Gunnar Sonsteby, el h¨¦roe m¨¢s condecorado de la resistencia noruega
Un combatiente clandestino contra los nazis que llev¨® de cabeza a la Gestapo
La resistencia noruega contra la ocupaci¨®n nazi fue mucho m¨¢s que los h¨¦roes de Telemark, cuya gran aventura nevada del sabotaje de la planta de agua pesada de Vemork, en Rjukan, ha capitalizado nuestro imaginario al respecto, sobre todo gracias al cine. De hecho, el personaje m¨¢s relevante de la lucha clandestina frente a los alemanes y los colaboracionistas no es Kirk Douglas, como algunos podr¨ªan pensar, sino el legendario Gunnar Sonsteby, el hombre m¨¢s condecorado de la resistencia y autor del gran libro de memorias de esa lucha (junto con el conmovedor diario de Peter Moen), Informe de: N? 24.
Sonsteby, conocido con esa cifra, que era su n¨²mero de agente en el Special Operations Executive (SOE) brit¨¢nico, que le reclut¨® durante la II Guerra Mundial, y con el apodo de Kjakan (barbilla), por su notable ment¨®n, trajo de cabeza a la Gestapo debido a su capacidad camale¨®nica para cambiar de identidad (tuvo m¨¢s de 30: en una ocasi¨®n, durante la guerra, el propio rey Haakon le pregunt¨® en Londres: ¡°?Cu¨¢l es su nombre hoy?¡±). Tipo con nervios de acero, valiente donde los haya, particip¨® en arriesgadas y espectaculares acciones que le convirtieron en uno de los hombres m¨¢s buscados de Noruega. Una reciente investigaci¨®n lo situaba el cuarto en la lista de los mejores agentes y esp¨ªas de todos los tiempos. Los ¨²ltimos meses de la ocupaci¨®n los pas¨® llevando granadas de mano encima todo el tiempo, dispuesto a volarse con ellas si los nazis lo capturaban, para eludir la tortura. ¡°Nunca tuve miedo, pero no creo que fuera porque era duro, sino porque no esperaba sobrevivir¡±, dijo en una ocasi¨®n.
Fallecido el pasado 10 de mayo a los 94 a?os, Sonsteby hab¨ªa nacido en 1918 en Rjukan, precisamente, y cuando los alemanes invadieron su pa¨ªs, en 1940, se encontraba estudiando en Oslo y trabajando en un taller de motocicletas. Encontr¨® humillante la experiencia de la ocupaci¨®n y ese sentimiento le llev¨® a involucrarse en la incipiente resistencia, entorno en el que conoci¨® a otro de los grandes personajes de la lucha por la libertad noruega, Max Manus, con el que particip¨® en las acciones clandestinas del llamado Oslo Gang. Centrado en labores de inteligencia, Sonsteby fue enviado a Gran Breta?a en el Shetland Bus ¡ªla flota clandestina de peque?os pesqueros¡ª para recibir entrenamiento especializado a manos del SOE en los dur¨ªsimos campamentos de la organizaci¨®n en Escocia, e ingres¨® en la c¨¦lebre Compa?¨ªa Independiente Noruega 1, NORIC 1 o compa?¨ªa Linge. De vuelta en Oslo tras ser lanzado en paraca¨ªdas, se convirti¨® en una figura clave que manten¨ªa contacto con diferentes grupos de resistencia y sabotaje, civiles y militares, como el Milorg, y serv¨ªa de enlace con el exterior. Entre las operaciones en las que intervino se cuentan atentados contra f¨¢bricas de municiones y transportes militares, la destrucci¨®n de 44 aviones de la Luftwaffe en la base de Bjolsen y la espectacular voladura de la Oficina de Trabajo en Oslo para evitar el reclutamiento de noruegos como soldados del III Reich destinados al frente del Este.
Una investigaci¨®n reciente lo sit¨²a cuarto en la lista de mejores agentes y esp¨ªas de todos los tiempos
Sonsteby y los suyos robaron tambi¨¦n 75.000 libretas de racionamiento, impidiendo a las autoridades nazis el control de la poblaci¨®n. Acab¨® la guerra con el rango de capit¨¢n, fue jefe de la escolta del rey Hakon y, tras retirarse del Ej¨¦rcito, estudi¨® en Harvard y se convirti¨® en pr¨®spero hombre de negocios.
El resistente guard¨® la memoria de aquellos a?os dif¨ªciles en los que una de cada ocho personas en territorio noruego era un soldado alem¨¢n, y puso especial empe?o en explicar la historia de la resistencia a los j¨®venes. En 2001 particip¨® en la campa?a para impedir que se le diera a una calle de Oslo el nombre del novelista Knut Hamsun, notable filonazi.
Muy respetado y apreciado en su pa¨ªs, Sonsteby, al que se pod¨ªa ver en el Museo Militar del castillo de Akershus, donde ayudaba a ordenar la estupenda colecci¨®n dedicada a la Segunda Guerra Mundial, estaba en posesi¨®n de numerosas condecoraciones noruegas y extranjeras, especialmente la Cruz de Guerra con tres espadas (ha sido el ¨²nico en recibirla), la Orden de San Olav, la Orden de Servicios Distinguidos (DSO) brit¨¢nica y la medalla de operaciones especiales de Estados Unidos. Aunque haya muerto, se le puede seguir viendo en las calles de Oslo, junto a su bicicleta, en el curso de alguna peligrosa misi¨®n: una estatua en Solli Plass lo representa as¨ª para la eternidad, forjado en el admirable ejemplo de su valor.
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