol¨ªtica italiana solo es posible a golpe de investigaci¨®n judicial. Solo cuando los jueces sacan a la luz casos tan surrealistas como los que golpean a la Liga Norte ¡ªfamilias enteras viviendo a costa del partido, t¨ªtulos universitarios comprados, dinero p¨²blico invertido en lingotes de oro y diamantes¡¡ª, l¨ªderes pol¨ªticos como Bossi aceptan dimitir aun a rega?adientes y denunciando una campa?a de acoso. Lo dram¨¢tico es que, en un momento de crisis como el que atraviesa el pa¨ªs, las noticias de la corrupci¨®n en Italia se cruzan en las p¨¢ginas de los diarios con la de los suicidios de trabajadores y empleados para los que la soga al cuello dej¨® de ser una met¨¢fora.
Con los partidos a¨²n en fuera de juego y Monti tocado, el presidente, Giorgio Napolitano, es todav¨ªa uno de los pol¨ªticos m¨¢s valorados por los italianos. Hasta hace unas semanas, nadie osaba pronunciar su nombre en vano. Ya s¨ª. A finales del pasado a?o, el presidente de la Rep¨²blica pilot¨® personalmente la operaci¨®n de salida de Berlusconi y la llegada de Monti. Su plan era una transici¨®n dulce entre las dos d¨¦cadas de espanto del berlusconismo y el regreso al futuro de una pol¨ªtica digna.
Hasta el punto de que cuando, hace unas semanas, su plan fue puesto en peligro al emerger con fuerza la figura del c¨®mico Beppe Grillo y su Movimiento 5 Estrellas como alternativa a la pol¨ªtica tradicional, Napolitano arremeti¨® contra ¨¦l. Tal vez no esperaba que el bloguero rompiera por primera vez las reglas del respeto impl¨ªcito y aprovechara la ocasi¨®n para acusar al presidente de formar parte de los privilegios de La Casta. Ya todo est¨¢ en cuesti¨®n en Italia. El pa¨ªs entero, sumido en la crisis y en la violencia, es una inmensa interrogaci¨®n.
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