El presidente franc¨¦s quiere dise?ar una nueva arquitectura para la UE

La entrada de Fran?ois Hollande en escena ha sacudido la par¨¢lisis de la Uni¨®n Europea. Tras dinamitar el directorio francoalem¨¢n ¡ª¡°ese consejo ejecutivo que hac¨ªa sentirse a los otros pa¨ªses como s¨²bditos¡±, seg¨²n lo ha definido¡ª, Par¨ªs ha abierto la caja de Pandora y ha tendido la mano a nuevas alianzas, y animado a los socios e instituciones a hablar, implicarse y aportar sus ideas y soluciones. Por primera vez en a?os, Francia renunci¨® a preparar la cita de los Veintisiete mediante una reuni¨®n previa con Berl¨ªn. Por primera vez, impuso la agenda. Y por primera vez, las grietas han empezado a abrirse en torno a Alemania. Hasta Austria y Polonia, dos aliados de hierro, ven con buenos ojos las ideas del reci¨¦n llegado. La sensaci¨®n es que queda todo el camino por andar, pero que un peque?o se¨ªsmo ha empezado a agitar por fin la depresiva pol¨ªtica democristiana europea.

?Algunos han definido esta etapa con palabras dram¨¢ticas, como ruptura o bloqueo. Mirando al pasado, y a este presente dominado por dos fantasmas muy reales (la salida de Grecia del euro y el rescate de la banca espa?ola), quiz¨¢ el momento podr¨ªa resumirse con t¨¦rminos menos tr¨¢gicos, como dinamizaci¨®n o aire fresco. Seg¨²n record¨® Hollande tras la cena de Bruselas, la cumbre del mi¨¦rcoles fue la n¨²mero 24 en tres a?os de crisis, y, aunque esto no lo dijo, Europa est¨¢ hoy mucho peor de lo que estaba cuando en 2008 comenz¨® a percutir el martillo pil¨®n de Merkozy.

Europa es la prioridad n¨²mero uno de Hollande. Es la base que sustenta la urgente necesidad de recuperar a la precaria econom¨ªa nacional. El jefe del Estado sabe que no podr¨¢ cumplir su programa ni sus obligaciones de d¨¦ficit si Francia no crece lo que necesita para reducir su deuda (el 89% del PIB, y subiendo). Pero eso solo suceder¨¢ si Europa ¡ªes decir Alemania¡ª tira del carro. Para convencer a Merkel, con quien el pragm¨¢tico Hollande jam¨¢s romper¨¢, el socialista ha puesto sobre la mesa todos sus recursos de seductor sosegado y un plan detallado pero muy flexible de reformas, y ha situado al frente de las operaciones europeas al nuevo consejero diplom¨¢tico del El¨ªseo, Philippe L¨¦glise-Costa, un servidor del Estado sin carn¨¦ pol¨ªtico, que conoce de memoria los pasillos de la UE porque ha hecho su carrera entre Bruselas y Par¨ªs.

Hollande cree que estamos ante un punto de partida hist¨®rico. Alemania parece desconcertada, ofendida y poco abierta a aceptar cambios que no lleven su marca de f¨¢brica. Francia entiende que es natural, sobre todo cuando Berl¨ªn est¨¢ financiando su deuda al 0%. Pero el plan de Hollande es cambiar radicalmente la forma de funcionar de la UE. ¡°Tenemos que sacar a Europa de los bloqueos y las divisiones¡±, dicen en el El¨ªseo, ¡°y dise?ar una nueva estructura m¨¢s s¨®lida y perpetua. Es en eso en lo que Europa ha fallado hasta ahora, y esa es la ¨²nica soluci¨®n real a esta crisis¡±.

Los objetivos de Francia son claros: ¡°Superar el antagonismo entre austeridad y crecimiento; aprobar pol¨ªticas coherentes y combinadas de corto, medio y largo plazo para dar confianza; mejorar la competitividad a nivel nacional, volver a crecer y crear una nueva arquitectura que permita avanzar hacia una mayor uni¨®n monetaria, bancaria y pol¨ªtica¡±.

Las medidas concretas (tasa Tobin, refuerzo del Banco Europeo de Inversiones, bonos de proyectos, fondos estructurales, m¨¢s mercado ¨²nico) son menos importantes que la filosof¨ªa. Por eso Hollande ha emprendido el camino sin pa?os calientes, dinamitando dos grandes s¨ªmbolos del dominio alem¨¢n: la independencia del Banco Central Europeo y la mutualizaci¨®n de la deuda, con los famosos eurobonos. Par¨ªs quiere dar un mayor papel del BCE. ¡°Que se implique a fondo en el crecimiento, con herramientas nuevas que le permitan hacer una pol¨ªtica econ¨®mica, monetaria y tambi¨¦n presupuestaria, bien articulada¡±, explican los asesores de Hollande. Sobre los eurobonos, Par¨ªs los considera un icono de confianza y unidad, ¡°un punto de partida¡±: empezando por el final, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil ¡°hacer pedagog¨ªa¡± para convencer a los franceses de ceder soberan¨ªa.

Francia desea una Europa distinta, m¨¢s unida, protectora, federal y solidaria. La gran duda es si el europe¨ªsta Hollande, heredero pol¨ªtico de Jacques Delors, est¨¢ realmente dispuesto a dar el gran salto federalista que requieren las soluciones que propone, y si podr¨¢ acometer las reformas estructurales que Alemania le exigir¨¢ a cambio de un acuerdo. Seg¨²n lo ve un curtido diplom¨¢tico europeo, ¡°nadie duda de la inteligencia, la preparaci¨®n y el europe¨ªsmo de Hollande, pero no hay que olvidar que es un representante de la Francia eterna¡±.