Los 2.600 hijos de Giovanni Falcone
Chavales de toda Italia homenajean en Palermo al juez en el 20? aniversario de su asesinato
Son 2.600 y han llegado al puerto de Palermo (Sicilia) a bordo de dos barcos. Unos partieron desde Civitavecchia ¡ªa 80 kil¨®metros de Roma¡ª y otros desde N¨¢poles. Ten¨ªan dos citas. Una muy importante, nada m¨¢s y nada menos que con el jefe del Gobierno de Italia, Mario Monti. La otra, todav¨ªa m¨¢s, con la memoria. Hace hoy 20 a?os, la Mafia asesin¨® al juez Giovanni Falcone, a su esposa, la tambi¨¦n magistrada Francesca Morvillo, y a tres de sus escoltas haciendo estallar los 150 de kilos de explosivos que hab¨ªan colocado bajo la autopista entre el aeropuerto y Palermo.
La Cosa Nostra logr¨® eliminar a su m¨¢ximo rival, pero la potencia de aquella explosi¨®n ¡ªque qued¨® registrada en los sism¨®grafos como si se tratara de un terremoto¡ª quebr¨® tambi¨¦n para siempre un silencio reverencial. Con globos rojos, blancos y verdes de la bandera italiana, ante las fotograf¨ªas en blanco y negro del juez y sus compa?eros de infortunio, los muchachos acudieron a la cita con Mario Monti bajo una pancarta que avisaba: ¡°La Mafia mata, el silencio tambi¨¦n¡±.
El jefe del Gobierno, delante de los alumnos de 250 colegios de todo el pa¨ªs, fue muy claro. Dijo que en Italia siguen existiendo tres grandes grupos mafiosos ¡ªla Cosa Nostra siciliana, la Camorra napolitana y la N¡¯drangheta en Calabria¡ª y que, a pesar de su denominaci¨®n de origen, extienden sus ramificaciones por todo el pa¨ªs y aun por el extranjero: ¡°Sabemos que las mafias de hoy son muy distintas a las que Falcone hab¨ªa empezado a combatir. Han recibido y reciben golpes muy fuertes, pero han sido capaces de reinventarse. Han multiplicado su presencia¡±. No obstante, Mario Monti a?adi¨® que, si algo se sabe hoy gracias al juez asesinado, es que la Mafia puede combatirse. ¡°De Falcone, su mujer y sus escoltas, de su sacrificio¡±, asegur¨® el jefe del Gobierno, ¡°tenemos que aprender que hay que luchar sin cuartel, cada d¨ªa, contra todas las mafias. Cada uno de nosotros est¨¢ llamado a ese compromiso¡±.
El primer ministro tampoco pas¨® por alto que, a pesar de las dos d¨¦cadas transcurridas, a¨²n sigue habiendo puntos oscuros: ¡°No hay que cansarse nunca de buscar toda la verdad sobre las muertes de Falcone y de Borsellino [el tambi¨¦n juez, amigo y colaborador de Falcone, asesinado un mes y medio despu¨¦s]. No existen razones de Estado que puedan justificar retrasos en la b¨²squeda de la verdad¡±.
A las 17 horas y 58 minutos de tal d¨ªa como hoy de hace 20 a?os, Falcone fue asesinado. A esa misma hora, los 2.600 chavales llegados de toda Italia y otros muchos estudiantes sicilianos renovar¨¢n en el lugar de los hechos su compromiso con la memoria. Recibir¨¢n el encargo de contarle a sus hijos que el juez Falcone, adem¨¢s de sentar en el banquillo a 400 mafiosos, de dictar condenas contra ellos que suman m¨¢s de 2.500 a?os, hizo algo m¨¢s importante. Marc¨® un camino. Levant¨® la voz. Pas¨® un testigo. Sobre las camisetas blancas de los muchachos que jugaron bajo la lluvia de Palermo, unas palabras de Falcone: ¡°Los hombres pasan, las ideas se quedan. Quedan sus afanes morales que seguir¨¢n caminando sobre las piernas de otros hombres¡±.
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