Un alem¨¢n ante el castigo a Grecia
G¨¹nter Grass denuncia el sufrimiento exigido al pa¨ªs y el olvido del pasado
Esta vez, G¨¹nter Grass s¨ª ha escrito un poema, y no solo un art¨ªculo en versos. Es un poema ¨¦pico, pues ante una lucha estamos. La de Grecia por Europa, y la de Europa por su alma, que esta puede acabar perdiendo si expulsa a los griegos del euro, y qui¨¦n sabe si de la Uni¨®n Europea.
La verg¨¹enza de Europa
G¨¹nter Grass
Aunque pr¨®xima al caos, por no agradar al mercado, lejos est¨¢s de la tierra que tu cuna fue.
Lo que con el alma buscaste y cre¨ªste encontrar
hoy lo desechas, peor que chatarra valorado.
Desnuda en la picota del deudor, sufre una naci¨®n a la que dar las gracias era anta?o lo m¨¢s natural.
Pa¨ªs condenado a ser pobre, cuya riqueza
adorna cuidados museos: bot¨ªn por ti vigilado.
Los que invadieron con armas esa tierra bendita de islas llevaban, con su uniforme, a H?lderlin en la mochila.
Pa¨ªs tolerado ya apenas, a cuyos coroneles
toleraste un d¨ªa en calidad de aliados.
Pa¨ªs sin ley al que el poder, que siempre tiene raz¨®n, aprieta el cintur¨®n m¨¢s y m¨¢s.
Desafi¨¢ndote viste de negro Ant¨ªgona, y en el pa¨ªs entero hoy lleva luto el pueblo cuyo hu¨¦sped eras.
Pero, fuera de ese pa¨ªs, el cortejo de parientes de Creso ha acumulado en tus c¨¢maras cuanto brillaba dorado.
?Bebe de una vez, bebe! grita la clac de los comisarios, pero airado te devuelve S¨®crates su copa a rebosar.
Maldecir¨¢n los dioses a coro lo que te pertenece, pero sin tu permiso no se podr¨¢ expropiar el Olimpo.
Sin ese pa¨ªs te marchitar¨¢s, Europa, privada del esp¨ªritu que un d¨ªa te concibi¨®.
Traducci¨®n de Miguel S¨¢enz.
Quiz¨¢s este poema cause menos pol¨¦mica que el anterior, Lo que hay que decir, en el que se opuso a un ataque israel¨ª contra Ir¨¢n. No fue ese mensaje el que hizo prender la p¨®lvora de los intolerantes sino su denuncia del arsenal nuclear de Israel y de que toda cr¨ªtica a ese pa¨ªs se tache de ¡°antisemitismo¡±.
Pese a no ser el maltrato a Grecia tema f¨¢cil para ponerlo en versos, la calidad literaria de este ¨²ltimo poema es muy superior: ¡°Maldecir¨¢n los dioses a coro lo que te pertenece pero sin tu permiso no se podr¨¢ expropiar el Olimpo¡±. Mas, ?qui¨¦nes son estos dioses? No ¡°la clac de los comisarios¡±, quiz¨¢s s¨ª ¡°el mercado¡±, y la patria del propio autor, que quieren que cada griego venda hasta su propia camisa. Al menos la morada de los dioses no est¨¢ en venta.
Es el poema de un viejo alem¨¢n decepcionado con su pa¨ªs y con Europa, que denuncia el sufrimiento y las presiones a las que se est¨¢ sometiendo a Grecia, y que lleva a cuestas el peso de la historia que muchos se quieren quitar de encima o enterrar en el olvido, y que porta, sobre todo, como dec¨ªa en un anterior verso, ¡°un estigma imborrable¡±, el del Holocausto.
Quiere recordarnos que los nazis invadieron Grecia en la Segunda Guerra Mundial (despu¨¦s de que los italianos fracasaran), y que ahora muchos alemanes la quieren fuera del euro, junto a algunos en los mercados que seguramente ya est¨¢n haciendo dinero con esta especulaci¨®n. Que otros europeos expoliaron los bienes culturales de la antig¨¹edad griega, que lucen hoy en el Museo Brit¨¢nico en Londres, o en el P¨¦rgamo de Berl¨ªn. Que aquella tierra es la cuna de la filosof¨ªa; e inventora de la democracia. Que en nombre de la seguridad, como nos pas¨® a los espa?oles, los aliados de la OTAN dieron por buena la dictadura de los coroneles. Y que ahora quieren condenarla a que se suicide, como a S¨®crates.
Pero tambi¨¦n nos recuerda que Europa ser¨ªa menos sin Grecia. Y que, si los griegos lo quieren, podr¨¢n proseguir su sue?o europeo. En realidad no trata de la verg¨¹enza de Europa, sino de la falta de ella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Grecia
- Crisis deuda europea
- Crisis econ¨®mica
- G¨¹nter Grass
- Euro
- Pol¨ªtica monetaria ¨²nica
- Recesi¨®n econ¨®mica
- Zona euro
- UEM
- Crisis financiera
- Coyuntura econ¨®mica
- Alemania
- Segunda Guerra Mundial
- Moneda
- Uni¨®n Europea
- Historia contempor¨¢nea
- Historia
- Econom¨ªa europea
- Organizaciones internacionales
- Econom¨ªa
- Finanzas
- Relaciones exteriores