Miami se prepara para la carrera del nuevo Canal de Panam¨¢
La ampliaci¨®n del gran paso centroamericano impulsa al puerto miamense
Todo sea por el Canal de Panam¨¢. La ampliaci¨®n que se prev¨¦ terminar en 2014 supondr¨¢ un impulso enorme para el tr¨¢fico naval entre el Atl¨¢ntico y el Pac¨ªfico, un pastel demasiado goloso como para quedar al margen. Miami, la pomposa Puerta de Am¨¦rica, no es una excepci¨®n y al olor del dinero est¨¢ embarcada en una serie de obras multimillonarias. Al final, se juega su futuro y el gran negocio, aunque haya da?os colaterales.
Todo, medio milenio despu¨¦s de que el extreme?o Vasco N¨²?ez de Balboa se convirtiera en el pionero-precursor del Canal y a un siglo de su apertura por Estados Unidos, que mantuvo su posesi¨®n hasta devolverlo en 2000 a Panam¨¢.
Las obras, que se acercan a su ecuador con m¨¢s de 5.000 millones de d¨®lares de presupuesto, incluyen el ensanchamiento, excavaci¨®n, dragado y, sobre todo, nuevas esclusas, construcci¨®n esta ¨²ltima que lidera la empresa espa?ola Sacyr. A finales de enero tuvo que superar una huelga de cuatro d¨ªas de unos 5.000 trabajadores en demanda de mejores salarios, pero se mantienen los plazos para finalizar dentro de dos a?os.
Miami est¨¢ en la misma carrera, adecentando su puerto, el que acoge m¨¢s pasajeros del mundo, camino ya de los cinco millones anuales. En ¨¦l tienen su base las tres compa?¨ªas de cruceros m¨¢s grandes, Carnival, Royal Caribbean y Norwegian, que a pesar de la crisis y de los ¨²ltimos accidentes, resisten todas las dificultades. No necesitan tanto el calado, por ejemplo, como los futuros grandes cargueros.
El pasado mes de octubre, en un gran anuncio a todo color titulado: ?Preparados para 2014!, las principales compa?¨ªas de transporte mar¨ªtimo (Maersk, Hanjin, Hapag-Lloyd, Seaboard, entre otras) daban las m¨¢s efusivas gracias al administrador del Canal de Panam¨¢ por firmar con las autoridades del puerto de Miami un acuerdo para promover el comercio en lo que se llama la era de los supercargueros Post-Panamax. Terminaba de forma exultante: ¡°Hace 100 a?os Estados Unidos y Panam¨¢ cambiaron el comercio mundial al compartir la visi¨®n y la inversi¨®n. ?Como va a suceder otra vez!¡± .
Las demandas de los ecologistas se han parado a golpe de dinero
En el texto se a?ad¨ªa que, en 2014, Miami ser¨¢ uno de los tres ¨²nicos puertos de la Costa Este de Estados Unidos con calado de 50 pies, (15,24 metros) ¡ªlos otros son Nueva York y Norlfolk, Virginia¡ª capaces de recibir a los grandes barcos que podr¨¢n pasar ya por el nuevo canal. La euforia iba pareja a la presi¨®n, pues en esas fechas el dragado del puerto para conseguir esa profundidad a¨²n era un galimat¨ªas. Exist¨ªan demandas de ecologistas por el da?o que se causar¨ªa al ecosistema de la bah¨ªa de Vizcaya y hasta de la riqu¨ªsima comunidad de la vecina isla de Fisher (la m¨¢s exclusiva de Miami y entre las primeras de todo el pa¨ªs), por las futuras molestias, incluidas las interrupciones del servicio de transbordadores.
Pero el cabildeo y el negocio arreglaron todo antes de ir a juicios. La isla de Fisher, gente de dinero, retir¨® sus quejas ante argumentos monetarios. De los 150 millones de d¨®lares destinados al dragado, el Condado de Miami Dade ara?¨® 1,31 para mejoras medioambientales, casi un seguro por posibles da?os. Y dio 50.000 d¨®lares para contentar a cada uno de los dos grupos ecologistas que protestaban.
Pronto empezar¨¢n las excavaciones y las voladuras submarinas, supuestamente controladas. En 1999 y 2005, las dos ¨²ltimas veces que se drag¨® el puerto, hubo peces muertos y quedaron afectados corales y hierbas que comen los manat¨ªes. Ahora, si se detecta alguno cerca, o delfines o tortugas, no habr¨¢ explosiones. Se esperar¨¢ a que se vayan cuando quieran. Sin desalojarlos. Una deferencia cuando el avance tecnol¨®gico se impone al ecol¨®gico, sin descartar m¨¢s muertes de peces.
Pero el futuro apremia y no hay marcha atr¨¢s. Se ha recuperado una nueva v¨ªa para trenes hacia el norte o el oeste y, sobre todo, se perfora el t¨²nel bajo la bah¨ªa, entre las islas Watson y Dodge, con dos bocas de dos carriles cada una y 1,4 kil¨®metros de largo. Costar¨¢ 1.000 millones de d¨®lares. Es la obra m¨¢s importante para evitar que el tr¨¢fico de camiones pase por el centro de la ciudad. Lleg¨® a pararse por malentendidos y porque la empresa constructora francesa Bouygues ped¨ªa m¨¢s dinero. Es la mejor, pero ya hubo sus protestas porque ha construido en Cuba, como la brasile?a Odebrecht, que tambi¨¦n trabaja en la mejora del puerto. Siempre en ristre la espada del anticastrismo exiliado intransigente.
Tambi¨¦n se superaron las reticencias sobre depositar en Cayo Virginia, camino de Cayo Vizca¨ªno, los escombros del t¨²nel. All¨ª tambi¨¦n est¨¢ una vieja planta de aguas residuales de toda la costa, donde no solo ha habido ya vertidos, sino que la obsoleta tuber¨ªa por donde van las sobras del para¨ªso es otro peligro latente. La discusi¨®n est¨¢ a¨²n en qui¨¦n paga por adecentar ese alcantarillado que de vez en cuando ensucia las tur¨ªsticas playas de Miami.
Los planes a largo plazo son muchos m¨¢s. Para los pr¨®ximos 25 a?os incluir¨ªan hasta un puerto deportivo de lujo ¡°estilo M¨®naco¡±. Se ha presentado un proyecto con megaterminales que los propios funcionarios del puerto dudan de que se lleve a cabo. Pero ser¨ªan 2.000 millones de d¨®lares m¨¢s. Imparable negocio siempre.
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