Un islamista disputar¨¢ a un heredero de Mubarak la presidencia de Egipto
Los primeros resultados dan la victoria en la primera vuelta de las elecciones al candidato de los Hermanos Musulmanes y al ex primer ministro Shafik
Egipto se encamina hacia una dura batalla pol¨ªtica, de confirmarse los resultados de las elecciones presidenciales que se fueron filtrando a lo largo de ayer. Mohamed Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes, lidera la carrera presidencial y deber¨¢ enfrentarse en segunda vuelta a Ahmed Shafik, el que fuera el ¨²ltimo primer ministro de Hosni Mubarak. El ganador de las primeras elecciones libres de la historia de Egipto liderar¨¢ la complicada transici¨®n que mantiene al pa¨ªs paralizado y sumido en una profunda crisis econ¨®mica.
El modelo de Estado que cada uno de los dos candidatos tiene en la cabeza no podr¨ªa diferir m¨¢s el uno del otro. El de Morsi es un Estado cimentado en la shar¨ªa, la ley isl¨¢mica, y que no quiere tener nada que ver con un pasado que conden¨® a la Hermandad a la ilegalidad. El de Shafik, antiguo jefe de las Fuerzas Armadas, representa la continuidad del antiguo r¨¦gimen, con el que comulg¨® ocupando distintos cargos. Ni el programa de Morsi ni el de Shafik se aproxima a los sue?os y aspiraciones de los revolucionarios de la plaza Tahrir, los que derrocaron a Mubarak hace 15 meses.
Tal vez por eso, algunos observadores analizan con preocupaci¨®n la polarizaci¨®n que muestran estos resultados iniciales. Temen que una posible victoria de Shafik saque de nuevo a la gente a la calle y vuelva a correr la sangre. Adem¨¢s de ser el ¨²nico candidato militar de la docena que se presentaron, no ha ocultado su desprecio por los j¨®venes revolucionarios. Por otro lado, la victoria de Morsi supondr¨ªa una notable concentraci¨®n de poder, ya que los islamistas controlan con holgura el Parlamento desde principios de a?o. Los sectores m¨¢s laicos de la sociedad y la minor¨ªa cristiana (10% de la poblaci¨®n del pa¨ªs) asisten con preocupaci¨®n al ascenso islamista en el Egipto posrevolucionario.
De confirmarse estos resultados iniciales, Amro Musa, el que fuera secretario general de la Liga ?rabe y, hasta hace pocos d¨ªas, favorito en los sondeos, habr¨ªa sufrido una sonada derrota. Otra de las muchas sorpresas que depararon las urnas fue el tercer lugar de Hamdin Sabahi, un candidato al que pocos analistas hab¨ªan concedido opci¨®n alguna de pasar a la segunda vuelta. L¨ªder del partido nasserista Karama, nacionalista y de izquierdas, Sabahi hizo de la lucha contra la pobreza uno de los ejes de su campa?a. Fue el ¨²nico de los principales aspirantes que apel¨® directamente a las clases m¨¢s humildes en un pa¨ªs en el que aproximadamente un 40% de la poblaci¨®n vive por debajo del umbral de la pobreza. Ello le permiti¨® ampliar su base de apoyo m¨¢s all¨¢ de la plaza Tahrir, y adjudicarse la victoria en algunos de los suburbios marginales de El Cairo, como Imbaba.
Los resultados tambi¨¦n demuestran que la maquinaria de la Hermandad no falla. Morsi, un hombre de escaso carisma no fue el inicialmente elegido para liderar el partido. Tan solo la descalificaci¨®n por parte de la Junta electoral del n¨²mero uno acab¨® por encumbrar de rebote a Morsi. Su supuesto triunfo, al contrario que en el caso de Shafik, ilustra una vez m¨¢s la importancia de la organizaci¨®n frente al individuo. Si Morsi ha ganado, casi cualquiera podr¨ªa haberlo hecho con el respaldo de la todopoderosa Hermandad.
Morsi defiende un Estado
cimentado en shar¨ªa,?
mientras Shafiq representa
la continuidad del r¨¦gimen
Los dos candidatos se enfrentar¨¢n en una segunda vuelta cuya celebraci¨®n est¨¢ prevista para mediados de junio. Ser¨¢ entonces cuando se conozca el nombre del primer presidente elegido libremente de la historia de Egipto. Y ser¨¢ tambi¨¦n cuando la Junta militar que ha gobernado el pa¨ªs desde el inicio de la revoluci¨®n deba ceder el testigo al presidente electo. La magnitud del traspaso de poder as¨ª como las funciones del nuevo presidente las marcar¨¢ un texto constitucional pos-Mubarak pendiente de redacci¨®n por falta de acuerdo entre las fuerzas pol¨ªticas.
Durante todo el d¨ªa, los egipcios siguieron el emocionante recuento pegados a la televisi¨®n y la radio. La opci¨®n de que Sabahi pudiera pasar a la segunda vuelta mantuvo en vilo a millones de ciudadanos. Las grandes cadenas de televisi¨®n egipcias emitieron durante toda la jornada programas especiales, en los que se alternaban las im¨¢genes del recuento en los colegios electorales, los gr¨¢ficos, y las intervenciones de los expertos.
Los caf¨¦s estaban llenos y las elecciones fueron el gran tema de conversaci¨®n, con todas las pantallas de televisi¨®n sintonizadas con el recuento. ¡°?Ya es seguro que la segunda vuelta ser¨¢ entre Shafik y los Hermanos Musulmanes? Yo no quiero ni a los unos ni a los otros¡±, protestaba un cliente en uno de los corrillos que se hab¨ªan formado en un bar.
Las redes sociales herv¨ªan con datos parciales y provisionales de unas elecciones que el mundo ¨¢rabe sigue con lupa. Del resultado de estos comicios depender¨¢ en buena medida el ¨¦xito o el fracaso de la transici¨®n en Egipto, el pa¨ªs en el que se miran sus vecinos y cuya revoluci¨®n empap¨® de optimismo toda la regi¨®n.
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